La relación entre Jay y Jake, tras la confesión y el enfrentamiento con Sunghoon, comenzó a sanar lentamente. El alfa ha demostrado un amor y una paciencia inquebrantables, y Jake está comprometido a redescubrir el vínculo que los había unido en primer lugar.
Ambos trabajan en fortalecer la confianza perdida, reconstruyendo una base sólida para su futuro juntos.
Aunque las cicatrices emocionales permanecen, el amor que sienten uno por el otro les da la fuerza para seguir adelante.
Durante ese tiempo, Jake y Jay decidieron dar el siguiente paso en su vida como pareja: convertirse en padres.
Para Jake, ser un omega significaba cumplir un rol biológico y emocional que siempre había anhelado. Sin embargo, después de múltiples intentos fallidos de concebir, las preocupaciones comenzaron a crecer. Con el tiempo, acudieron a un especialista, esperando respuestas que les dieran esperanza.
La consulta fue devastadora.
El médico les explicó que, debido a una condición genética rara, Jake no podrá tener hijos de manera natural. La noticia cayó como una losa sobre ambos, pero especialmente sobre Jake. Ser omega, en el núcleo de su identidad, siempre había implicado la posibilidad de ser padre, de dar vida. Ahora, ese sueño se desvanece, y con él, una parte de sí mismo se siente rota, incompleta.
En casa, después de recibir la noticia, Jake llora en silencio mientras Jay lo abraza con fuerza, tratando de consolarlo. El alfa, aunque igualmente dolido, intenta mantenerse fuerte por los dos.
—Jake —Dice Jay con voz suave, acariciándole el cabello—. No importa si podemos o no tener hijos. Te amo por quien eres, no por lo que podemos hacer juntos. Eres suficiente para mí, siempre lo has sido.
Jake, con los ojos enrojecidos y el corazón apesadumbrado, susurra:
—Pero, Jay... soy un omega. Mi cuerpo está diseñado para esto. ¿Cómo puedo sentirme completo si no puedo cumplir con eso?
Jay lo mira con ternura, sintiendo el peso de las palabras de su esposo.
—Tú no eres menos omega porque no puedas tener hijos. No eres menos digno de amor ni de respeto. No tienes que cumplir con ninguna expectativa para ser quien eres. Te amo, Jake, tal como eres.
Aunque las palabras de Jay le brindan consuelo, Jake sigue sintiendo un vacío profundo. Esa noche, mientras intenta dormir, las lágrimas corren en silencio por su rostro, pensando en el futuro que ahora parece inalcanzable.
A lo lejos, desde las sombras, Sunghoon observa en silencio. Aunque había prometido no interferir en la vida de Jake, no podía evitar sentir su dolor, como si estuviera entrelazado con el suyo.
A través de los siglos, el vínculo entre sus almas había permanecido intacto, aunque ahora Jake pertenecía a otro. Sunghoon podía sentir cada emoción que atravesaba a su amado, cada lágrima, cada angustia, como si fuese su propio sufrimiento.
La noticia de que Jake no podía ser padre resuena en el alma inmortal de Sunghoon. Aunque siempre había sido una figura distante en la vida actual de Jake, el Vampiro sigue conectado con él de una manera que desafía el tiempo y las circunstancias.
Siente el mismo vacío que asola a Jake, la misma desesperación por un destino truncado.
Sunghoon, oculto en las sombras, desea poder consolarlo, decirle que todo estará bien, que el hecho de no poder tener hijos no define su valor.
Pero sabe que ese no es su lugar. Jake había elegido a Jay, y Sunghoon respeta esa decisión. Aun así, el sufrimiento lo consume, como si las emociones de Jake fueran las suyas propias.
"Lo único que quiero es su felicidad", se repite Sunghoon, recordando la promesa que había hecho.
Pero el amor que aún siente por Jake, profundo e inquebrantable, lo desgarra. Verlo tan herido y no poder ofrecerle consuelo es una tortura en sí misma.
Se prometió, una vez más, protegerlo desde las sombras, velar por su bienestar, aunque jamás pudiera ser parte activa de su vida.
Con el tiempo, Jay y Jake comenzaron a explorar otras opciones para formar una familia, pero el dolor de la imposibilidad biológica aún pesa sobre Jake.
Aunque su relación con Jay se fortalece con cada día que pasa, el vacío sigue allí, recordándole lo que creía que nunca podrá ser.
Una tarde, mientras Jake estaba solo en su casa, el peso de todo lo vivido lo abrumó.
Se sentó en el sofá, mirando a la nada, sintiendo el eco de una tristeza que no parecía tener fin. Cerró los ojos, tratando de contener las lágrimas, pero su mente no podía dejar de pensar en Sunghoon.
A pesar de todo, su conexión con el Vampiro seguía ahí, latente y dolorosa.
"¿Por qué sigo pensando en él?", se preguntaba, confundido. Sabía que Jay era el amor de su vida, pero no podía negar la extraña atracción que aún lo ataba a Sunghoon, ni el consuelo que en algún nivel le ofrecía, aunque fuese solo un susurro en el fondo de su mente.
Jay, al llegar a casa y encontrar a su omega en ese estado, lo abrazó sin decir nada. Sabía que Jake seguía luchando con los fantasmas de su pasado, con la pérdida de su sueño de ser padre y, quizás, con algo más que aún no podía entender del todo. Pero Jay estaba dispuesto a esperar, a amar y a sanar junto a él, porque su amor por Jake era más grande que cualquier obstáculo o duda.
Juntos, continuarán su camino, tratando de encontrar una nueva forma de ser felices. Sunghoon, desde la distancia, seguiría vigilando, eternamente comprometido con la promesa de cuidar a Jake en silencio, mientras ambos se enfrentan a los desafíos de la vida mortal.
Bueno esta historia me está dejando sin lágrimas 🥲
ESTÁS LEYENDO
Under the Blue Moon 🌑 JAKEHOON
Fanfiction"Bajo la Luna Azul de invierno te conocí, bajo la Luna Azul de invierno marqué nuestro destino y te perdí" La lucha de poder entre Vampiros y Licántropos cobra un giro inesperado, una unión que para los primeros significa una luz de esperanza y salv...