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Sunghoon lleva a Yoon a su refugio privado, un lugar apartado y protegido donde el mundo exterior no puede alcanzarlos

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Sunghoon lleva a Yoon a su refugio privado, un lugar apartado y protegido donde el mundo exterior no puede alcanzarlos.

Es una mansión oculta en un rincón apartado de aquel país y caótica ciudad, rodeada por jardines y muros altos. Allí, el Vampiro había pasado gran parte de los últimos siglos, esperando el día en que encontraría a Jaeyoon nuevamente.

Coloca al joven Omega sobre una cama cómoda y lo cubre con una manta ligera. Sunghoon observa su rostro pálido, sintiendo la misma conexión profunda que siempre había sentido en vidas anteriores.

Yoon es Jaeyoon, no hay duda. Pero el daño que le habían hecho es inmenso. Sus sentidos Vampíricos le permiten sentir el dolor que recorre por el cuerpo del Omega, como si cada respiración fuera una batalla.

Yoon duerme profundamente, su cuerpo exhausto por los supresores y los químicos que lo habían mantenido sometido durante años para convertirlo en un instrumento de trabajo.

Sunghoon se sienta en silencio junto a él, sin atreverse a apartar la vista. Cada fibra de su ser quiere protegerlo, curarlo, pero sabe que debe proceder con cautela.

Pasan horas antes de que Yoon comience a moverse, despertando lentamente.

Sus ojos se abren, y al principio, parece desorientado.

Pero en cuanto ve a Sunghoon a su lado, algo en su interior parece reconocerse. Sus ojos se entrecierran, confusos.

—Tú... —Murmura Yoon, su voz débil—.¿Dónde estoy? ¿Qué está pasando?

Sunghoon se inclina hacia adelante, intentando que su voz sea lo más suave posible. No quiere asustarlo.

—Estás a salvo, Yoon —Responde—.Te encontré en el mercado, te desmayaste. No pude dejarte allí.

Yoon se incorpora lentamente, aunque parece luchar por mantenerse consciente. Pasa una mano por su cabeza, como si intentara recordar algo que estuviera justo fuera de su alcance.

—Te he visto antes —Dice, sus ojos fijos en Sunghoon—.Pero no sé de dónde. ¿Nos conocemos?

Sunghoon sonríe tristemente. No puede decirle toda la verdad, no aún. Pero tampoco puede mentirle.

—Es posible —Responde con cautela—.Nuestras almas... tal vez hayan cruzado caminos antes.

El joven Omega lo mira fijamente, como si estuviera tratando de leer algo en sus palabras. Finalmente, suspira y deja caer la cabeza sobre la almohada.

—Siento que estoy buscando algo, pero no sé qué es —confiesa Yoon—.Toda mi vida he sentido que me faltaba algo, y ahora... cuando te veo, es como si... no lo sé. Algo en mi interior me dice que debería confiar en ti, pero no tiene sentido.

Sunghoon siente una punzada en su pecho. Es la conexión de sus almas, la promesa que han hecho siglos atrás. Pero Yoon aún no puede recordar.

—No tienes que entenderlo todo ahora —Dice Sunghoon, acariciando suavemente el cabello de Yoon—.Lo importante es que estés a salvo. Tómate tu tiempo.

Yoon lo mira con una mezcla de agradecimiento y confusión. Hay algo en la voz de Sunghoon que lo tranquiliza, como si realmente estuviera a salvo en sus brazos. Pero también hay algo que no puede comprender, algo que se siente mucho más profundo de lo que se puede explicar.

—¿Por qué me ayudas? —Pregunta Yoon de repente, su voz apenas un susurro—. No entiendo por qué alguien como tú haría esto por alguien como yo.

Sunghoon aparta la mirada por un momento. Sabe que debía tener cuidado con lo que dirá.

—Porque... te mereces algo mejor —Responde al fin—.Has sufrido mucho, y quiero ayudarte a encontrar paz.

Yoon cierra los ojos, dejando que las palabras de Sunghoon calen en su mente. Aunque no entiende del todo por qué, se siente seguro con él. Más seguro de lo que se había sentido en años.

Durante los días que siguen, Sunghoon cuida de Yoon con la devoción que solo siglos de amor inquebrantable pueden explicar

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Durante los días que siguen, Sunghoon cuida de Yoon con la devoción que solo siglos de amor inquebrantable pueden explicar.

Aunque Yoon no lo recuerda aún, la conexión entre ambos se hace más fuerte con cada día que pasa.

Sunghoon no fuerza nada, aprendió muy bien de la vida pasada de Jaeyoon, pero está allí en cada momento, asegurándose de que Yoon se sienta protegido y amado.

Sin embargo, el dolor del Omega es profundo.

Las marcas de su pasado siguen presentes en su cuerpo y mente.

Los supresores que le habían administrado durante años han alterado su naturaleza de Omega, y aunque Sunghoon puede sentir que Yoon está destinado a ser algo más, el daño físico y emocional es inmenso.

Una noche, mientras la Luna Llena brilla sobre ellos, Yoon se acerca a Sunghoon.

El Omega había estado observando la Luna desde la ventana de su habitación, sintiendo una especie de atracción hacia su luz. Algo en su interior le decía que había algo importante que recordar, algo que tenía que ver con esa luna brillante.

—Siento que estoy olvidando algo —Dice, su voz cargada de frustración—.Como si hubiera algo justo frente a mí que no puedo ver.

Sunghoon, que ha estado a su lado en silencio, lo mira con ternura.

—Tu alma lo sabe —Susurra—.Pero no tienes que apresurarte. Lo recordarás cuando estés listo.

Yoon lo mira, con lágrimas acumulándose en sus ojos. Aunque no puede recordar los detalles, sabe que hay algo entre ellos. Algo que trascendía el tiempo.

—Tengo miedo —Admite—.Miedo de lo que pueda encontrar.

Sunghoon, resiste el impulso de abrazarlo y besarlo como lo había hecho en vidas pasadas, lo mira directamente a los ojos.

—No tienes que tener miedo. Estoy aquí, y siempre estaré aquí, esperando por ti.

 Estoy aquí, y siempre estaré aquí, esperando por ti

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Por fin juntos 😭

Gracias por leer la historia ❤️

Under the Blue Moon 🌑 JAKEHOONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora