37: "propuesta"

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Narra Eddie:

Hoy por fin sería el gran día, el día que le pediría a ___ que sea mí novia. Estaba demasiado nervioso caminando de un lado a otro en mí cuarto, no podía parar de pensar en las palabras adecuadas para hacerle la propuesta, sentía que todo sonaba horrible.

"¿Te gustaría ser mí novia?" No, suena muy básico. "Quiero amarte hasta el último día". Esa me gustó más pero hay algo que no me convence.

No quería decirle un discurso pero era difícil demostrar todo mí amor con seis palabras. Quería escribirle una carta, soy muy bueno demostrando mis palabras a través de las letras, solo las escribo a personas demasiado importantes en mí vida y ___ era una de ellas.

Me senté en mí cama con una tabla de madera para apoyar la hoja un poco manchada que había encontrado en un cuaderno viejo en el cual escribía canciones. Mi inspiración era nula así que decidí poner un poco de música, no cualquier música, unas canciones que le escribí a ___ pero nunca nadie jamás las escuchó.

Comencé a escribir esforzándome para que saliera mí mejor letra y que sea entendible. Al terminar la metí en un sobre color verde esmeralda que había comprado mí tío para ello.

Una vez lista la carta tendría que ir hasta su casa, no lo mencioné pero había comenzado mí día a las cinco de la mañana solo para poder hacerle una sorpresa y pedirle que sea mí novia, mí mujer o no se cómo llamarlo. Cuando tenía todo listo me arreglé más de lo normal por qué hoy sería un día especial y no podría estar con mí camiseta del Hell fire club.

Pude ver el hermoso amanecer que se podía apreciar en el cielo y me recordó a ella y lo mucho que le gustan. Me dirigí hacia su casa rezando porque este dormida así podía hacerle el desayuno y esconder la carta. 

Llegué y me recibió Santiago, muy sigilosamente subí las escaleras hasta llegar a su cuarto. Abrí lentamente la puerta y la pude ver en la cama sentada viendo hacia su ventana.

Me lo esperaba

Se veía demasiado tierna viendo el amanecer el cual ya no se veía tan hermoso como hace rato. Quería cerrar la puerta pero no paraba de mirarla, pude ver cómo acomodó su silla para sentarse así que rápidamente cerré la puerta sin hacer ruido.

Baje hasta la cocina y lo mandé a Santiago para que la distraiga mientras yo hacia su desayuno, huevos revueltos con tostadas, su favorito. Estaba en la cocina cuando sentí alguien a mis espaldas, al girar mí cuerpo en dirección contraria pude verla ahí parada, llevaba una muleta en cada brazo.

___: ¿No me vas a felicitar? - dijo con una sonrisa ladina.

Dejé todo lo que estaba haciendo para acercarme a ella, acaricie su mejilla, corrí un mechón de su cabello que caía por su rostro dejándolo detrás de su oreja y la bese lentamente. Ella correspondió de inmediato hasta que sentimos como alguien más en la habitación carraspeo su garganta.

Santiago: Munson, tus manos en la cocina no en mí hermana - dijo de manera demandante.

Ella soltó una pequeña risa que alegro mí mañana y alteró mis pensamientos. Sin muchas ganas de me dirigí nuevamente a lo que estaba haciendo.

Eddie: ¿Cómo conseguiste las muletas tan rápido? - pregunté terminando de preparar el huevo.

Santiago: Recordé que una vez ___ se había hecho un esguince en su pie y tuvimos que comprarlas - explicó.

Eddie: Entonces ¿ibas a comprar unas nuevas cuando ya las tenías? - reí por su mala memoria, en eso eran iguales.

___: Exacto, lo tontos es de familia - atacó.

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