PARTE II - PELIGRO / 10. La Milicia

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Harry y Jake llegaron al cuartel general de la Milicia de Fronteras en el suroeste al caer la tarde, tras dos días de ascenso por el Valle de San Luis. En el camino pudieron notar el cambio abrupto en la geografía y la vegetación que se aprecia claramente al pasar de la selva a la sierra. Los verdes y densos bosques de montaña de la selva alta quedaban atrás, y el paisaje se tornaba pedregoso, agreste y frío, con muy poco pasto, salpicado solo por algunos ichus secos dispersos en las laderas de las montañas.

Realizaron la ruta junto a un pelotón de reclutas, dos cabos y dos oficiales, que hacían de guías y resguardo. Pero ambos ya no eran reclusos, ni siquiera reclutas o cabos, habían sido nombrados sargentos, luego de aprobar el entrenamiento para francotiradores con puntaje excepcional. Los demás miembros del grupo habían sido asignados a la frontera principalmente para realizar labores de construcción, reforzando las líneas de defensa y mejorando los caminos.

Luego de asearse y cenar, se presentaron ante el coronel Harris, jefe de la guarnición, quien estaba acompañado por el general Hoth, que había llegado el día anterior luego de una semana pasando revista y evaluando las posiciones más avanzadas del Primer Ejército. Junto a ellos, un grupo de oficiales planificaba las patrullas de la noche y del día siguiente. Harris y Hoth revisaban un mapa en silencio, y levantaron la cabeza cuando los novatos entraron en la habitación y saludaron. Harris los llamó con la mano y ambos se acercaron.

—Krasinsky, Mayer, bienvenidos a la Milicia de Fronteras. — les estrechó la mano.

—Gracias, señor, es un honor poder servir en la gloriosa Milicia —respondió Jake con energía.

—Vengan, les presento al capitán Marco Alonso, él será su jefe.

Alonso se acercó, les dio el saludo militar y los observó fijamente en silencio, con mirada sospechosa.

—Así que ustedes son Harry y Jake, los famosos asesinos del trogón —dijo Alonso.

—Con todo respeto, señor, somos los sargentos Krasinsky y Mayer, del Cuerpo de Cazadores de La Milicia de Fronteras —contestó Harry.

—Aún no lo son —replicó Alonso—. Pero lo serán, pronto. 

Hoth y Harris sonrieron.

—A lo que se refiere el capitán Alonso, es que aún falta un paso más para realmente poder ser llamados cazadores —dijo Harris—. El precio de su bautismo son veinticinco cabezas.

Harris y Alonso los observaban. En esos momentos querían ser capaces de descifrar si iban a poder cumplir con la tarea. Jake y Harry se miraron entre ellos, sabían lo que eso significaba.

—Señor, sí señor —dijeron ambos—. Veinticinco cabezas.

—Excelente. Pero no piensen en eso ahora, ya llegará su momento, y como se vienen dando los acontecimientos, estamos seguros de que pronto podrán formar parte de este cuerpo, pero sabiendo que primero deben ganárselo. Ahora, el capitán Alonso se encargará de su entrenamiento final —concluyó Harris.

Ambos se despidieron y salieron del recinto. Alonso salió tras ellos.

—Krasinsky, Mayer, vengan.

Harry y Jake lo siguieron por un sendero empinado que iba hacia la parte alta de la base. Llegaron a un mirador, Alonso se sentó en una piedra plana que hacía de asiento. Los novatos se sentaron en el piso. El capitán sacó de su guerrera un estuche con tabaco y papel y empezó a liar un mapacho.

—Escuchen. Tengo aquí más de ocho años y he visto de todo —dijo luego de prender el cigarro con un fósforo—. El entrenamiento básico y el curso para francotiradores son importantes, y gracias a su puntaje están aquí, por eso Harris los llamó. Él y Hoth creen que las habilidades de bandidos que mostraron todos estos años van a serles útiles en el cuerpo, pero yo no estoy tan seguro. —hizo una pausa—. Allá —señaló hacia el oeste—, se requiere de fortaleza física, mental y muchas agallas. Si quieren matar bestias deben tener sangre fría, y no deben sentir nada al acabar con sus miserables vidas. Eso no se enseña, lo van a comprender con el tiempo. Aunque no queda mucho para entrenarlos adecuadamente, según parece.

La Última Guerra en la TierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora