Pecador

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  El bulto duro detrás de mí fue lo que me hizo despertar. Jungkook seguía dormido pero su erección estaba más que despierta.

  Ambos estábamos de lado y él me abrazaba en esa posición. Me removí y bajé a darle los buenos días; liberé su falo y lo tomé de inmediato comenzando la felación.

  Por la madrugada me había regalado dos orgasmos placenteros y había tenido su primera vez conmigo; por lo tanto quería hacerlo sentir bien.

  Chupé cuidadosamente sus testículos y sentí como sus muslos se contrajeron y movió su pelvis buscando más contacto.

  Su polla sabía deliciosa y estaba tan dura.

  Con una mano masajeé de arriba a abajo, apretando y soltando para brindarle una doble sensación al estimularlo y mi boca chupaba y succionaba de la mitad a la punta.

— Jimin... — gruñó mi nombre con una voz tremendamente gruesa — súbete — pidió sin abrir los ojos.

  Sonreí y escupí sobre mi mano, notando que mi saliva estaba muy espesa. Llevé los dedos hasta mi culo y lo llené con el fluido para luego sentarme encima de Jungkook y meterme su polla lentamente.

  Los dos gemimos bajito uniéndonos nuevamente. Bajé mi pecho hasta el suyo y tomé su boca en un beso somnoliento, moviendo únicamente mis caderas de arriba hacia abajo, rozando mi pene contra su abdomen.

  Con sus grandes manos sostuvo mis nalgas y comenzó a moverse lento, follándome al mismo tiempo que yo me movía.

  Nuestro climax llegó rápidamente.

  Él seguía sin abrir los ojos — Tengo mucho sueño — dijo con pereza.

— Te limpiaré para que sigas durmiendo.

  Así fue. Me encargué del desastre que habíamos dejado y salí a su terraza para fumarme un cigarrillo.

  Eran las 8am; debía volver pronto a mi casa.

  Vestido únicamente con mis boxers y recostado sobre la baranda, sentí un abrazo por la espalda — Bonjour, chéri (buenos días, belleza) — su acento más esa voz grave hicieron temblar mis piernas.

— Hasta que despiertas — volteé a verlo y lo abracé por los hombros.

— Lo siento, estaba teniendo otro de esos sueños, solo que esta vez fue mucho más vívido.

— Oh, tuvimos el mismo entonces — nos reímos — debo volver.

— Lo sé, También tengo que ir a la sastrería.

  A pesar de que pasamos toda la noche juntos, se sentía triste tener que dejarlo.

  Y lo sé, entiendo que no tenemos una relación y que quizá eso sea algo imposible pero me gustaba su compañía y ahora que habíamos avanzado en el nivel de intimidad me gustaba muchísimo más.

  Comimos y me dejó en el edificio. Mis compañeros me llenaron de preguntas que mi sonrisa de oreja a oreja junto a unos ojos cansados fueron la respuesta.

Ese día por suerte no teníamos que trabajar ni ir a las clases así que dormí toda la tarde y me desperté casi a las siete de la noche.

  Quería escribirle pero él no lo había hecho, quería llamarlo pero tampoco lo había hecho, entonces, ¿qué tenía que hacer?, ¿cómo tenía que actuar?

  Una ducha, me arreglé y vestí esperando al menos tener una video llamada. Pero fue mucho mejor lo que recibí.

¡Ding, dong!, Tu galán está afuera — avisó Taehyung.

  Corrí a echarme perfume y salí a recibirlo. Iba vestido como siempre: elegante y masculino.

— Buenas noches, Précieux (precioso), ¿cómo estás?

— Muy bien, tenía tiempo sin verte — bromeé.

— ¿Damos una vuelta? — propuso y por supuesto que le dije que sí. Tomé mis cosas y salí despidiéndome de mis amigos.

— ¿A dónde iremos hoy?

— Quiero mostrarte algo en lo que estuve trabajando — cogió mi mano y besó los nudillos antes de abrirme la puerta del carro.

  Sus acciones me tenían en el cielo.

  Me llevó a su negocio, el cual estaba solo y me sorprendió ver bandejas de comida y una mesa preparada —¿Es para nosotros? — estaba sorprendido.

— Espero no te importe, quiero que cenemos y luego mostrarte algo, ¿está bien?

— Por supuesto — le regalé una sonrisa.

  Todo estuvo delicioso.

  Al finalizar sacó un boceto que había dibujado, en el que se ilustraba un traje muy diferente a los que modelaban los maniquíes que tenía en exhibición — ¿Te gusta?

— Me encanta — consistía de un pantalón semi entallado, con un saco acentuado en la cintura, cuya única unión era un botón grande en el centro, debajo no llevaba nada — ¿Es un proyecto?

— Lo quiero hacer... Para ti — Estaba sin palabras — desde hace mucho he querido diseñar otras cosas pero no tenía la inspiración, hasta ahora. Tu cuerpo es perfecto para trabajar sobre él y tengo mil ideas.

— ¿De verdad?

— Sí, solo si quieres...

  Tomé su rostro y le dí un beso en los labios — Trabaja sobre mí, entonces.

  La puerta se abrió dejando ver al hermano mayor de Jungkook quién al darse cuenta de que estábamos allí; sentados el uno al lado del otro, se detuvo abruptamente — Oh, no sabía que tenías compañía.

  Por algún razón el rostro tranquilo y de paz que tenía Jeon cambió por completo y ahora se notaba tenso. Se alejó de mí, tomando distancia — ¿Se te olvidó algo? — preguntó el hombre a mi lado.

— Sí, dejé mi billetera en la oficina. ¿Todo está bien? — parecía curioso.

— Lo está.

— ¿Podemos hablar un momento a solas?

  Jungkook me miró y luego asintió hacia su hermano, se fueron y yo me quedé en el área donde habíamos comido.

  Joder, todo era muy incómodo.

  Al pasar unos minutos escuché como si estuviesen discutiendo pero no podía entender nada de lo que decían. SeokJin salió dando un portazo y ni siquiera se despidió.

  Él salió después peinando su cabello hacia atrás y botando el aire contenido. No dijo nada ni tampoco le pregunté solo se sentó a mi lado, se recostó en mi hombro y lloró en silencio.

  Lo único que pude hacer fue estar ahí para él y brindarle mi apoyo y compañía — No estás solo... Ahora me tienes a mí.

  No respondió en palabras pero tomó mi mano y nos quedamos en esa posición un largo rato.

   Hola, las tkm 💕

París - Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora