Leurre

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  Días antes de esa noche...

El timbre sonó dos veces y sin ganas de escucharlo por tercera vez; Eunwoo se levantó del sofá para abrir la puerta.

  Un rubio de aspecto dulce y mirada curiosa estaba del otro lado. Su cabeza llegaba hasta el fornido pecho del pelinegro y lo veía expectante desde abajo — ¿Está Jimin? — preguntó con suave voz.

  Eunwoo pensó que nunca había visto a un chico tan bonito en su vida — ¿E-eres su amigo? — trató de hablar con firmeza pero solo logró verse torpe.

— Somos amigos — asintió a la pregunta — pero perdí su número y quería hablarle de algo.

  Taehyung apareció por detrás del más alto — Él no está. Sinceramente no pasa mucho tiempo aquí, si quieres te doy el número y le llamas.

— Eso sería excelente — respondió con una radiante sonrisa; flechando el corazón acelerado del pelinegro.

El moreno le dió el contacto y Dan agradeció con una leve reverencia, volviendo a enganchar su mirada con la de Eunwoo — Que tengan buenas noches, y disculpen por venir a molestar a esta hora.

— No fuiste molestia — respondió de inmediato el hombre que lo veía extasiado.

  Al cerrarse la puerta, ambos amigos se miraron — Te gustó, ¿verdad?

— Joder... — tomó asiento nuevamente — tiene todo lo que me gusta.

— No me jodas, es idéntico a Jimin... ¿Te gusta Jimin? — lo miró frunciendo la nariz.

  Eunwoo negó rápidamente con la cabeza — Jimin es precioso pero lo veo como mi amigo. Aunque me llegase a parecer lindo, Jamás dañaría nuestra amistad. Sin embargo ese chico...

— Fuiste tonto, no le pediste el número.

  Se pasó las manos por el pelo — Me puso nervioso, no pude siquiera pensar.

— Tendrás que pedírselo a Jimin.

                              ---

  Tomó el encendedor, la bolsita que contenía Weed, la cajita de los Rollings y su teléfono.

  Le gustaba salir tarde por la noche y caminar por Montmartre, le gustaba la tranquilidad y el silencio que esas calles transmitían.

  En una banqueta solitaria, se sentó y comenzó a armar su tabaco para fumar y liberar el estrés de estar en un país desconocido; viviendo con desconocidos y sin tener cerca a su familia.

  Encendió el cigarro de marihuana y dió algunas caladas, reteniendo el humo en sus pulmones para mejor efecto, expulsó por su nariz y boca el aire y tosió levemente.

— ¿No invitas? — preguntó una voz detrás del él que lo hizo voltear asustado. Sin embargo reconoció la cabellera rubia con ropajes blancos y sonrió tímidamente.

— ¿Fumas? — levantó su mano mostrando el tabaco.

  Dan se sentó a su lado y se lo quitó — Observa y aprende — dijo antes de calar varias veces y botar el humo haciendo figuras en el aire en formas de círculos uno dentro de otro.

— ¡Wow! — exclamó impresionado — eso fué increíble.

— No es mi mejor truco — le guiñó el ojo, logrando que el rostro de Eunwoo se tornara colorado.

París - Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora