Banal

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  El ambiente en cuanto caía la noche se transformaba totalmente. Todo estaba lleno de luces y habían personas por doquier.

Me sorprendió ver a tantas parejas homosexuales y al mismo tiempo me hizo sentir muchísimo más cómodo.

  Jungkook me llevaba de la mano mientras nos acercábamos a la discoteca que se veía a algunos metros.

Era totalmente abierta, con espacio entre algunas mesas y un bar enorme dónde muchos pedían sus bebidas. En el centro había un espacio para bailar dónde una esfera de colores alumbraba en dirección a quienes lo hacían.

  No podía controlar los latidos de mi corazón y trataba de evitar pensar que me sentía como en una luna de miel.

— ¿Qué te gustaría beber? — preguntó en mi oído sosteniéndome por la cintura.

— Ni siquiera hablamos español, ¿cómo pretendes pedir?

— Sé hablarlo un poco — dijo divertido.

  Nos acercamos a la barra y sorprendente Jungkook pidió las bebidas en un español bastante bueno. Claro, yo no entendí nada de lo que dijo.

Nos fuimos a buscar una mesa pequeña y ahí nos sentamos con nuestras "Piñas coladas", uno frente al otro.

— ¿Cómo te sientes? — preguntó mientras bebía.

— Felíz, ¿y tú?

— Felíz — respondió también, regalándome una sonrisa.

  Las copas fueron llegando y las horas se fueron yendo.

  Una melodía latina comenzó a sonar y la gente gritó parándose a bailar. Jungkook estiró su mano hacia mí — Al parecer es una buena canción. Baila conmigo — y jamás le diría que no.

  Me puse de pie, sostenido por su fuerte agarre y nos dirigimos a la pista donde todo el mundo coreaba y bailaba la canción.

  Imaginé que él no sabría cómo moverse con ese tipo de música pero me sorprendió cuando me giró dejándome de espaldas y empezó bailar.

  Sostenía mis caderas, las cuales se movían al ritmo y sentía su entrepierna cada vez que rozaba contra mis nalgas.

  Volteé poniéndome frente a él y me alejé un poco bailándole, provocándole, y tentándole. Se quedó estático mirando como mi cuerpo era guiado por la música y finalmente me tomó por la cintura pegándome a él. Atacó mis labios dándome un beso que me dejó sin aliento.

En ese lugar había tanta gente y tantas parejas como nosotros que a nadie le importó lo que hacíamos, éramos libres y eso se sentía correcto.

  Compenetrámos perfectamente al bailar y amé ese momento a su lado.

  Cuando la discoteca estaba por cerrar; él y yo estábamos ya bastante ebrios. Nos reíamos de todo y cada dos segundos nos besábamos.

  Salimos del sitio caminando torpemente hasta llegar a nuestra suit.

  Jungkook fué el primero en dejarse caer sobre la cama. Mantenía una sonrisa idiota en su rostro y eso me hizo entender que realmente sí se sentía feliz con todo lo que estaba haciendo.

  En medio de mi borrachera detallé sus fuertes piernas y la montaña morbosa que se veía en medio de su hombría y recordé lo que había dicho antes de salir.

  Deslicé por mis hombros la camisa que llevaba puesta, dejándola caer al piso, para luego deshacerme de los zapatos y el pantalón; quedando desnudo para él.

  Jungkook me gustaba tanto que no tenía suficiente de su sexo.

  Mientras él estaba acostado mirando hacia el techo yo me subí sobre él. Llevó sus grandes manos hasta mis nalgas, sobando la piel de ellas.

París - Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora