Ateo

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  Vivía en un complejo privado, donde al parecer nadie se dirigía la palabra con nadie, ya que las casas estaban bastante separadas entre sí.

  Su hogar consistía de dos pisos en dónde parecía no habitar mucho porque se sentía un tanto desolado.

— ¿Aquí vives? — pregunté mirando la decoración.

— Trabajo casi todo el día en la sastrería y el otro tiempo estoy en la iglesia; así que solo vengo a dormir.

— Que aburrido — se supone que lo pensé pero lo dije. Así que volteé a verlo y estaba sonriendo.

— ¿Te parezco aburrido?

— Un poco — mentí.

— Vale, es cierto. Soy un hombre aburrido, pero, ¿qué hay de ti?

— Soy modelo, eso ya lo sabes — lo miré sobre mi hombro, para luego volver a caminar detallando todo — estoy en clases de francés y mis horarios son al azar, aveces puedo estar tres días sin hacer nada y luego tengo que lucir atuendos por una semana entera.

— ¿C'est épuisant? (¿Es agotador?) — preguntó sacando algo de la nevera.

— J'adore mon travaille (amo mi trabajo) — respondí.

  Jungkook sacó dos vasos y me entregó uno... ¿¡Eso es jugo!? ¡Era jugo!

  Lo tomé sin remedio y nos sentamos en el sofá. Sinceramente no sé a dónde íbamos a llegar o quien daría el primer paso, pero creo que ese iba a ser yo, porque él no parecía quererlo así.

— Háblame de ti...

— ¿Qué quieres saber?

— ¿Solo tienes a Seokjin cómo hermano, o hay más?

— Solo somos nosotros, ¿tú tienes?

— Soy hijo único...

— Bien, no compartiste tus juguetes — nos reímos.

— ¿Tienes pareja?

  La pregunta pareció incomodarlo; exhaló aire y se sentó mejor, separando un poco más sus piernas y recostándose al sillón — Tuve hace algunos meses... Pero eso se acabó.

  Joder... ¿Era hombre o mujer? — le quería preguntar.

— ¿Por qué?

— Ella no quería dedicar su vida a Dios.

Listo, me voy.

Lo miré con el entrecejo fruncido y volví a beber del jugo — Vaya...

— Sí, en lo personal busco a una mujer que sea pura y quiera servirle a Dios.

— ¿Pura? — quería entre vomitar, reírme y largarme.

— Vírgen... Cómo yo.

¿¡Qué cojones!? ¿¡Era virgen!?

— ¿Nunca has tenido sexo? — pregunté terriblemente descolocado porque todo su físico gritaba pornografía.

— Me estoy guardando para la mujer indicada, para al momento de casarnos poder volvernos una sola carne.

  No te rías, no te rías, Jimin.

— Vale, lo respeto — dije cortando el contacto visual y sacando el teléfono para ver algo mejor en la internet. Eso me decepcionó; no solo por ser virgen sino porque dejó en claro que le gustan solo las mujeres.

— Prepararé el almuerzo — dijo poniéndose de pie. Yo solo asentí y no dije nada.

  Comimos después de un rato, por suerte estaba delicioso pero me sentía muy incómodo y quería irme.

  Cuando terminamos nos quedamos sentados en el comedor; Jungkook parecía querer decir algo pero no lograba hacerlo — ¿Estás bien? — pregunté y él bajó la mirada a sus manos.

— ¿Cómo es?

— ¿Cómo es qué?

— Tener intimidad...

  Me enderecé y peiné mi cabello hacia atrás — Bueno, no lo sé. Creo que depende con quién lo hagas; pero en sí, es algo delicioso y hasta puedo decir que necesario.

— ¿Has estado con muchas mujeres?

  Me reí para adentro y cubrí mi boca — ¿Mujeres? — ¿Es que este tipo no se ha dado cuenta de que soy gay? — Oh, creo que te equivocas, a mí no me gustan las mujeres.

  Tragó saliva y vi como su manzana de Adán se movió — ¿Lo haces con hombres?

— En efecto — la conversación se estaba tornando entretenida...

— ¿Cómo es?

— Mm — pensé unos segundos — es caliente... También juega un factor importante el rol que ocupes, si vas a dar o a recibir.

— ¿Tú qué haces? — hablaba más ronco que antes y eso me motivaba a seguir mi diálogo.

— Me encanta recibir — dije colocando los codos sobre la mesa, mirándolo a los ojos — me gusta sentir como el pene entra en mi culo y estira todas mis paredes, cuando la punta golpea mi próstata y me hace erizar la piel... Es un sentimiento increíble.

  Podía sentir su respiración entrecortada y pensé que estaba a punto de decir algo pero se levantó de la silla bruscamente — Eso va en contra de la naturaleza de Dios y su creación.

  Sonreí y volví a recostar mi espalda en la silla — No creo en Dios — dije firmemente — por eso me importa un carajo su ley.

  Lo que dije pareció dejarlo pensando.

  Miré su entrepierna y Joder... Lo puedo jurar, puedo jurar que tenía una erección.

  Mis palabras sí habían hecho efecto en él y eso solo podía significar algo:

  Que Jungkook sí tenía curiosidad sobre el tema pero que su religión no lo dejaba experimentar...

  Por suerte yo no tenía miedo de jugar con fuego.




     Ay papá, si me dicen que me aman les subo el otro cap JAJAJ

París - Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora