Bienaventurado

2.8K 514 57
                                    

  Después de reaccionar, corrí hasta la discoteca dónde pedí un botiquín de primeros auxilios, prestado y por suerte el bartender quién me conocía, sacó uno pequeño y me lo dió.

— Lo traeré en un instante — dije temblando mientras volvía a la iglesia.

  Abrí la puerta encontrándome a Jungkook en la misma posición. Rezaba con voz quebrada.

  Me acerqué a él y me puse de rodillas a su lado, dejando la maleta en el piso — Kook... — susurré.

  Él no me miró, sus ojos permanecieron cerrados — Vete.

— Déjame ayudarte.

— Ya has hecho suficiente.

— No tenía idea que tu padre llegaría... Me siento muy arrepentido. Es solo qué, estaba celoso.

  Cuando por fin levantó la mirada; sus ojos estaban rojos a más no poder y su nariz tenía un leve sangrado — Vete — repitió.

  Abrí el botiquín e ignoré su petición.

  Me iría de su vida, claro que sí, pero antes le ayudaría a curar su heridas porque a diferencia de él; yo si estaba enamorado.

Lo amaba.

  Saqué unas gasas y alcohol para limpiar cada corte, ganándome gruñidos y maldiciones bajas — no tienes porqué soportar esto — dije bajito.

— Es mi problema — decidí no decir nada más y continuar limpiando y vendando sin tener conocimiento alguno en enfermería solo siendo guiado por el miedo y el dolor que sentía al verlo así.

  Su ropa estaba tirada cerca de donde estábamos; la recogí y lo ayudé a ponérsela — Debes ir al hospital.

— No puedo hacerlo, me preguntarán qué pasó...

— Diles la verdad.

— Es mi padre — me miró con tristeza.

— No entiendo nada de religiones. Pero sé que así no es como trata un padre a un hijo que ama... No con golpes ni ofensas, no con imposiciones ni desprecios. Aún tienes tiempo de salir de aquí y vivir tu vida.

  Lloraba quedito sin decir nada.

— No volveré a aparecer por aquí, si eso te trae problemas. Lamento mucho la forma en la cual me comporté y lamento haber dicho todo eso sin saber que estaba tu padre.

— Yo pedí ser azotado...

No podía creerlo.

  Miré a la hora en mi teléfono: casi las cinco de la mañana.

— De verdad lo lamento — me puse de pie dispuesto a irme — solo... cuídate de quienes dicen quererte.

  Crucé la puerta aceptando no volver a buscarlo.

  No mientras él no supiera qué hacer con su vida.

  Lloré, lloré y lloré durante muchas noches en las que su cuerpo me hizo falta. Lloré, lloré y lloré durante días en los que añoré su compañía.

  Me quedaban seis meses más en París.

  Tal vez lo mejor serían enfocarme solo en mí.

— ¿Sabes cuáles artistas irán?

— No tengo ni puta idea... Dijeron que iba a estar repleto de prensa.

— Deben ser famosos — Taehyung hablaba mientras cocinaba algo. Yo tenía los pies metidos en una taza con agua caliente; ablandando la piel muerta para hacerme una "pedicura".

Algún dia seré así de famoso, ya lo verás.

  Habría un evento enorme. Habrían muchos eventos en París y a nuestro desfile irían los nuevos embajadores. Cosa que tenía a los paparazzi como locos buscando primicias.

  La colección se llamaba "aspiration" que significaba añoranza.

  Poco a poco mi estado de ánimo mejoraba y entre las clases de francés e inglés mi mente se mantuvo ocupada.

  Habían pasado tres meses y no volví a saber de él. Bloqueé su número y decidí no buscarlo más.

  Lo más doloroso es que él tampoco me buscó a mí.

  Antes del desfile de ese día; mientras retocaba mi maquillaje ví sobre la mesa un pequeño librito.

  Decía en la portada "Sainte Bible"

Una biblia... Era raro ver eso en ese tipo de sitios.

  Estaba totalmente en francés.

  Abrí el libro y decidí leer lo que decía justo en la página que quedó:  “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece… “Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. “El amor nunca deja de ser” (l Corintios 13:4, 7-8).

  Toda mi piel se erizó después de leer ese párrafo.

  Tocaron la puerta avisando que ya debíamos salir. Dejé el librito sobre mi mesa y me dispuse a cumplir con mi trabajo.

  Afortunadamente todo salió perfecto.

  Me tomé fotos con los artistas invitados y asistí al "after party".

  A pesar de que no creo en Dios, me gustó mucho lo poco que leí y pensé que lo que decía no concordaba con la vida tan miserable que Jungkook llevaba.

   Acostado en mi cama, Eunwoo me llamó para que fuese a la sala. Me levanté con pereza e hice lo que se me pidió.

— Bien, no será mucha gente porque esta pocilga es pequeña pero vendrán al menos veinte.

— ¿Veinte qué?

— Personas, reacciona. Haremos una fiesta por mi cumpleaños y estás invitado.

— Maldito, yo vivo aquí — dije ofendido.

— Por eso... Bueno, la temática será de Harry Potter. Todos tenemos que vestirnos acorde. ¿Alguna pregunta?

— Sí.

— ¿Cuál?

— ¿Qué mierda es Harry Potter?

  Taehyung y Eunwoo se miraron con la boca abierta — ¿No has visto las películas?

— ¿Son películas?

— Ya basta, yo me encargo de tu Outfit. Mientras tanto tú anda a ver la primera película.

  Así fue. Me hizo ver cómo seis películas una trás otra y terminé por verlas todas.

  El fin de semana la gente empezó a llegar. Era sábado por la noche. Mis energías estaban a tope y tenía muchas ganas de beber, fumar y bailar.

  Los invitados de Eunwoo eran agradables y divertidos.

— Ven a bailar, necesitan ver cómo mueves el culo — pidió Tae. A lo que yo fuí y me uní a ellos, pasándola bomba.

  A las cuatro de la madrugada ya habían varias personas dormidas en la sala así que decidimos apagar la música e irnos a dormir.

  Otras tantas se fueron y nosotros nos dirigimos a nuestro respectivo dormitorio.

  Con un ojo abierto y otro cerrado me dí una pequeña ducha antes de dormir para después caer rendido sobre mi cama.

  Volviendo a soñar con él...

  Aunque ahora tal vez dolía menos y me acostumbraba a pensarnos juntos en nuestro primer día en Ibiza.



  Las tkm

París - Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora