Amoureux

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    Me despertó el sonido de mi celular y con ojos aún cerrados contesté la llamada — ¿Hola?

— Pensé que me ibas a esperar...

   Reconocí su voz de inmediato, ¿qué excusa le daría? — Tuve que venir a buscar algo en casa, ¿ya tú llegaste?

— Hace algunos minutos, te quería invitar a hacer algo y estaba organizando todo. Perdóname por tardar tanto...

   No pude evitar sonreír y sentir mi corazón acelerarse - Puedo prepararme.

— Paso por ti en una hora, entonces.

   Me importaba una mierda que Dan no fuese a renunciar a él; yo tampoco lo iba a hacer porque Jungkook me gustaba y sentía cosas más allá de atracción, además... No soy un jodido perdedor.

  Me duché y puse bonito para esperarlo. Llegó y bajé a recibirlo con un beso — Hueles muy bien - halagó enterrando su rostro en mi cuello para dejar besitos ahí, acompañados con caricias de su nariz.

— Tú siempre hueles bien — sentía ese nudo en mi estómago que me gritaba "estás enamorado".

— ¿Listo para nuestra cita?

— Listo — trás regalarnos una sonrisa cómplice, manejó hasta el sitio. Siempre dejando caricias en mi muslo y besos en los nudillos de mi mano la cual se escondía bajo la suya y tomaba el freno manual.

   La vista a penas llegamos fue magnífica. Un largo rio donde algunos botes paseando con parejas adornaba el lugar.

— ¿Vamos a pasear en bote? - pregunté feliz.

— Siempre oí hablar de lo romántico que esto era y no imagino hacerlo con otra persona...

  Nos bajamos y acercamos a pedir el transporte. El paseo en barco por el Sena nos daba una vista absolutamente mágica. Jungkook tomó los remos y comenzó a hacernos mover sobre el agua mientras yo lo veía deleitado — Vous avez l'air très séduisant en ramant, monsieur (luce usted muy atractivo remando, señor)

— Et tu es extrêmement belle assise là, juste existante (y tú te ves hermoso ahí sentado, solo existiendo).

  Me sonrojé y acerqué a darle un beso en los labios — Gracias por traerme...

— Gracias por venir, mon petit.

Al finalizar la media hora de recorrido nos dirigimos a la torre Eiffel; dónde nos sentamos en una banca y pedimos conos de helados. Me sentía como un adolescente: enamorado y cautivado.

— Se ve tan imponente desde aquí — dijo él, refiriéndose al monumento que teníamos al frente.

— He oído que es el lugar más romántico para pedir matrimonio.

— ¿Te gustaría casarte algún día?

   Esas palabras lograron erizar mi piel y cortar mi respiración — S-sí... Me gustaría mucho tener una familia; una casa, un esposo.

  Asintió y comió de su helado — Suena muy bonito.

— ¿Y tú?

— Puede que también quiera eso — me invitó a recostarme en su hombro y así nos quedamos en silencio un rato viendo a las parejas pasar.

  De un momento a otro un hombre se puso de rodillas en el piso y le ofreció un anillo a otro. La gente aplaudió cuando su novio dijo que sí y me puse de pie para celebrar con mis palmas, feliz por ellos. Todo bajo la mirada de Jungkook.

  Hasta que un dolor fuerte me hizo sentar de golpe. Mi estómago dolió y me quejé.

— ¿Estás bien? — preguntó preocupado, llevando su mano a mi vientre.

París - Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora