Después de meditar un poco en el borde de la montaña, compuse un haiku:
medito en la cima
el viento acaricia mi piel
flores de cerezoA pesar de que llevo bastante tiempo sin escribirlos, creo que no me quedó mal. Hacerlos me hacen sentir liberado y en armonía con el ambiente. Incluso estuve admirando cada detalle del paisaje. Sintiendo el viento y analizando la naturaleza en sí, tan armoniosa, pero todo es un proceso que está en conjunto con absolutamente todo y estamos incluidos los humanos; filosófico. Después, empecé a sentirme somnoliento y cabeceaba, sin embargo, escuché unos pasos que me despertaron
—¿No te gustaría ir a las termas conmigo? Están en la base de la montaña, capaz te quedas dormido y caes rodando —dijo Jin risueño.
Acepté, pero antes fui a la entrada del templo para recoger mi armamento y Anong ya me esperaba ahí, le agradecí por su ayuda pagándole, pero se negó. Además, para ella solo sea el hijo de un amigo, capaz y no me recuerde dentro de poco tiempo, no obstante, siempre tendré en mente lo mucho que me ayudó. Fue poco lo que me mostró y es más que suficiente para que pueda salir adelante y darme cuenta de las cosas que negué ver.
Al bajar de la montaña, Jin y yo notamos a Momo en mejor condición, como si nada hubiera pasado, pero sigue sin contarnos que le había ocurrido y nos evade el tema, así que nos rendimos. Aunque explicó que obtuvo energía al cruzar al mundo de los yokai y "comer" los fuegos fatuos característicos de las kitsune, supuse que tuvo que atacar a otros para poder sobrevivir.Las termas tienen un aspecto rústico, sin paredes siquiera, únicamente con el estanque de agua caliente rodeada de piedras. Me da vergüenza desvestirme aquí, pero los monjes respetarían nuestra privacidad. Momo nos dio nuestro espacio alejándose hacia la ladera.
Jin y yo nos quitamos la ropa a espaldas del otro, sacudí la mía y cayeron bastantes cáscaras de trigo, Jin reía por esto. Volteé a verlo y noté una pequeña cicatriz rojiza sobre su hombro derecho, sin embargo, dejé de observarlo para no incomodarlo. Me quité la prótesis y nos metimos en el agua rodeada de vapor que ocultaba nuestra intimidad. Yo estuve en silencio, pensando sobre el karma y cómo los yokai aún me persiguen y eso pondría en peligro a Jin también, él no se ha quejado de ninguna situación desde que nos conocimos—¿Te sucede algo? —preguntó él y me acercó un frasco de cerámica—. Es un remedio, pero si no hay mejoría, podemos visitar un mejor curandero.
—Dudo que haya un mejor curandero que tú —añadí confiado, sonrojando a Jin.
Recogí frasco y bebí todo de golpe, el sabor es ligeramente amargo y dulce, me recuerda al matcha. Entonces, Jin me miró con preocupación
—¿Qué tienes? Supongo que la charla de Anong te dejó perplejo. Es raro que no hables o comentes acerca de algo —insistió angustiado.
—Estuve pensado, Orochi y los yokai me persiguen, estoy envuelto en cosas peligrosas, pero tú... me has acompañado todo este tiempo y siento que podrías salir afectado por mi culpa —expliqué con tristeza.
Si pierdo a Jin, alguien bueno se iría de mi vida otra vez
—Tú no controlas a los yokai, independientemente si te persiguen o no, son una amenaza para todos y que seas un purificador es evidente que estarías cerca del peligro. Por ende, estaríamos en situaciones así. Yo ya no tengo mucho que perder —explicó con seguridad—. Además, me... gusta estar contigo —susurró.
—Eso es verdad, pero... ¿Cómo que no tienes mucho que perder? Cuéntame sobre ti, si es que quieres, me da curiosidad tu pasado y esa cicatriz —añadí intrigado.
Jin se mostró retraído, desvió la mirada para pensar
—Yo tuve una vida "normal", con mis padres y mis tres hermanos menores, aunque, ya has de pensar que significa eso. Tenía que ser la imagen perfecta y el ejemplo a seguir, aunque deseaba ser un curandero. Desde pequeño investigaba sobre medicina, herbolaria y todo eso, pero me gustaba agarrar animales, ranas, sapos, salamandras y una que otra serpiente por curiosidad...—dejó de hablar.
ESTÁS LEYENDO
Ojos de Yokai (+18) #PGP2024
Fantasy"¿Qué harías si tu mirada pudiera mostrar las auras de los yokai y al mismo tiempo te convirtieras en su objetivo?" Keitaro, el despreocupado hijo de un samurái, se ve obligado a enfrentar esta realidad cuando una acción desinteresada lo maldice con...