Escuchamos cómo Sakiya corre detrás de nosotros, además de un crujido horrendo provocado por sus pisadas. Miré de reojo y ella había aplastado la cabeza de Den con su mano. La caja está hecha un desastre, y quedó un gran rastro de sangre y carne. Sakiya usa las extremidades, de forma desenfrenada como un animal.
Momo iba a abrir un portal, pero en cuanto entramos en la otra habitación, el suelo se desplomó y todos caímos a lo hondo. La altura fue considerable, y chocamos en seco contra el suelo de piedra, empolvados. Únicamente escuchamos la risa de Sakiya a la distancia. Este sitio está en su mayoría a oscuras, pero se distinguen las paredes de piedra y las celdas oxidadas. Es una mazmorra larga, de un solo pasillo—Por lo menos tenemos un pequeño descanso. Jamás hubiera creído que un oni sería así de bestial —comenté, mientras me levantaba y sacudía el polvo. He tenido peores caídas.
—¿Keitaro? ¿Eres tú? —resonó una voz proveniente de una celda.
Nos acercamos a la familiar voz. Resulta que es Hideyoshi, está atado con cadenas en la pared, y su rostro se encuentra totalmente ensangrentado, al igual que su brazo izquierdo. Me dio escalofríos contemplar su herida; tiene el hueso de fuera. Entre todos jalamos las cadenas para romperlas y liberarlo. Hideyoshi se puso de pie y sostuvo su brazo flácido
—Esto es obra del karma por esa tonta broma que te hice. Me apoyaste cuando más lo necesitaba, y yo te traté mal —susurró arrepentido, entre lágrimas.
—Lo había olvidado. No te merecías este trato solo por algo así —dije amablemente.
—Te considero un amigo, Keitaro, y si estás aquí, debe ser por ella. Usó esa carta conmigo y no pude escapar de su... mordida —señaló su brazo dislocado.
No estoy seguro de cómo podemos derrotarla. Sakiya es enorme, fuerte y ágil, añadiendo de que estamos en su territorio. Me llega a la mente cómo mi padre derrotó a un oni cortándole la cabeza, pero no creo que sea fácil de lograr
—¿Por qué no usamos una trampa? Si la sometemos, sería fácil —cuestionó Akira.
—Los oni son difíciles de engañar, como aquella vez que atacaron la prefectura y soy incapaz de ver su aura. Puede estar en cualquier lugar —respondí seguro de mi conocimiento.
Analicé los alrededores. Lo único que podríamos aprovechar es la oscuridad del lugar. No hay información que indique que los oni puedan ver en las sombras
—Jin, Siddartha, necesito que ustedes se oculten para que no sufran daños. Esperaremos a que Sakiya baje —ordené con firmeza.
—Puedo dispararle flechas desde la penumbra. Hagamos un ataque coordinado. Confío en que ambos sean rápidos —añadió Akira con determinación.
—Le hablas a un shinobi. Por supuesto que podemos hacer una emboscada ágil y precisa —añadió Hideyoshi confiado.
Así, Jin y Siddartha se ocultaron, y los demás nos pusimos a la defensiva dentro de la oscuridad, formando un círculo para rodear a Sakiya. Pasado un rato, la escuchamos acercarse y vimos su apariencia bestial. Su rostro ya no era humano ni tampoco similar al de un oni; parecía una profanada. Con sus patas musculosas y potentes, me partiría por la mitad de una patada.
Akira le disparó una flecha en el cuello y otra en la mejilla. Atravesaron su carne, pero Sakiya abrió la boca de manera amplia, tanto que se podía ver su garganta. Giró la mitad superior de su cara hacia un lado observando a Akira, manteniendo su quijada en la misma posición. Arrancó las flechas y se las arrojó de vuelta con fuerza.Hideyoshi aprovechó la situación, me quitó el tanto y se abalanzó para cortar la parte trasera de la rodilla de Sakiya. Ella retorció su cara y le mordió la cabeza con tal fuerza que lo hizo sangrar a chorros. Yo me abalancé y corté su mandíbula de un tajo. Aunque estuvo separada de su cara, los dientes todavía seguían encajados en el cráneo de Hideyoshi
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Ojos de Yokai (+18) #PGP2024
Fantasy"¿Qué harías si tu mirada pudiera mostrar las auras de los yokai y al mismo tiempo te convirtieras en su objetivo?" Keitaro, el despreocupado hijo de un samurái, se ve obligado a enfrentar esta realidad cuando una acción desinteresada lo maldice con...