Ushi oni

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Tal como intuía, un ushi oni estaba dentro del portal. Primero asomó una hoz, luego otra, y así hasta que salieron seis, una por cada pata. Al final, su bizarra, bestial y deforme cabeza de toro emergió, pero el resto de su cuerpo se asemejaba al de una araña.
Encaramado en la puerta, vomitó veneno, haciendo la niebla más densa. Me costaba mantener los ojos abiertos. El ushi oni me miró y sentí el horror recorrer mi alma

  —¿Sabes cuánto tarda el veneno en hacer efecto, Momo? —pregunté con voz tensa.

  —Trescientos segundos, así que ve a cazarlo de una vez —respondió Momo con firmeza.

Me dispuse a sumergirme para nadar hacia la puerta, pero el ushi oni se lanzó al agua antes de que pudiera reaccionar. Aún puedo divisar su aura, pero se encuentra en lo profundo, moviéndose de un lado a otro a gran velocidad

  —Lo más probable es que no esté nadando, sino caminando en el fondo usando sus hoces, pero aun así es realmente veloz —señaló Momo, mientras mis ojos seguían su rastro.

Y yo que no soporto las arañas, si no fuera porque veo su aura, ya estaría cagado del miedo. Intenté iniciar el ritual, sin embargo, ese yokai saltó hacia mí, con la punta de su hoz alcanzó a rozar mi máscara. Por suerte, Momo movió mi cuerpo justo a tiempo para esquivarlo. El ushi oni cayó al otro lado de la casa; el techo bajo mis pies comenzó a tambalearse y se derrumbó. Caí al agua, pero logré salir a flote sin problema. No obstante, me cuesta estabilizarme por la prótesis.
El yokai viene de regreso. Nadé lo más rápido que pude hacia otro techo; la adrenalina inundó mi cuerpo al ver que tenía al ushi oni justo detrás, sacando sus hoces fuera del agua con deseo de cortarme la columna. Akira disparó sus flechas contra el yokai, aunque el ushi oni parecía inmune, seguía persiguiéndome sin cesar. Luego, asomó sus cuernos y sus ojos amenazantes, llenos de motivación salvaje por embestir tal cual un toro.

Justo cuando estaba a punto de alcanzar el otro tejado, el ushi oni me atrapó con sus cuernos. Me alzó y me arrojó con fuerza hacia el portal. Choqué en seco y caí aturdido en el agua. Esta vez, no pude salir a flote, aguanté la respiración

  —Resiste, por favor. Tenemos fe en ti —dijo Momo mientras luchaba por mantener mi cuerpo a flote.

Momo me sacó a la superficie, pero el yokai mantenía su agresividad

  —Acabaré muerto si sigo trabajando en esto, pero tengo que dar lo mejor de mí. Si en mi destino está encarar a Orochi, entonces lo haré —respondí con determinación.

Acercarme al ushi oni podría ser la solución; debe tener alguna zona en su cuerpo que sus hoces no puedan alcanzar. Esperé en mi posición a que atacara

  —Ayúdame a esquivarlo, haré una locura...—Le indiqué a Momo.

El ushi oni casi me alcanzó con una de sus patas, pero gracias a Momo pude esquivarlas y me aferré con fuerza a una de las articulaciones del yokai. Este se sumergió en lo más hondo de la inundación, llevándome consigo. Cuando llegó al fondo arenoso, tomó impulso hacia arriba, lanzándome varios metros en el aire, podía ver mi aldea tan pequeña como la palma de mi mano.
El ushi oni esperaba debajo, alzando sus cuchillas, listo para atraparme al caer. A esa altura, sentí que mi cuerpo flotaba, al igual que mis entrañas

  —Yo me encargo —dijo Momo, confiada.

Logramos aterrizar ágilmente sobre una de las hoces, apoyándome con los pies, sin embargo, el oni me empujó con sus cuernos, arrojándome directamente contra el portal. Por el impacto, expulsé sangre por la nariz y la boca, pero no había terminado. Con sus cuernos, el ushi oni me balanceó, haciéndome girar hacia atrás para estrellarme de nuevo contra el portal.
Caí al agua otra vez; Momo me sacó el agua como una marioneta, pero mi cuerpo estaba al límite. Sentía cómo mi carne se estremecía de dolor, Momo forzaba mis músculos más allá de su capacidad

Ojos de Yokai (+18) #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora