Un poco más humano

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Mis amigos y yo estábamos sentados en la planicie, tensos en todo momento debido al inminente enfrentamiento. Kushinada se mantenía firme frente a Susanoo, sin reconocerlo, mientras que él desataba una tormenta implacable sobre la prefectura: el cielo se había oscurecido casi por completo. El océano, embravecido, empezaba a formar una tromba marina, anunciando otro desastre. Sentí un profundo cansancio por el caos interminable, solté un suspiro de hartazgo

  —Tranquilo, acabaré con esto lo más pronto posible. La tormenta no causará grandes daños —Me dijo Susanoo, su voz resonando en el viento.

Cuando ella atacó, Susanoo sostuvo las hoces doradas de Kushinada con una sola mano. Aunque las cuchillas estaban afiladas, no le causaban heridas. Con un movimiento ágil, alzó las hoces y las apuntó directo al corazón de su amada. Lágrimas surcaban sus mejillas; no quería hacerlo. Kushinada se retorcía, intentando liberarse, pero él la sujetaba con una fuerza implacable

  —Sorprendente, Kushinada salió del palacio de Orochi a una velocidad increíble y ahora parece débil. Bueno, Susanoo es un kami... ella no debería ser un desafío —comenté a mis amigos, sin apartar la vista de la escena.

Kushinada, en un acto desesperado, se arrancó las hoces de su cuerpo, dejando rastros de oro brillante en sus heridas abiertas. Luego, comenzó a correr alrededor de Susanoo con tal rapidez que se volvió casi invisible, generando ventiscas furiosas a su alrededor, agitando y arrancando el césped, que recordaban a un tornado en formación. Sin embargo, Susanoo se mantenía inmutable, con el rostro serio, imperturbable

  —Jamás podrás provocarme, Orochi —murmuró con una resolución firme—. ¡Nada me hará flaquear ni detendrá mi objetivo de destruirte!

Los ojos de Susanoo se iluminaron de un intenso color azul mientras inhalaba profundamente. Aguantó la respiración por un instante y con una velocidad inhumana, realizó un corte limpio con su katana. Kushinada se detuvo en seco, mostrando una profunda herida diagonal sobre su abdomen que revelaba su núcleo roto. Cayó al suelo sin vida. Susanoo exhaló, apagando el brillo de sus ojos

  —Esto es solo una pequeña muestra de mi poder... pero aun así, fue complicado vencerla —dijo con solemnidad.

  —Usted ha enfrentado a varios profanados, ¿no? Nosotros hemos visto muy pocos —añadí, aún algo confundido por la situación.

  —Porque los encuentro y los mato antes de que se corrompan por completo. Se ven grotescos en su fase media, pero bueno... —suspiró—. Me llevaré el cuerpo a donde pertenece, definitivamente si es el cadáver de mi amada. Pero, ¿dónde están sus manos?

  —Deben seguir en el palacio. Momo podría abrir un portal para recogerlas, pero se encuentra débil —respondí con tristeza.

Volteé a ver a Momo; seguía inconsciente en los brazos de Akira

  —Te agradezco la información, pero yo me encargo. Sé cómo recuperarlas y qué criatura molesta pudo haber llevado el cadáver a Orochi —añadió, enojado.

Susanoo cargó a Kushinada entre sus brazos y le sonrió con melancolía, acercando su nariz a la de ella con cariño. En ese momento, no parecía un kami, sino una persona afligida que añoraba a su amada. Después, me miró con seriedad

  —Necesito que te reúnas con tus compañeros para que conozcan el palacio de Kushinada.

  —¿De una vez? —pregunté, exaltado.

  —No necesariamente, pero que sea pronto. El lugar es importante para la historia de los purificadores.

Tan pronto como Susanoo se fue, la lluvia cesó, despejando el cielo y la tromba se desvaneció. Revisé la cabeza de la Caraestrella, no pude encontrar su núcleo en su interior. Todavía sigue con vida. Esto es estresante; no tardará en encontrar una manera de cruzar a este plano.
Los tres fuimos a mi casa a descansar. Mi padre me recibió para seguirlo hacia el jardín. Obedecí; mis amigos esperaron en el comedor mientras yo iba con él. En cuanto me vio, se me acercó, expresando preocupación, pero al instante hizo una mueca de asco por el olor de la orina de tanuki que seguía impregnada en mi ropa

Ojos de Yokai (+18) #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora