Ojos de Yokai (+18) #PGP2024

EXTRA: Lazo roto

════ ∘◦Jin◦∘ ════

Han pasado cerca de 2 meses desde que Orochi fue derrotado, todo ha vuelto a la normalidad, a una monotonía. Vivo y trabajo en Nagasaki, hace bastante tiempo que no visito a mi familia y no he sabido de mis hermanos y mi padre, así que fui con Keitaro para avisarle que viajaré a Tsushima.
Fui al teatro dónde trabaja, todavía no es hora de un espectáculo y por ende, el lugar se encuentra vacío. Entré a la parte trasera del escenario y encontré a los actores ensayando. Siempre es un deleite ver a Keitaro tocar el koto o actuando, cada vez que él va a participar, me aseguro de no perderme ningún espectáculo y ser de los primeros en entrar para estar en primera fila.

Keitaro dejó de hacer lo que estaba haciendo y se acercó a mí con una gran sonrisa, tiene una vestimenta similar a la de un samurái, pero es colorida y de colores chillones, algunas prendas son exageradamente grandes simulando una satírica. Además, Keitaro todavía no está maquillado

  —¿Sucede algo? —preguntó alegremente, ya no es igual a cómo era cuando nos conocimos la primera vez.

  —Vine a avisarte que iré a Tsushima a visitar mi familia. Me perderé un espectáculo tuyo, pero...

  —Ellos son tu prioridad y sé perfectamente lo leal que eres. Cuídate en el camino y buena suerte —interrumpió.

  —Cuando regrese, iremos a unas termas, solo tú y yo cómo en el pasado ¿De acuerdo? —Mi corazón empezó a latir con rapidez.

  —Te estaré esperando con ansias —Me guiñó el ojo.

Nos despedimos y salí del teatro con dirección a mi hogar para preparar algunas cosas, no creo estar ahí más de un día, pero por si las dudas llevo lo necesario además de unos juguetes para mis hermanos

  —Estaba en el teatro cuando lo visitaste y pude escuchar que vas a viajar. Me pidió que te cuidara —añadió Momo, recién entró.

Asentí aceptando su compañía y en su forma de zorro se subió a mi cabeza, salí con mi zurrón a la mano, aseguré la entrada de mi local y me dirigí a la costa. En el camino me encontré a Akira cabalgando por los alrededores de la prefectura, ella se dedica a tiempo completo a ser samurái y vigilar la zona. Le conté a dónde iba y me dejó ir; ella se volvió imponente, observa a medio mundo con una mirada seria y agresiva, expectante a que alguien cometa alguna infracción.
El viaje a Tsushima fue tranquilo, el ambiente es diferente sin un yokai acechando. Aborrecí la travesía en el océano, sin embargo, fue de los mejores momentos que he vivido, ya que por fin pude abrirme emocionalmente con Keitaro. Llegué a la costa y los pescadores de la zona me reconocieron enseguida, sorprendidos porqué tengo el cabello corto.

Antes de llegar a mi casa, me senté en el pasto y recargué mi espalda en un árbol para asimilar que iba a ver a mi madre nuevamente

  —¿Todavía sientes rechazo hacia tu madre? Cuando enfrentaron a la onryo habían resuelto sus problemas ¿No es así? —murmuró Momo.

  —En efecto, no puedo cambiar mi perspectiva después de vivir sus estrictos tratos crueles y violentos por el accidente con mi hermano —expliqué mientras me tocaba el hombro donde tengo la cicatriz.

Sin más, me levanté para irnos; espero que ella haya cambiado para bien. En cuanto entré a mi casa, mis hermanos me recibieron con un fuerte y caluroso abrazo, mi padre salió del comedor para recibirme en el salón

  —¿Y este milagro que vienes? Si no fuera por tus ojos de jade no te hubiera reconocido... por qué te cortas el cabello —dijo de forma incrédula.

Dejé mis cosas en mi antigua habitación, pero mis hermanos no se despegaban de mí, explicaron que ellos mantuvieron la recámara limpia y dejaron mis cosas intactas incluyendo mis juguetes de la infancia; pensé que los usarían. Les di los regalos que les traje y al instante se fueron para jugar.
Al instante cerré la puerta y me puse nueva ropa, cuando estoy aquí me siento más cómodo vistiendo la vestimenta del país de mi madre, siempre nos decía que su hogar y cultura también forman parte de mí y mis hermanos. En esta ocasión me puse un hanfu blanco, es cómo un kimono, pero la mayor diferencia es que el hanfu tiene pantalón y zapatos cerrados. Mentiría si dijera que no es más cómodo que el kimono