Para emprender el viaje a través del océano, mi padre nos ayudó a conseguir un bote pesquero grande, suficiente para que viajemos cuatro personas junto con nuestras pertenencias. Aún no nos habíamos ido y la gente de la prefectura se reunió para despedirse de mí. No esperaba que se organizara una despedida tan formal; tuve que inclinarme ante cada uno de los habitantes y me terminó doliendo la espalda. Aunque no me guste admitirlo, lo bueno es que no hay mucha gente viviendo en la prefectura, así que la despedida fue breve.
Al acabar, mi padre se me acercó con una sonrisa amable
—A mí también me pasó en su momento. Ambos somos tan considerados que no negamos una despedida así —dijo risueño—. Quiero decirte algo importante. Ven conmigo.
—¿Por qué? Podrías decírmelo aquí mismo —cuestioné mientras masajeaba mi espalda baja.
—Tú sígueme —respondió y tomó la delantera.
Fuimos a la casa, pasamos al comedor para sentarnos frente a frente, Aiko se fue para darnos privacidad, parecía ser un asunto realmente importante
—No he olvidado la muerte de tu madre, créeme que la sigo amando. Sin embargo, tengo que reiniciar mi vida... con una nueva esposa —relajó los hombros.
—¿Acaso vas a olvidar a mamá? —exclamé al instante, preocupado por la posibilidad de que mi padre encontrara una nueva pareja.
—Cálmate, no he dicho eso, pero todos tenemos que seguir adelante. No es tan malo que tengas una madrastra —explicó con calma.
Estuve en silencio por unos momentos, procesando sus palabras. Miré la grulla de papel que cuelga de mi katana, me negaba a creer que mi padre quisiera reemplazar a mi madre. Iba a levantarme de la mesa para reclamarle, pero mi papá cubrió mi boca con su mano
—No te lo había dichoporque sabía que ibas a reaccionar de esta forma. Supongo que ya has madurado y no harás un berrinche por esto. Así que voy a quitar mi mano y no harás un drama ¿De acuerdo? —dijo firmemente.
Asentí con la cabeza y mi padre me quitó la mano. Me mantuve callado y me acomodé en el cojín
—Perfecto. Cuando vuelvas de tu viaje, te la presentaré.
Sentí como si hubiera viajado a otro plano al escucharlo
—No te diría todo esto si no conociera a mi nueva pareja. Se llama Yuriko; llevamos cerca de siete meses saliendo y a futuro, nos casaremos. No tendremos un descendiente porque ya no estoy en edad ni tengo la energía para cuidar de un bebé —añadió.
—Yo... me alegro —dije en un tono bajo, incrédulo por la situación.
Mi padre me analizó, preocupado por lo absorto que estaba en esos momentos.
—Te dije que era mucha información para él; le contaste todo de golpe —susurró Aiko molesta desde el pasillo.
—Concuerdo con Aiko. Pero yo... trataré de ver lo bueno de todo esto. Sigo un poco molesto porque olvidarás a mamá, pero es tu vida —alcé las cejas con amargura.
—Sin prisas, estoy consciente de que ni siquiera le dirás “mamá” cuando venga. El tiempo lo arreglará todo —comentó mi padre, confiado.
—¿Se mudará? —pregunté, alzando una ceja.
—Obviamente, en un par de días ya estará aquí. Pero es hora de que emprendas tu viaje —dijo con más alegría—. Te deseo suerte y rezaré por ti, porque el océano es fiero e implacable con todos.
Antes de salir, alimenté a mis peces koi con una ensalada; comen una dieta más saludable que la mía. Mi padre me había acompañado
—Susanoo los trajo, seguramente ya lo sabes —comentó—. Y si te preguntas, lo conocía cuando era joven y purificador a tiempo completo.
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Ojos de Yokai (+18) #PGP2024
Fantasy"¿Qué harías si tu mirada pudiera mostrar las auras de los yokai y al mismo tiempo te convirtieras en su objetivo?" Keitaro, el despreocupado hijo de un samurái, se ve obligado a enfrentar esta realidad cuando una acción desinteresada lo maldice con...