Eddie y Alice son mejores amigos desde que son niños, los años pasan, malas decisiones han hecho que Alice esté comprometida con el mismísimo Steve Harrington, pero esa vida de ensueño, es simplemente una pantalla de su infierno.
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Alice está en la escuela, camina por los pasillos. Lleva un vestido por sobre las rodillas, es azul marino con detalles dorados, sobre éste un suéter color mostaza. Ha recogido su cabello en una coleta, su nariz es respingada, aunque ella la odie, y sus pendientes son dorados, finos y largos, ella se ve tan delicada que el viento podría llevársela. Steve le ha dicho en la mañana que pasen juntos a comer, así que se sube a su coche , deja unas carpetas en los asientos de atrás y va al restaurante de comida italiana en el que han acordado quedar. El día está fresco, aunque ha sido un acierto mezclar vestido y zapatos, se siente cómoda y en la temperatura adecuada. La chica camina y entra al lugar, puede divisar a Steve en una mesa, pero Wren también está. No quiere verla realmente, piensa que ya ha tenido demasiado de ella durante este tiempo.
Se sienta, Steve queda mirando su ropa, sus piernas son delgadas, pero se ven firmes, y ella lleva colores fuertes, no es común aquello. Muestra una imagen con algo más de actitud, en la mañana se ha visto al espejo como rara vez lo hace.
No es necesario mezclar el rosa y las flores todo el tiempo.
Puede llevar brillos incluso a plena luz del día.
- He rescatado a este pobre ser de la resaca-Steve bromea y Wren se ríe.
- Ah, me imagino - dice Alice mientras se acomoda en la mesa.
- Lo siento, pero... A pesar de ser una ciudad pequeña, hay buenas fiestas-ella se ríe - Además, es imposible aburrirse con Eddie.
Eddie, Alice escucha ese nombre y siente ganas de ir corriendo al baño, siente hormigueos en su espalda. Recuerda ese último beso en su cuello y cómo ella cerró sus ojos, sintiendo sus labios húmedos y calientes.
Llegan los platos de comida, ha sido pasta, Steve sabe cuál es su preferido y se ha tomado la molestia de pedir por Alice.
Alice ve el plato, y recordó la comida del día anterior con sus amigas.
- Pedí mucho para ti, usualmente comes la nada misma- Steve toma su mano y ella asiente.
- Estás demasiado flaca - Wren apunta su muñeca- Dios, vas a desaparecer un día.
Alice mira a su plato.
- Se cuida por la boda-Steve responde.
- Nunca he sido buena para comer-Ella responde con algo más de carácter.
- Cómo sea... ¿Ya tienes el vestido? - Wren le pregunta.
- Pues... Sí. Bueno, mamá tiene una amiga diseñadora, ya he ido a las primeras tomas de medidas- la chica responde.
- Dios, me imagino algo muy recatado, por no decir puritano o virginal - Wren se ríe y Steve sonríe con confidencialidad.
-Pues, quiero verme linda, eso es todo-ella es correcta. Habla a veces como si fuera una máquina.
