Eddie y Alice son mejores amigos desde que son niños, los años pasan, malas decisiones han hecho que Alice esté comprometida con el mismísimo Steve Harrington, pero esa vida de ensueño, es simplemente una pantalla de su infierno.
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- No digas eso, no eres cobarde- Eddie acaricia su rostro- Simplemente... Las cosas a veces no son como uno las planea.
-Me arrepiento mucho de no hacerte mi persona principal. Deberías saber que desde ya hace un tiempo, mi vida parece un témpano, y no sé cómo es que ha pasado tanto tiempo, y cómo estamos acá de nuevo, tú y yo. No me siento una buena persona, pero a la vez, creo que no podría ser de otra manera.
- Me duele mucho saber que sufres tanto por dentro - Eddie besa sus manos.
- Hoy le dije a mamá que no podré ser madre, le tiré los exámenes. No creo que se lo tome bien, pero no hay nada que pueda hacer con eso- ella habla con sus ojos llenos de lágrimas.
-Ese es un paso más - Eddie la observa con sus ojos vidriosos, sus labios están más rosados que de costumbre-Eres valiente, no eres una cobarde. No quiero escucharte volver a decir algo así, jamás en la vida. Aunque no me creas, valoro mucho lo que haces, y quiero que sepas que siempre voy a estar contigo, pase lo que pase. Creo que nunca vamos a comprender lo que pasó entre nosotros, pero hay cosas que son inevitables. Ha sido lindo escuchar que a veces, en tus sueños, te casas conmigo - Eddie le sonríe, Alice también lo hace, acaricia su piel, y fija su mirada en los ojos marrones del chico.
- ¿Qué tan malo es esto que hacemos? - Pregunta ella.
- Bastante, creo que incumplimos uno de los diez mandamientos - Eddie responde cada vez más cerca- No desearé la mujer del prójimo. Y vaya que la deseo- Alice se aferra a su cuello, la lluvia cae, y siente sus manos bordeando sus vaqueros - ¿Puedo hacerlo? - Pregunta Eddie y ella asiente. Él atrapa sus labios, y ella se deja besar por Eddie, cierra sus ojos, le gusta sentir su lengua húmeda por su piel.
- Puedes hacer lo que quieras conmigo, eres un bandido como yo...creo que nada importa, cuando me tienes de esta manera- Alice susurra en sus labios.
Eddie mete sus dedos en ella, Alice cierra sus ojos, se aferra a las sábanas y quiere decir algo, pero él la calla con un beso.
- Cariño, me gusta que estés así de húmeda - Eddie susurra en su boca entreabierta - ¿Alguien más te pone así?
- No, Eddie. Sólo tú - contesta, con su mirada fija en sus ojos, él sonríe y ella piensa en lo hermoso que Eddie es, y también es consciente sobre el hecho de que muchas chicas se pregunten cómo sería amarlo.
Las sábanas los cubren, él está sobre ella, Alice cierra sus ojos, se siente mágica, incluso sabiendo que al separarse de él, los únicos corazones rotos , serán el de ella, y el de él. Eddie se aferra a sus caderas y la hace suya, y saben que su cuento no es como adolescentes que cogen por simple placer, sino por el hecho de sentir sus pieles calientes, y volver a revivir esos tiempos de amor cuando eran más jóvenes, Eddie siente que está en una tierra sagrada, y Alice cree que aquel incendio está consumiéndola por dentro.
- Te amo, Eddie-susurra en sus labios mientras entra en ella, lo hace de la manera más dulce que ha podido experimentar. No piensa en Steve mientras aquello sucede. Eddie vuelve a morder aquella cadena de oro, y se sienten casi tan vírgenes como aquella primera vez, él ha olvidado cómo tocar su cuerpo, Alice es diferente a todo lo que ha vivido antes, y cree, que jamás amará de nuevo, no de la manera en que la ama a ella.
