Eddie y Alice son mejores amigos desde que son niños, los años pasan, malas decisiones han hecho que Alice esté comprometida con el mismísimo Steve Harrington, pero esa vida de ensueño, es simplemente una pantalla de su infierno.
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6 meses después:
Eddie sale de su casa, ha sido una mañana algo agotadora. El cartero ha pasado, lo sabe porque en el buzón sobresale un papel. Su corazón comienza a latir con fuerzas.
Prefiere reservarse aquel momento para otro día, cuando realmente quiera saber lo que pasa, y es que es la quinta carta que recibe. Estaciona su coche donde suele hacerlo seguido durante los últimos seis meses. Esta vez es diferente, esta vez es más real que nunca. Se queda unos minutos en su coche, en el maletero lleva unos baldes de pintura, han sido días de trabajo. No ha hablado con Alice en todo este tiempo, ha sido un acuerdo mutuo. A pesar de, Eddie ha esperado por ella, aunque tiene la certeza de que ya no volverá.
Ha vendido su casa, y ha comprado otra alejada del pueblo. Se ha visto tentado a escribirle cartas a Alice, pero él cree que está bien allá, cumpliendo sus sueños, por eso no ha vuelto, incluso sospecha que quizá ha encontrado a alguien más. Jamás pensó que la lejanía sería tan complicada de llevar.
Eddie se baja del coche, lleva una carpeta, sus manos sudan, jamás pensó que tomar esa decisión pudiera cambiar tanto su vida.
Le abren la puerta, ya lo conocen.
Eddie camina por esos pasillos fríos, espera unos minutos, y sale una mujer a llamarlo.
- ¿ Edward Munson? - Pregunta y él asiente.
-Sí, soy Edward - Eddie se para, con la carpeta en sus manos.
- Adelante, pase- él sigue los pasos de la mujer, entran a una oficina, ella se sienta frente a Eddie y se cruza de piernas. Cree que probablemente no ha escogido la mejor de las prendas, no se ve como un adulto responsable con una playera de Mercyful Fate, vaqueros negros y zapatillas. Quizá debió ir de traje, eso piensa.
- ¿ Así que tienes 27?- Pregunta y Eddie asiente. Su cabello largo se mueve en sus hombros - ¿No crees que eres muy joven?
- Soy un adulto, no soy un niño - Responde de manera gentil, encuentra algo ridículo que una mujer de casi 40 años le diga que es muy joven.
- Rose te quiere, te adora. Les habla a todos de Eddie-la mujer sonríe.
- Sí. Yo también a ella, para mí es muy importante el poder acompañarla para siempre en su vida. Sé que no es una decisión fácil, pero es lo mínimo que puedo hacer.
-Usualmente no hacemos este tipo de cosas, es decir, nos gustan más las familias con el perro y el gato, ¿Me entiendes? - Eddie asiente - Pero cumples con el perfil, no tienes antecedentes penales, tienes un sueldo que calza con lo que buscamos, tienes tu propia casa. No hallo impedimentos para que Rose no pueda ser adoptada por ti.
