Eddie y Alice son mejores amigos desde que son niños, los años pasan, malas decisiones han hecho que Alice esté comprometida con el mismísimo Steve Harrington, pero esa vida de ensueño, es simplemente una pantalla de su infierno.
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Alice ha puesto una manta en la arena, es color celeste, sus pies descansan en ella. Hay algo de sol, no es excesivo. Rose camina por la orilla de la playa, recoge caracolas y va donde Alice a mostrarle las más lindas.
- Se ve que te quiere mucho - Eddie resopla, está sentado al lado de Alice.
- Ella es especial, no lo sé, tiene eso que me hace querer cuidarla. La verdad, es que no sé mucho de su su pasado. Su padre está en la cárcel y su madre es drogadicta. Me pone muy sensible el saber que... No lo sé, ella quizás no es la chica más feliz en aquel hogar.
- Es muy lindo lo que haces...- Eddie la observa, analiza su perfil y sonríe - También te doy las gracias por quedarte conmigo.
- Lo bueno es que hemos cumplido nuestro trato de ya sabes... - ambos se ríen.
- ¿Crees que Steve sospeche algo? - Pregunta Eddie. - Ayer, cuando hablamos, vi algo en sus ojos, como si lo supiera todo, o como si al menos tuviera la sospecha.
- No lo sé, y si soy lo suficientemente sincera, creo que no me importa. Creo que de un momento a otro he dejado de tener miedo - Alice observa a Eddie en un silencio ensordecedor - No sé en qué parte de crecer, me he perdido... Ahora me siento como por partes.
-¿ Crees que si lo nuestro hubiera funcionado, las cosas serían iguales? - Pregunta él y ella sonríe.
- El panorama sería mucho mejor, de eso estoy segura. No sé en qué pensaba cuando dije que sí - Alice abraza sus rodillas, Eddie acaricia su espalda.
-Cuando supe, lloré en la noche... - Eddie habla con calidez y aquello genera un escalofríos en la espalda de Alice - Pero analicé la situación, me importa mucho el que seas feliz. Yo más que nadie sé que tu vida nunca ha sido fácil, partiendo por tu madre.
Alice analiza a Eddie, cree que la ha convertido en una idiota, una completa idiota. Está en la playa, un día sábado, jugando a ser madre de una niña que no es de ella, jugando a ser novia de Eddie. Rose camina donde ellos, le entrega una roca con forma de corazón, no es un corazón como tal, pero después de cinco segundos de análisis, Eddie ha dado con el parecido.
- Es para ti, Eddie...- la niña lo dice con emoción.
Alice sonríe.
- Oh, pequeña, muchas gracias - él le dedica una sonrisa y ella lo abraza.
Rose se sienta entre ambos y contempla el mar.
- Hace tiempo no se siente tan bonito el mar - el viento mueve su melena -Gracias por traerme - se aferra a Alice y la mira con sus ojos grandes y profundos.
- Prometo traerte más seguido-Alice habla con dulzura.
-Y si Alice no puede, entonces lo haré yo - Eddie agrega. Y ellos no se lo dicen, no lo hablan, pero se encuentran en una mirada especial, piensan que están en una burbuja, en la que ellos tres simplemente existen, no hay un Steve, no hay una Wren, no hay nada de aquello que ensucia su mundo de ensueño. Y Eddie piensa en una familia, un concepto tan alejado, tan ajeno, pero cree que hubiera sido lindo formar algo así con Alice. Él guarda la piedrita de Rose en su chaqueta, la dejará en algún lugar especial de su casa.
