Eddie y Alice son mejores amigos desde que son niños, los años pasan, malas decisiones han hecho que Alice esté comprometida con el mismísimo Steve Harrington, pero esa vida de ensueño, es simplemente una pantalla de su infierno.
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Alice cierra el libro de clases, los niños salen, ella les regala sonrisas amables. A pesar de frenar sus estudios sólo por Steve, le gustan los niños y enseñarles, de cierta manera, les dice cosas que a ella le hubiera gustado escuchar por parte de su madre, de su padre no tiene nada que decir, siempre fue ejemplar y un gran apoyo para ella, incluso en esas decisiones que él sabía con anticipación que no era las adecuadas para su hija. A los niños también les da mensajes motivadores, y que pueden ser lo que ellos crean, incluso un superhéroe, y que está bien no ser normal. Sus alumnos la abrazan, y para su cumpleaños le llenan la mesa de regalos y tarjetitas llena de stickers brillantes.
Rose se queda al final, la observa temerosa, pues ha estado impaciente por la propuesta de Eddie, y cree que dirección podría no autorizar a su maestra.
Rose es siempre la última en salir, lo hace, porque sabe que puede atrapar a Alice en una conversación profunda, de esas que tanto le gustan. Alice le queda mirando cuando se para de su silla.
- Tengo el permiso-lo dice, y le esboza una sonrisa. La melena de Rose se mueve de lado a lado, su cara es graciosa, Rose siempre tiene gestos muy divertidos, Alice ya los conoce - Puedo pasar a dejarte más tarde al hogar.
-¿ Es en serio maestra? - la chica sonríe, puede ver cómo hay un hueco en su arcada dental por un diente que ya no está. Rose la abraza y Alice se deja empapar por el cariño sincero de una niña de tan sólo ocho años - Es la mejor, la quiero mucho. Venir a esta escuela me hace la niña más feliz del mundo.
- Dime Alice, cuando estemos las dos, sólo dime Alice. No maestra - ella le sonríe y Rose la abraza más fuerte.
Ambas salen juntas de la escuela, Rose le lleva una carpeta a Alice, por cuenta propia, le gusta sentirse requerida por su maestra, y en su mente fantasiosa, ella es su especie de secretaria, siente profunda admiración por ella, y le gustaría tener incluso su belleza, Y Alice cree que Rose es una chica preciosa, y lamenta su pasado en aquella casa que jamás le dio el amor que merece.
Alice deja sus cosas en el maletero, Rose hace lo mismo y se sienta con ella, va de copiloto.
Rose rasteojea unos cassettes, hay uno de Dio y uno de los Beatles, el de Dio fue regalo de Eddie, Rose sabe algo de música, su padre era aficionado de ésta, aparte de las drogas.
- ¿Cuál es su Beatle preferido, maestra? - Pregunta la niña y Alice le sonríe.
- Harrison, George Harrison- responde y Rose analiza la carátula, no dice más. Sólo conoce Yellow Submarine, pues se la han enseñado en música.
Alice estaciona el coche frente a la tienda de música de los Munson. Rose ve la vitrina llena de instrumentos y luces de colores. Ambas caminan y tocan la campanita, Eddie les ve por la ventana y le abre.
- Dame esos cinco- se agacha para quedar a la altura de Rose. Se para, y se encuentra con los ojos de Alice, ella sólo sonríe, se mantiene correcta, Eddie lo sabe, también intuye que tiene algunas cosas que decirle, pero hay una niña presente, y ella es su maestra.
