XVIII

1K 52 17
                                    

ESTE CAPÍTULO CONTIENE ESCENAS +18. LEÁNLO CON DISCRECCIÓN.


Estaba borracha.

No mucho. O quizá sí.

No era capaz de saber cómo había ocurrido, pero de alguna forma alguien había conseguido adulterar el ponche, definitivamente. No debería estar tan borracha como lo estaba. Estaba claro que eso no estaba permitido y que como prefecta debería estar enfadada y avisar a los pocos profesores que quedaban allí, vigilándonos (Draco entre ellos) pero me lo estaba pasando genial.

El grupo que estaba tocando ahora era muy bueno y me movía sin pensar al ritmo de la música, rodeada de mis amigos.

No sabía dónde estaba Jacob pero, la verdad, me daba igual.

Varios alumnos ya se habían ido a dormir y posiblemente él había sido uno de ellos.

Varios mechones de mi pelo se habían salido del recogido, pero me daba igual.

-¡Charlie! ¿Tienes sed?-me grito Albus a la oreja para hacerse escuchar sobre el sonido de la música.

-¡Pero tráeme solo un refresco! Bueno, ¡qué cojones! Tráeme otra copa de ponche, Al.

Seguí bailando con Scorpius mientras mi primo iba a por las bebidas.

-¿Te lo pasas bien?

-¿Bromeas? ¡Es una fiesta increíble!

Estábamos hablando a gritos, como todos a nuestro alrededor.

Había decidido que esa noche no quería pensar en Draco y quería centrarme en pasármelo bien con mis amigos porque después de tanto estrés con las supuestas tutorías y entrenamientos para el Torneo apenas los veía si no era en clase o practicando quidditch (aunque eso habían sido solo un par de veces durante estos meses).

-¡Te he echado de menos!

-¡Vas a hacer que Maggie se ponga celosa si sigues así!

Él se rió.

-¿Has vuelto a hablar con tu novio profesor?

Me paré en seco. Mierda. ¿Sabía algo? ¿El baile de antes había sido demasiado?

-¿A quién te refieres?-intenté disimular y él se rió aún más.

-¡Al señor Pérez, claro! ¿A quién si no? ¿Habéis vuelto a hablar desde tu desmayo?

Gracias a Merlín.

-¡Oh, claro! ¡Es decir, no! No he hablado con él mucho después de ir a ver a las crías. Y no es mi novio ni nada romántico mío. Es mi mentor. 

-Oh, cierto, tú imprimado secreto.

Siguió bailando, como ignorando lo que había dicho y decidí dejar el tema por zanjado.

Cometí el terrible error de mirar a donde estaban los profesores sentados mirándonos y me fijé en Draco, vi que estaba serio, mirándome. Fruncí el ceño y pronunció un "cinco" silencioso que me dejó aún más confundida. Hasta que, claro, llegó Albus y me puso la copa en la mano. Creo que era la quinta que bebía. ¿Había Draco contado cuánto estaba bebiendo?

Con una sonrisa traviesa, di un sorbo a la bebida. El frunció el ceño y vi que se incorporó.

Le ignoré y seguí bailando varias canciones más, sin querer volver a mirarlo.

La música cambió entonces y la cantante del grupo empezó a cantar.

He comes alive at midnight.

Amor veneno - DRACO MALFOYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora