XXVI

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Diez minutos después, me disculpé con Albus y Scorpius, diciendo que necesitaba tomar el aire y que iría al jardín un rato.

-¿Quieres que te acompañe?-sugirió Scorpius.

-No te preocupes, Scorp. Solo voy a pasear un poco. Y quizá a fumarme un cigarro.

-¡Entonces no vamos ninguno! Esas cosas huelen faltal.

Me reí, y salí en busca del pasillo que daba al jardín, lo cual fue fácil de encontrar, porque siempre iba allí cuando visitaba a Scorpius.

En el jardín había un pequeño quiosco de madera, una especie de cenador muy bonito, con bancos y un barandilla balaustrada. Fui allí, sin saber bien dónde me esperaría Draco, pero sabiendo que al ver que no llegba me buscaría y me encontraría allí. Saqué el paquete de tabaco y me encendí un cigarro, dos minutos después, su colonia fue más fuerte que el olor a cigarrillo.

-No sabía que fumabas-dijo, acercándose a mí.

-Bueno, no suelo hacerlo. Ocasiones especiales, solo. O cuando estoy excesivamente agobiada y no puedo salir a correr.

-¿Por qué estás agobiada?

-Ha sido un desastre, Draco. No me he sentido más incómoda en mi vida.

-Lo entiendo, pero todo ha ido bien. Por suerte, a pesar de las tres copas de champagne y cuatro de vino, no estás muy borracha.

-¿Has estado contando mis copas?

-Siempre estoy pendiente de ti, cielo.

Apoyé mi cabeza en él, mientras me rodeaba la cintura con su brazo.

-¿No tienes frío?

-¿contigo a mi lado? ¿Como podría?

Le di la ultima calada al cigarro y lo pise. Con leve hechizo hice que desapareciera.

-Muy útil.

-Cuando tienes dieciséis años y le ocultas a tus padres que fumas, tienes que buscarte la manera de hacer que no te pillen.

-No deberías poder hacer Magia fuera de la escuela, ¿no?

-Cuando en un hechizo que tú misma has inventado, no tiene consecuencias-dije con una pequeña risa-pero basta de estas bobadas, ¿dijiste que me necesitabas a solas?

-Siempre te necesito a solas, Preciosa.

Me giro de tal forma que quedé frente a él, apoyada en la barandilla. Le eché los brazos al cuello y junté mi nariz con la suya.

-Te he echado de menos.

-Y yo a ti.

Finalmente me dio un beso, y nunca había estado tan sedienta de alguien como me di cuenta de que estaba de él hasta ese momento.

De verdad que le había extrañado, que había extrañado sus besos, sus caricias, la forma que tenía de tocarme. Simplemente a él.

Cuando nos separamos, me quede apoyada en su pecho, mientras él ponía la barbilla sobre mi cabeza y me rodeaba con sus brazos. Lo tenia decidido, ese era mi lugar favorito en el mundo.

-Tu madre es encantadora.

-Lleva toda la noche haciendo comentarios incómodos... ir a saludar a la familia de Markus como si nada, solo para lucirme-rodé mis ojos- no soy un premio que se pueda ganar o perder, mama-dije con ironía.

Draco se rio.
-Bueno, en caso de que lo fueras, yo soy el hombre más afortunado porque te tengo conmigo, y no quiero nada más.

Sonreí.

Amor veneno - DRACO MALFOYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora