XXXVII

689 45 26
                                    

[POV CHARLOTTE]

Albus y Scorpius no dejaron de decirme durante toda la comida lo increíblemente irresponsable que había sido al enfrentarme yo sola a los furtivos cuando se lo conté durante la comida, pero claro, cuando les ennseñé las cicatrices, ambos se mostraron completamente alucinados con ellas.

-Entonces, ¿fuiste con mi padre a ver hipogrifos en libertad?

Me encogí de hombros, mientras metía un tenedor lleno de comida en mi boca.

-Es por lo de la magizoología. Se lo expliqué en una tutoría y se ofreció a acompañarme.

-Mi padre tiene pánico a los hipogrifos. De hecho, casi me obliga a faltar a clase en tercero cuando teníamos que verlos. Me sorprende que quisiera acompañarte.

-Sí-dijo Albus riéndose- Papá siempre cuenta la historia de cuando ellos vieron hipogrifos con Hagrid y como uno le atacó por no ser respetuoso.

-¡Casi le arranca un brazo!-dijo Scorpius, defendiendo a su padre.

-Scorp, tranquilo. Tu padre lo hizo bien con los animales. Bueno, bien. No entro en pánico, lo cual es sorprendente, por lo que dices. Incluso le dio un par de hurones a una hembra gris muy bonita. Pero no quiso volar. Es un soso. Luego llegaron los furtivos.

-Sigo sin comprender porqué no huisteis.

-No podía dejar que volvieran a hacer daño a esos animales, Scorpius. Ya os lo he dicho. Esta tarde vamos los dos al Ministerio a denunciarlo.

-¿Al Ministerio?

-Sí. De hecho, después de comer tengo que ir a ver a McGonagall para que me dé el permiso de ir al Ministerio con tu padre como responsable y luego ya...

-¿También vas con mi padre?

-Bueno, si. Él había estado conmigo durante el ataque.

-A veces pienso que pasas demasiado tiempo con mi padre. ¿Como sacas tiempo para tu imprimado? Espera, ¿mi padre...?-dijo, dejando las palabras en el aire.

Me puse blanca y Albus abrió los ojos como platos. No sabía como reaccionar y por primera vez en mi vida, me había quedado sin palabras.  Empecé a reírme como una loca y a comer rápido y empecé a hablar con prisa.

-Asi que tendré que poner en peligro mi identidad, bueno-dije con una risa nerviosa- identidad, no soy Spiderman-solté otra risa- pero supongo que si quiero que crean mi historia y la de verdad, tendré que contar sobre mi condición al ministerio, no es algo que me haga especial ilusión pero supongo que no hay remedio.

Hablaba acelerada, con prisas, sin apenas hacer pausas entre las palabras.

-Charlotte...-empezó Scorpius.

-¡Ups, tengo que ir al baño! Ya sabéis, cosas de chicas. Nos vemos luego, os contaré qué tal me va a en el Ministerio. Os quiero, adiós.

Me levante corriendo y abandoné nerviosa el comedor. Escondida detrás de la puerta, me concentre en las voces de mis amigos.

-¿Tú que crees, Al? Ha reaccionado muy rara...

-Scorp, ya te lo he dicho. No lo sé. Cuando Charlotte esté lista nos dirá quien es.

-Ya, pero y si sí es mi padre. ¿Por qué no me habrá dicho nada?

-Porque a lo mejor no es tu padre. Deja de hacer preguntas.

-Se pasa las mañanas en clase. Las tardes entrenando con mi padre. ¿De donde saca tiempo para ver a su imprimado? Además, ¿no crees que si fuera algún alumno nos lo diría?

Amor veneno - DRACO MALFOYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora