III

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La mañana siguiente fue tal y como se esperaría. Estaba leyendo un libro sobre licántropos en la sala común para el trabajo del señor Malfoy. Mis compañeros revoloteaban por todas partes, sin dejar de hacer preguntas y conjeturas sobre quiénes serían los Campeones elegidos aquella noche y, por supuesto, los tutores de cada uno de los que se habrían presentado.

-¡Hola, preciosa!-Markus apareció justo cuando estaba cerrando mi libro y se sentó a mi lado dandome un beso en la mejilla- a penas he tenido tiempo de verte estos días, perdona. ¿Cómo has estado?

-Hola, guapo. Bien, un poco nerviosa, ¿tienes un tutor ya?

-Sí. Fui a hablar con el señor Malfoy-le miré sorprendida-. Obviamente me dijo que no. Pensaba que quizá al ser el jefe de la casa, yo prefecto y amigo de su hijo...

-No eres tan amigo de Scorpius, Zabini.

-Ya, bueno, pero mi padre y el señor Malfoy son amigos de la infancia, pensaba que me tendría en consideración.

-¿Y te dijo que no? ¿Estás seguro? Quizá no le entendiste bien.

-Preciosa, sus palabras fueron "Zabini, me temo que en caso de que usted salga elegido Campeon, no podré ofrecerle mi ayuda porque tengo asuntos más importantes que tratar". Asi que fue muy claro. Pero no pasa nada, fui a hablar con el Profesor Longbottom, él sí me ayudará. ¿Tú tienes tutor? ¿Has hablado con algún profesor ya?

-Eh... ¿no? La verdad es que no he hablado con ningún profesor-mentí- supongo que me olvidé, no creo que salga elegida de todas formas. No es nada importante.

-¡Claro que lo es! Si sales elegida y no has hablado con ningún profesor para anunciarlo como tu tutor, no podrás recibir ayuda para resolver las pistas entre pruebas o a prepararte para ellas.

-Supongo... que tienes razón...

-¡Habla con Rombeus!

-¿El de pociones?

-¡Sí! Sabes que eres su favorita porque eres condenadamente buena. Seguro que accede a ayudarte en caso necesario.

-Eh... bueno... vale.

-Charlotte...

-¡Sí, sí! Hablaré con él después de comer.

Sonrió y, después de mirar a nuestro alrededor, me dio un corto beso en los labios.

-¡Te veo luego, preciosa!

Se fue hacia los cuartos de los chicos y yo, sin hambre, me dirigí al gran salón para encontrarme con mis amigos allí.

-¡Dios, Charlotte!-Scorpius se levantó de su sitio para venir corriendo hacia mi y levantarme en brazos-¡Eres la mejor! ¡Te quiero muchísimo!

-Scorp, bájame. ¿Qué pasa?

El rubio seguía dándome vueltas en el aire mientras mi cabeza empezaba a sentirse pesada por el mareo que estaba comenzando a sentir. Vi como algunos profesores empezaban a entrar en el comedor, entre ellos, el padre del chico que aún me giraba como si su unico propósito fuera hacerme vomitar lo que quedara de desayuno en estómago, que nos ignoró después de una mirada severa.

-... la mejor y más maravillosa...-Scorp seguía hablando el solo.

-Scorp, si no me bajas ahora te juro que te arranco un brazo de un mordisco-gruñí por lo bajo y, disimuladamente, saqué las garras para apretarselas en el cuello, sin llegar a arañarle.

-Vale, vale, fiera.

Al fin, mis pies tocaron el suelo solo para hacer que tambaleara de un lado a otro, tropezando. Unas manos firmes me sujetaron por la cintura y me hicieron parar. Cuando me giré para ver a mi salvador, me puse tan roja que sentí que si me desmayaba en ese momento, la verguenza sería mucho menor.

Amor veneno - DRACO MALFOYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora