XV

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[POV DRACO]

Los tres nos agachamos en el suelo corriendo, justo cuando una manada de animales grandes y jorobados, con la piel grisácea empezaron a correr hacia nosotros y saltar por encima de nuestras cabezas.

-Potter, dijiste que iríamos a una zona segura.

-¡No sabía que esta pradera era zona de paso de manadas!

Cuando unos animales más pasaron y ya no teníamos riesgo de morir despedazados o pisoteados, nos incorporamos.

-¡ALTO, INTRUSOS!

Una voz femenina habló en español a nuestra espalda.

-Oh, mierda-murmuró Albus- es Silvia Lago, es la jefa de la reserva, la vi brevemente durante el rato que estuve aquí, no le gustan las visitas...

Una mujer joven, de unos treinta y cinco años, llegó a nuestro lado. Era alta, delgada, y tenía una larga trenza pelirroja. Su ropa era parecida a la que llevaba el profesor Pérez en el Boggart de Charlie.

Murmuré un pequeño hechizo traductor, porque no tenía idea idea de español, y dudaba que los chicos a mi lado la tuvieran.

-¿Quiénes sois y qué hacéis en mi Reserva?-nos apuntó con su varita y con unos afilados ojos marrones.

Tenía pequecas repartidas por toda la cara y una gran cicatriz que le recorría la mejilla izquierda.

-Perdón por aparecernos sin avisar antes, soy el profesor Draco Malfoy. Necesitamos hablar con el señor Pérez, su alumna de prácticas de este verano ha tenido un accidente y creemos que él puede ayudarla.

-Señorita Lago, estuve aquí hace unos meses con Charlotte Dursley, no sé si me recuerda, soy...

-Oh, sí. Albus Potter. El hijo del elegido-el muchacho tragó saliva ante ese comentario-también recuerdo que en las escasas horas que estuviste aquí lograste que dos Abraxans perdiera plumas y que tres Gytash...

-Sé los problemas que causé y me arrepiento enormemente. Pero mi prima está muy enferma y necesitamos ayuda del señor Pérez. Por favor.

Ella nos miró a los tres atentamente, y sus ojos se posaron sobre mí. Apreté la mandíbula y alcé la barbilla. Ella sonrió de lado.

-Seguidme. Espero que los Graphorns no os hayan hecho mucho. Llegaron hace unas semanas y aún no están dominados del todo.

Avanzamos con ella a través de un bosque de altos pinos. Pequeños animales mágicos salían de todos lados y un animal grande, con cuerpo de gallo, alas y cola de dragón se cruzó en nuestro camino y empezó a seguirnos. A veces dando picotazos intentando cogernos las manos.

-¡Kiny, quieto! ¡Vete ya! ¡Basilisco malo!-dijo la mujer, dando un golpe suave en la cabeza del aimal para espantarlo.

-¿Basilisco?-pregunté.

Según tenía entendido, un basilisco era como una especie de gigante enorme y muy peligrosa y venenosa.

-Es un basilisco español, señor Malfoy.

Ella me miró con superioridad, pero yo la ignoré. Necesitaba hablar con el señor Pérez ya. Neceistaba salvar a Lottie.

-El señor Pérez debe estar por ahí-dijo, señalando un claro lejando en el bosque.

-¿Es seguro?-pregunté, especialmente por los chicos que me acompañaban.

-Siempre que sepan cómo respetar a las criaturas, sí. Imagino que usted no es el profesor de criaturas mágicas-rió cuando negué-Espero que la señorita Dursley les haya enseñado algo al respecto, entonces. Buena suerte. Deseo de corazón que Charlotte mejore. Sería una pena perder a una magizoologista con tanto talento como ella.

Amor veneno - DRACO MALFOYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora