Amor veneno - DRACO MALFOY

XIV

La mañana siguiente fue casi peor que la anterior.

Estaba pálida, me temblaban las manos, me dolían las articulaciones y, aunque no dejaba de sudar, tenía tanto frío que me castañeaban los dientes.

No sé cómo conseguí reunir fuerzas para levantarme de la cama y ponerme el uniforme, pero lo hice.

Tampoco sé cómo llegué a la sala común o al Gran Comedor.

-¡Dios mío, Charlie!-Albus vino corriendo a mi con Scorpius cuando atravesé las grandes puertas del salón.

-Tienes que ir a la enfermería.

-Solo... necesito un café.

Podría moverme, era un hecho. Y necesitaba ese café para espabilarme, aunque me estuviera muriendo. Quizá era una gripe, pero que me estaba afectando más de lo normal.

-Quizá pronto haya luna llena y te afecte así, ¿no?-murmuró Scorpius cuando me dejé caer a su lado.

-Es posible... pero la luna no debería afectarme...

Los muchos olores del desayuno me invadieron y parecían más intensos que nunca. No sabía si me moría de hambre o me daban ganas de vomitar.

-Deberías ir a la enfermería.

-No, no... De verdad, estaré bien.

Bostecé abriendo mucho la boca, sin darme tiempo a taparme.

-¿¡Estas loca!? Ten cuidado.-Scorpius me metió un bollo en la boca y casi me atraganto.

-¿Perdon? La próxima vez me tapare la boca.

-Más te vale hacerlo cuando decidas sacar esos colmillos.-Dijo Albus sin dejar de mirar a nuestro alrededor.

-¿Qué?

No tenía ni idea de a qué se referían.

-Cuando has bostezado, no tenías tus dientes normales, tenías desatadura de lobo, ten cuidado.

-Pero eso no es posible. Controlo perfectamente cuando me transformo. Habrás visto mal.

-No, estoy muy seguro. Albus también lo ha visto, ¿verdad?

Mi primo asintió.

Rodé los ojos, lo cual hizo que me doliera la cabeza.

Era imposible, dominaba completamente cuando me transformaba y era plenamente consciente de la parte de mi cuerpo que cambiaba si era algo parcial.

Miré institivamente a la mesa de profesores y pude ver que Draco tenía la mirada sobre mí, con el ceño ligeramente fruncido. ¿No le gustaba mi aspecto? Es decir, tenía ojeras y el pecho hecho un desastre, pero creo que estar resfriada lo justifica. Suspiré, pensando que, quizá, había dejado de atraerle como él me decía después de ganarle ayer en la carrera y que estar enferma no era la mejor forma de volver a reconquistarlo.

Un pinchazo atravesó mi cabeza y sentí que se me nublaba la vista. Quizá sí debería ir a la enfermería.

Cuando terminé de desayunar, mis amigos y yo nos levantamos. Cómo no, Albus y Scorpius me ayudaron a levantarme, y aunque me quejé por su sobreprotección, me vinieron bien sus brazos porque tropecé con mi propio pie.

-Sigo diciendo que deberías ir a la enfermería.-Scorpius recogió mi bolsa donde guardaba los libros del suelo y se la echó a los hombros.

-Y yo sigo diciendo que es solo un resfriado, de verdad. Tengo algo para calmar los síntomas en mi habitación, en el primer descanso iré a tomarme algo, ¿trato?