Capítulo 32: Dolor de dos

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Me asusté al notar algo y no ver el qué, no había luz, con prisa la encendí y vi lo que arruinó mi vida

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Me asusté al notar algo y no ver el qué, no había luz, con prisa la encendí y vi lo que arruinó mi vida. Tenía sangre, mi bebé estaba en peligro, no debía moverme o así lo había explicado la ginecóloga. Estaba temblando, lloraba sin saber que hacer, pero entre todos esos miedos logré coger mi teléfono y llamarlo.

- Que quieres- se le escuchaba dolido pero en ese momento no me fijé.

- Necesito tu ayuda, estoy en el mirador ven a buscarme- creo que fue por mi tono de voz, que sin decir nada vino, no cortó la llamada pero yo cada vez perdía más sangre y me mareaba más. No podía decirle lo que estaba pasando por qué entonces se pondría más nervioso y no llegaría vivo.

Pasó un rato y él seguía hablándome para tranquilizarme, hasta que escuche el motor de un coche, y lo vi bajando corriendo hacia mi coche, y yo con la poca fuerza que me quedaba abrí la puerta dejando que viniera a donde yo estaba.

- Tenemos que ir al hospital- le dije- estoy sangrando- y en ese momento él entendió lo que pasaba.

Me cogió como una princesa y me llevó hasta su coche, luego cerró el mío y cogió mi teléfono para llamar a mi hermano por el camino.

- Que pasa Uxí?- escucho a mi hermano al otro lado de la llíneapero no tengo fuerzas para hablar así que lo hace Éric por mí.

- Estamos de camino al hospital, está sangrando así que te piudo que avises a tus padres y vengas.

- Claro, pero ¿están bien?- pregunta con miedo, y Éric me mira.

- No lo sé- con esas palabras la llamada se corta y solo se me escucha llorar.

- Va a estar todo bien- dice para intentar tranquilizarme, aunque yo creo que es para relajarse a sí mismo- el bebé no nos va ha dejar, y vamos a formar una familia aunque sea por separado.

- Si vive, te juro que me caso contigo si hace falta para que ella sea feliz- digo cómo puedo.

Pasan unos minutos y veo como llegamos al hospital, Éric sale corriendo y pide ayuda, unos médicos salen con una camilla y Éric me acuesta en ella. Solo escucho voces que cada vez se van apagando más, veo borroso, trato de gritar pero no puedo.

 Solo escucho voces que cada vez se van apagando más, veo borroso, trato de gritar pero no puedo

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Roma|| Eric García Donde viven las historias. Descúbrelo ahora