Heredero ☘ ChanIn

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Una semana, una puta semana había pasado desde que empezaron a dirigir la empresa, han pasado varias cosas como, por ejemplo, que la secretaria tiró el café caliente encima de Chan "accidentalmente" o que no deja de llamarlo "señor Yang". ¡Mierda! Odia su apellido y que en su luna de miel lo llamaran varias veces "señor Bang" lo hizo sentir tan bien. No ayudaba mucho, ya que se había acostumbrado demasiado, a tal punto que odia que le digan "señor Yang", cada vez que lo hace le lanza una mirada furiosa que espera y entienda que no le gusta.

Ahora mismo se sentía furioso, está parado frente a Chan pidiéndole unos documentos los cuales ¡NO ENCUENTRA! ¿Por qué? Simple, tal vez se concentró más en mirar a su secretaria y sonreírle en vez de hacer bien su trabajo.

—¡¿Cómo mierda no vas a saber dónde están?! —habló enojado el omega hacia el alfa el cual estaba sentado tras su escritorio buscando en los cajones.

—Primero, relájate y deja de gritar —habló Chan—. Deben estar por aquí o puedes preguntarle a... —y Jeongin lo interrumpió.

—¿A Jennie? ¡Todo es Jennie! ¿Qué no puedes vivir sin ella? ¿Yo no existo acaso? ¿Mi puta palabra no vale?

Chan lo observó, estaba completamente enojado.

—Hey, cálmate, no sé qué te estás imaginando, pero te aseguro que no es lo que piensas —habló Chan intentando calmarlo.

—¿No? ¿Y qué crees que pienso? ¿Qué te gusta la secretaria? ¡¿Qué la miras más a ella que a tu propio esposo?! —Jeongin tenía sus ojos totalmente negros observando al alfa quien se levantó y se acercó lentamente hasta él.

El omega de Jeongin estaba completamente enojado, se veía en sus ojos, odiaba ver cómo su alfa le ponía más atención a la puta de su secretaria que a él mismo, era su alfa no de ella.

—Jeongin, por favor, te pido que te calmes, ella te puede escuchar.

Y Jeongin explotó.

—¡¿Y A MÍ QUÉ MIERDA ME IMPORTA QUE ME ESCUCHE?! ¡¿Te preocupa que escuche que es una zorra que le coquetea a su propio jefe, que por si no se ha dado cuenta tiene esposo?!

—¡Jeongin! ¡Cállate! ¡No grites! Tú y yo no tenemos un vínculo diferente al de un matrimonio forzado... —y supo que la había cagado con sus palabras cuando vio a Jeongin salir corriendo de su oficina con lágrimas en sus preciosos ojos.

El lobo de Jeongin se entristeció, bajó las orejas y se acurrucó lejos. Jeongin salió corriendo viendo borroso por las lágrimas acumuladas en sus ojos, cayendo traicioneramente por sus mejillas, sin importar ver a la secretaria hablándole con su "señor Yang, ¿se siente bien?"

¡Mierda! Chan le gusta, le gusta como nada le había gustado y tal vez al alfa simplemente le gustaba la omega. ¿Qué tenía ella que él no? ¿Qué es chica? ¿Que no es... un matrimonio forzado?

Chan salió corriendo tras el omega el cual supuso había corrido hasta los baños del piso de abajo, tomó el ascensor y pensó claramente lo que había dicho el omega. Estaba celoso, mierda, estaba celoso por Jennie.

No iba a negar que se llevaba bien con la omega, pero no va más allá que una simple amistad, debía explicarle a Jeongin. Odió verlo así, a la vez su alfa lo regañaba por haber hecho llorar a su omega.

—¿Jeongin? —habló Chan entrando a los baños.

—¡Vete a la mierda, Bang! Ve con la puta de tu secretaria, al parecer te llama mil veces la atención que tu propio esposo.

Chan siguió su voz y se deslizó hasta quedar sentado contra la puerta del último baño.

—No, no me gusta, no me llama ni la más mínima atención, es muy hermosa —el omega gruñó—. Pero tú, esposo mío, me gustas y eres mucho más hermoso que ella —habló el alfa un poco sonrojado.

—Ella se ve que te hace feliz, después de todo tú y yo somos un matrimonio forzado. Ve con ella, ella es más hermosa que yo, no debes mentirme así —sollozaba el omega con su cara enterrada en sus rodillas tirado en el suelo del baño.

Chan se rio un poco, se levantó y abrió la puerta del baño, se agachó y tomó al omega de las mejillas.

—Jeongin, ella tiene pareja, somos muy buenos amigos, pero la quiero como a una amiga y ya. Tú eres al único que puedo ver con otros ojos, porque me gustas tú, no ella —y lo besó, mierda, su boca sabía mejor que cualquier cosa que haya probado en su vida, sus labios encajaban perfectamente y se movían con parsimonia junto con el sentimiento de alivio por haber solucionado las cosas.

Jeongin llevaba un tiempo tratándolo un poco raro desde que empezaron a trabajar y ahora lo entendía, estaba celoso.

Se separaron.

—¿Estás más tranquilo? Siento haber dicho eso, no lo pensé, quiero hacer las cosas bien contigo. No sabes lo que mi alfa me reclamó por haberte hecho llorar.

Jeongin levantó su carita, sus mejillas y nariz rojas, se veía tan tierno.

—Eres un estúpido, en verdad creí que no te gustaba y que en vez de eso te disgustaba. Tú no quieres que hagamos... Ya sabes y en verdad creí que lo habías buscado en alguien más —habló Jeongin sonrojado hasta las orejas.

Chan se sonrojó y limpió las mejillas de Jeongin las cuales estaban llenas de lágrimas secas.

—Jeongin, creo que aún es muy pronto —habló levantándose y ayudando al omega.

Jeongin en verdad no podía más, sus sueños húmedos no paraban. Sus sueños eran protagonizados por el alfa frente a él casi todas las noches y verlo en traje todos los días, ese maldito traje con el que se veía tan sexy.

Jeongin tomó a Chan de los hombros y lo apegó a la pared del baño, cerró la puerta y cayó de rodillas frente a él.

Chan abrió desmesuradamente sus ojos y observó al omega de rodillas frente a él.

—Jeongin, levántate debemos... ¡Oh, Mierda! —sus palabras quedaron en el aire en el momento en el que el omega comenzó a pasear su boca justo en su miembro cubierto aún por el pantalón.