Heredero ☘ ChanIn

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La noche había pasado entre tragos, besos por parte de las parejas y un enojado Chan observando como Hyunjin y Jeongin reían y abrazaban cariñosamente. Habían terminado de ver la película y todos decidieron ir a sus casas, ya que se estaba haciendo muy tarde.

—¡Adiós, descansen! —despidió Félix saliendo junto con Changbin.

—Sí, descansen, nos vemos —dijo Chan sosteniendo a su omega en brazos el cual había caído dormido poco antes de que terminara la película.

—Adiós, Innie, adiós, Chan, descansen —habló Hyunjin tomando su chaqueta para poco después salir de la casa.

Jeongin fue hasta la cocina y sirvió un vaso de agua, poco después Chan entró y lo observó con sus brazos cruzados desde una esquina, con una cara seria y aparentemente enojada.

—¿Qué? —dijo Jeongin dejando el vaso sobre el mesón.

—¿Me podrías decir qué mierda te traes con el tal Hyunjin? —cuestionó Chan con un tono de voz serio y brusco.

—¿Vuelves con el tema? Ya te lo dije, no te lo diré, no te incumbe —habló Jeongin pasando a un lado del alfa.

Chan tomó a Jeongin del brazo y pegó su espalda contra la pared. Jeongin intentó soltarse, pero Chan tomó sus manos y las puso a amabas arriba de su cabeza.

—Sí, me interesa, ¿sabes por qué? —Jeongin lo observaba fijamente sin ningún tipo de emoción en su rostro—. Porque tú, mi lindo omega, mi lindo esposo, me importas. Porque me gustas, no sabes cuánto me gustas. Me encantas, Jeongin y ese chico en verdad me tiene con los nervios de punta. Ver como te toca y te besa la frente, como te abraza, mi alfa está desesperado y en parte yo también, pero si estás con él en algún tipo de relación...

Sus palabras quedaron en el aire en el momento en el que Jeongin tomó sus labios, Chan soltó sus manos y Jeongin enredó sus brazos alrededor del cuello de Chan, el último mencionado tomó su cintura mientras profundizaba el beso y pedía permiso para irrumpir en la boca del contrario con su lengua. Jeongin le dio paso sin rechistar, sus lenguas estaban en una batalla, sus salivas se mezclaban y escurrían por la comisura de sus labios. Chan mordió el labio de Jeongin, este gruñó y se separó del beso.

Con la respiración agitada Jeongin habló.

—¿Tienes miedo, alfa? —sonrió acariciando la nuca de Chan—. ¿Por qué no me demuestras que tú eres mejor que cualquier otro?

Eso bastó para que Chan tomara nuevamente sus labios con los propios, tomó los muslos de Jeongin y este inmediatamente acomodó sus piernas alrededor de la cintura del alfa.

Jeongin pudo sentir la erección de Chan por sobre la ropa, lo tomó aún más fuerte del cuello e intensificó el beso, sus besos estaban llenos de deseo y pasión, ambos se deseaban y ya no podían soportarlo más.

—Ah~, Chan... Hazme tuyo, alfa —habló Jeongin moviendo un poco sus caderas creando una deliciosa fricción entre sus miembros, ambos completamente duros.