Heredero ☘ ChanIn

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La pareja salió de la empresa hasta el auto de Chan, demoraron unos diez a veinte minutos, Chan estacionó el auto y salió junto con Jeongin.

Se adentraron a la grande casa, subieron hasta su habitación, se cambiaron a una ropa más cómoda y se sentaron a esperar a los padres de Chan.

—Tu padre es muy serio —dijo Jeongin, pensativo.

—No entiendo que le sucedió, era muy cariñoso hasta que me presenté, supongo que esperaba que fuera un omega —habló el alfa tomando las manos de Jeongin, dando caricias justo donde estaba su anillo.

—Eres un gran alfa, Bang Chan —Jeongin tomó la cara del alfa entre sus manos y observó fijamente sus labios—. Tus labios son tan grandes y rojos que dan tantas ganas de morder y chupar hasta que se hinchen y te duelan... Aunque... —Jeongin pasó su dedo pulgar separándolos un poco—, está un poco maltratado y no sabes lo que me prende pensar que yo fui el causante de ello —Jeongin por fin unió sus labios en un fogoso y necesitado beso, sus lobos aullaban y se llamaban. El omega tomó del cuello al alfa profundizando el beso, justo cuando iban a sumar sus lenguas y dejarse llevar, el sonido timbre se escuchó por toda la casa.

Jeongin soltó un bufido tras un gran suspiró.

—Luego tendremos tiempo, levántate mis padres llegaron —Chan salió de la habitación, dejando a un Jeongin tirado en la cama pensando en los apetitosos labios de su esposo.

—Papá, mamá —habló Chan abriendo la puerta, ayudando a su madre con su maleta.

—Hijo, ¿cómo has estado? ¿Y Jeongin? —habló su madre abrazando a Chan aspirando el relajante aroma de su hijo.

—Señores Bang, ¿cómo se encuentran? —habló Jeongin, asomando su cabeza observando a los padres de su alfa.

—Muy bien, Jeongin, gracias por preguntar —habló la madre de Chan, dejando ver una hermosa sonrisa casi idéntica a la de Chan.

El señor Bang observaba mientras asentía como saludo, observaba fijamente a su hijo, Chan se había percatado de la intensa mirada de su padre sobre él y sabía lo que se vendría.

La pareja invitó a cenar a los padres de Chan, estos aceptaron gustosos en especial la señora Bang, luego de la cena el señor Bang se llevó a Chan directamente al despacho del último mencionado.

Jeongin llevó a la señora Bang hasta la habitación donde el alfa dormía antes, para que la señora se acomodara, él fue directamente a la habitación que ahora compartía con Chan.

Chan entró tras su padre esperando lo que vendría.

—¿Dónde está? —el señor Bang preguntó, poniendo sus manos sobre el escritorio y observando fijamente a Chan.

Chan puso una cara de completa confusión.

—¿De qué hablas? —preguntó.

—No seas estúpido, la marca Bang, ¿dónde está? —su tono de voz fue brusco.

Chan puso un semblante totalmente serio.

—Padre, con todo respeto, Jeongin y yo podemos manejar muy bien nuestros asuntos. No voy a dejar a Jeongin y sí, lo voy a marcar, pero cuando él y yo lo decidamos —habló firme, observando a su progenitor.

—Está bien, pero el heredero no está a discusión.

Chan le dio una última mirada antes de salir dando un portazo.

Jeongin se encontraba observando su teléfono totalmente concentrado, hasta que escuchó la puerta abrirse.

Dejó su teléfono de lado.

—¿Qué te dijo? —preguntó el omega.

—Nada —Chan se acercó hasta la gran cama, se recostó y se cubrió con las suaves colchas dándole la espalda al omega.

—Hey~ puedes confiar en mí, ¿qué sucedió? —Jeongin puso su mano en la espalda de Chan dando pequeñas caricias.

Chan se sentía totalmente frustrado y su lobo no dejaba de moverse, su celo se acercaba, pero su lobo había estado demasiado estresante y los problemas no ayudaban.

Un escalofrío recorrió todo su cuerpo cuando sintió el cálido aliento del omega sobre su cuello.

—¿Te ayudo con tu estrés? —habló Jeongin sobre su cuello, dio un pequeño beso y luego succionó fuertemente hasta que una marca rojiza estuvo presente.

Chan volteó rápidamente dejando al omega bajo él, Jeongin sonrió de lado.

—Creo que hay algo que no hemos terminado —habló Chan pasando su dedo pulgar sobre los labios delgados del omega.

El omega sonrió en grande dejando ver sus rosada encías y rodó sobre la cama nuevamente, quedando sobre el alfa.

—Creo recordar que esto —tomó el miembro de Chan sobre la ropa—, es mío —dio un leve apretón sacando un pequeño gruñido de parte del Alfa.

Chan sonrió de lado, esa noche Jeongin tendría el control.