Heredero ☘ ChanIn

╰⊱ 38

El día había pasado un poco más tranquilo, Jeongin no salió de la oficina del Alfa en todo el día ya que según Chan podría pasarle algo.

Chan se encontraba leyendo algunos documentos, sentado en su escritorio y Jeongin se encontraba revisando algunas cosas en su teléfono.

Jeongin dejó su teléfono de lado y se levantó del pequeño sofá que se encontraba en la oficina de su alfa, dio unos tres pasos y un fuerte mareo llegó a él, solo que esta vez no sentía ganas de vomitar, esta vez cayó al piso inconsciente.

Chan levantó su vista al escuchar el fuerte sonido del golpe, encontrando a su lindo omega tirado en el suelo, inconsciente. El alfa corrió hasta el cuerpo de su pareja y cayó al piso de rodillas mientras lágrimas descendían de sus hermosos ojos.

—Mierda, Jeongin, amor —Chan levantó el cuerpo de su pareja y corrió hasta dónde se encontraba su secretaría.

Yuqi se sobresaltó al observar a Bang cargando el cuerpo del Oomega.

—Se-señor Bang —Yuqi iba a preguntar hasta que observó los ojos del alfa, estaban completamente rojos y con lágrimas saliendo de ellos.

Chan estaba angustiado y estresado, corrió hasta el ascensor entrando mientras abrazaba el cuerpo de su Omega.

—Jeongin, despierta, amor. Por favor, no me asustes así. ¡Mierda! —Chan se sentía como una total mierda. ¿Cómo no llevó a su omega al hospital antes? Si hubiera hecho eso nada de esto estaría pasando.

Lágrimas descendían de los hermosos ojos del alfa, odiaba ver a su lindo omega así, por fin logró llegar al primer piso, corrió hasta la salida de la empresa cargando el cuerpo de su omega con sumo cuidado y viendo borroso por las lágrimas en sus ojos, los empleados observaban atónitos.

Chan tomó un taxi y le pidió que se dirigiera al hospital más cercano, el alfa lloraba mientras acariciaba el rostro de su omega.

En el hospital...

Chan se encontraba sentado al lado de la camilla dónde se encontraba recostado el omega, tomaba su mano fuertemente mientras en pequeños susurros le decía que todo estaría bien.

El doctor entró a la habitación con varios papeles en sus manos, Chan soltó delicadamente la mano de su pareja y se levantó prestando completa atención al doctor.

—Bien, los dos se encuentran completamente bien, sufrió una recaída, ya que no estaba comiendo adecuadamente —habló el doctor hacia el alfa.

—Disculpe, ¿los dos? —preguntó confundido el alfa.

—Sí, su omega y el cachorro —el doctor le sonrió—. Debe cuidar que el omega coma a sus debidas horas y también si tiene algún antojo, aunque esos síntomas demorarán un poco.

Chan estaba en shock, ¿Jeongin estaba esperando un cachorro? ¡JEONGIN ESTABA ESPERANDO UN CACHORRO!

El omega abrió sus ojos y un fuerte dolor llegó a su cabeza, intentó levantarse hasta que unas manos lo recostaron nuevamente.

—Tranquilo, estamos en el hospital porque te desmayaste —habló el alfa, dando pequeñas caricias en los negros cabellos del omega.

—Chan, no quiero estar aquí, ¿podemos irnos?

—Cálmate, todo está bien, bebé, debemos esperar hasta que el suero se termine y podremos irnos. Estabas muy débil, Yang Jeongin. Debes alimentarte bien y más si vas a seguir vomitando —Chan lo "regañó" con un puchero en sus labios.

Jeongin frunció su ceño levemente.

—¿Seguir vomitando? ¡¿Y por qué me dices, Yang?! —reprochó el omega.

—De ahora en adelante te diré por tu apellido si te comportas mal —Jeongin iba a reprochar, pero Chan siguió hablando—. Y sí, seguirás vomitando porque a nuestro lindo cachorro no le gustan los aromas de algunas comidas —sonrió el alfa acariciando el aún plano abdomen del omega.

Jeongin asintió hasta que se percató de lo recién dicho.

—¿Ca-cachorro?

—Sí, mi vida, tendremos un cachorro —Chan sonrió en grande, sus ojos eran pequeñas líneas y se abrazó al cuerpo del omega recostado en la camilla.

Jeongin trataba de analizar lentamente las palabras dichas por el Alfa.

—¿No estás molesto? —preguntó Jeongin.

—¿Molesto? ¡Jeongin tendremos un cachorro! Claro que no lo estoy, bueno, sí, porque no me lo dijiste y porque no estabas alimentándote bien —Chan bajó su cabeza hasta el abdomen de Jeongin y se recostó allí mientras sonreía.

El corazón de Jeongin se derretía ante las acciones del alfa, acarició su rubio cabello y se sintió aliviado ante la reacción del alfa.

—Chan —lo llamó.

—¿Mhm? —musitó el Alfa como respuesta.

—¿Podrías besarme? —un sonrojo llegó a su rostro.

Chan sonrió y se levantó del abdomen de su omega para dirigirse hasta sus labios y unirlos en un beso lleno de amor y felicidad, estaban muy felices; un lindo cachorro llegaría a sus vidas pronto y sus lobos saltaban contentos ante ello.