Heredero ☘ ChanIn

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Jeongin recién abría sus ojos, la molesta luz le hizo cerrarlos de nuevo, pero hubo algo que llamó su atención, el sentir la humedad en su parte trasera.

—Chan, n-no hagas eso —habló el omega, intentando torpemente quitar los dedos que se encontraban acariciando su, ya húmeda, entrada.

—Ya despertaste —Chan habló a su oído con su voz más ronca de lo normal.

—Mmgh~ ¿Cómo no lo haría si haces eso?

Chan sonrió de lado para después meter y sacar dos de sus dedos de la húmeda entrada del omega.

—Pero parecías disfrutarlo tanto, además, tu alfa está en celo y... te necesita —Chann continuaba hablando a su oído.

Un escalofrío recorrió todo el cuerpo del omega. El alfa besó la reciente marca mientras sus dedos se movían con más intensidad.

—Tu marca es tan linda. ¿No crees que un cachorro sería muy hermoso? —Chan aumentaba el movimiento de sus dedos.

—¿Quieres un...? ¡Ah~! ¡Chan, ahí! —gimió el omega.

—Sí, tu alfa quiere un cachorro —Chan pasó su mano libre hacia la parte delantera tomando el miembro del omega masturbándolo lenta y tortuosamente.

—¡Cha-Chan... me voy a venir~! —Jeongin apretaba fuertemente la almohada bajo su cabeza retorciéndose de placer.

—Córrete para mí, omega~ —Chan movía sus dedos y masturbaba el miembro ajeno con rapidez.

Jeongin se corrió manchando las blancas sábanas mientras su pecho subía y bajaba rápidamente. Chan tomó su cadera y lo atrajo hacia su pecho, Jeongin pudo sentir el miembro de su esposo restregarse sin vergüenza contra su trasero.

Jeongin estaba dándole la espalda y Chan estaba tras él, formando la típica posición de "cucharita".

—Voy a renovar tu marca —Chan presionaba la punta de su miembro contra la dilatada entrada del omega.

—P-pero ayer la renovaste v-varias veces aah~ —y era verdad tuvieron unas tres rondas más después de aquella en la cocina.

—Quiero renovarla muchas veces más y correrme dentro de ti muchas veces más, omega—el omega de Jeongin gimió gustoso al escuchar la voz de mando del alfa.

Chan tomó entre sus dedos el pezón del omega, lo acarició y moldeó a su gusto mientras Jeongin gemía gustoso.

—¡Chan! ¡Oh~ mierda! No, ahí no me-me duelen.

—¿Te duelen? —habló con un toque de malicia en su voz el alfa.

—Ayer no los soltabas, están hinchados aún du-duele, alfa ah~ —Jeongin mordió su labio inferior fuertemente al sentir la lengua del alfa pasearse sobre su reciente marca.

—Pero parecía que lo disfrutabas, además, cuando te toco aquí... —Chan apretó el pezón del omega entre sus dedos, mientras hablaba a su oído—, me apretas mucho más aquí atrás —los dedos del alfa acariciaron la rosada entrada de Jeongin nuevamente.

Jeongin se sentía ido del placer, Chan no dejaba de jugar y para ese punto solo necesitaba de su alfa.

Chan llevó su miembro hasta la dilatada entrada nuevamente alineándose y entrando lentamente, el interior del omega se ajustaba perfectamente a su pene y le encantaba la calidez que emanaba aquel agujero.

—¡Ah~ Chan! N-no lo hagas tan de re-repente mhmg~ —sus caderas inconscientemente se movieron hacia atrás buscando más contacto.

—Tu linda entrada se ajusta perfectamente a mi pene, omega —el lobo de Chan hacía presencia de vez en cuando y eso a Jeongin no le podía encantar más, claramente también a su omega.

Chan daba embestidas fuertes y precisas, la entrada del omega estaba totalmente roja y a pesar de haberlo hecho varias veces la noche anterior, estaba igual de apretado.

—Chan mghm~ —Jeongin cubrió su boca sintiendo que estaba siendo muy ruidoso.

—Gime para mí, omega —Chan no paraba sus embestidas fuertes y concisas, tomó el miembro del omega masturbandolo al ritmo de las penetraciones.

—¡Alfa~ M-me voy a venir! —Jeongin se sentía al límite, aún no se recuperaba del reciente orgasmo y ya estaba por tener otro, el típico cosquilleo en su parte baja no se hizo esperar.

—Córrete —habló el alfa a su oído nuevamente.

Y así lo hizo, se vino manchando nuevamente las ya no tan blancas sábanas.

Chan dio unas pocas embestidas más sintiendo que el interior del omega se apretaba aún más por su reciente orgasmo, llegando al clímax poco después en el interior del omega dejando que su nudo se forme nuevamente y clavando sus caninos nuevamente sobre la linda marca que adornaba el cuello del omega. Pasado un rato dejó de morder para pasar su lengua repetidas veces sobre la marca quitando los restos de sangre.

—No te muevas te puedes hacer daño —Chan daba pequeñas caricias en la espalda del omega intentado que no sintiera tanto dolor—. Duerme, bebé, yo me encargo de lo demás —habló Chan, acariciando esta vez su cabello.

—Te amo —fue lo último que dijo el omega antes de caer dormido gracias al cansancio.

—Yo también —sonrió Chan.