Heredero ☘ ChanIn

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El día pasó entre miradas de la pareja cada que se encontraban para cualquier cosa referente a la empresa o tal vez eran simples excusas para verse.

El omega no dejaba de pensar en Chan tras él besándolo totalmente excitado, de su mente no salía que tuvo el miembro de Chan en su boca.

Una fantasía menos, aunque aún le faltaba que el alfa lo tomara por completo y era lo que más pasaba por su mente en ese momento.

Chan intentó concentrarse en trabajar, de verdad lo intentó, pero la imagen del omega gimiendo y pidiendo por más no salía de su mente. Además de la promesa que le había hecho, no es que no quisiera tomarlo, pero en verdad jamás pensó hacerlo tan rápido, llevan menos de un mes de casados, (lo cumplirían en unos días).

Jeongin salió de su oficina y se dirigió hasta Jennie.

—Siento si hablé muy fuerte o si me escuchaste decir cosas que no debí decir, lo siento —habló el omega avergonzado hacia la otra omega.

Ella rio un poco y le respondió.

—Tranquilo, señor Ya- Bang —se corrigió la Omega—. Yo soy igual con mi novia, en verdad siento mucho si se sintió "amenazado" por mí, pero en serio los admiro demasiado. Tal vez me dejé llevar por la emoción —habló Jennie con una hermosa sonrisa en su rostro junto con una reverencia hacia su jefe.

Jeongin se sonrojó, la chica sí escuchó todo sobre su ataque de celos y al parecer sí se dio cuenta que le molestaba el "Señor Yang", sonaba tan hermoso que supieran que Chan es su esposo. Suena posesivo, pero su omega está un poco receloso por los acontecimientos anteriores y a él le encanta que lo llamen así. Se siente tan bien que sepan que es su esposo, su alfa y pronto portará su marca, o eso esperaba.

06:00 PM

Era la tan esperada hora de salida, Chan tomó sus cosas como era habitual desde hace una semana, salió directo hasta el ascensor. No se despidió de Jennie, ya que ella se iba un poco más temprano por ende no estaba. Esperó a que Jeongin saliera y se encontraran para entrar juntos al ascensor e irse a casa.

Jeongin tomó sus cosas y salió de su oficina hasta el ascensor encontrándose con el alfa, ahora no tenía la misma actitud que cuando estuvieron en el baño. Estaba avergonzando, pero a la vez deseoso de lo que sucedería apenas llegaran a casa.

Entraron juntos y llegaron hasta la salida, ya no había tantos trabajadores, solo estaban los que les faltaba una que otra cosa con respecto a sus trabajos.

Se dirigieron hasta el auto de Chan y se adentraron al mismo, el camino fue silencioso, sin embargo, cómodo. Chan estaba nervioso y Jeongin simplemente tenía su típica cara neutra la cual no expresaba absolutamente nada, solo observaba por la ventana mientras avanzaban hasta su hogar.

Chan bajó del auto apenas llegaron a su destino, Jeongin no esperó a que el alfa le ayudara y salió junto a él, se acercaron hasta la puerta, Chan abrió y entró junto con Jeongin detrás.

Y no pudieron más, la tensión que estaba en el ambiente los tenía, Chan tiró su maletín a sabrá Dios dónde, se volteó y se encontró con los ojos deseosos de Jeongin, lo tomó de la nuca y se besaron apasionadamente, sus labios encajaban perfectamente e incluso se sentía mejor que cuando se sintieron por primera vez. Chan tomó la cintura de Jeongin y lo estampó contra la pared, deshizo el nudo de la corbata de este y abrió los primero botones de la camiseta de Jeongin, sus besos descendieron hasta su cuello dejando una que otra marca.

—Ah~ —Jeongin dejó salir un pequeño, pero audible gemido a los oídos de Chan.

—Creo que encontré uno de tus puntos débiles —habló Chan con una sonrisa pícara viendo a Jeongin a los ojos.

Jeongin mordió su labio inferior, en verdad estaba pasando, ver esa faceta de Chan dónde se veía totalmente sexy mientras bajaba cada vez más hasta que llegó a sus pezones, lamió uno mientras jugueteaba con el otro.

Chan alzó a Jeongin tomándolo de la cintura, lo llevó hasta el sofá y lo puso delicadamente allí.

Jeongin también quería tocar, así que quitó la chaqueta del alfa, deshizo el nudo de la corbata y desabrochó los botones de la camisa hasta quitarla y ver el firme abdomen de su alfa, se acercó hasta su marcado abdomen mientras lamía y besaba a su gusto dejando una que otra marca.

Y justo cuando Chan iba a quitar el molesto pantalón, el teléfono sonó.

—Déjalo —habló el omega mientras lo atraía para besarlo e hinchar mucho más esos esponjosos labios, el teléfono dejó de sonar y pasados unos segundos sonó nuevamente.

—Espera —habló Chan levantándose y tomando el teléfono.

Vio el nombre en la pantalla. Su padre.

—Hola, papá —habló Chan mientras observaba a Jeongin el cual se mordía el labio inferior—. ¿Es urgente? —dijo esta vez más serio—. Está bien, voy para allá —sin más colgó y recogió su ropa del suelo mientras se la colocaba nuevamente.

—¿Es en serio? —habló Jeongin sentándose en el sofá mientras lo observaba.

—Lo siento, jamás llama si no es importante, debo ir —dijo Chan tomando sus llaves mientras salía de la casa.

Jeongin suspiró y observó su erección aún despierta, estaba enojado, lo dejó así sin más, y con un problema entre sus piernas. Se levantó dispuesto a darse un baño y comer algo mientras el alfa volvía, hoy no sería.