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El omega recién abría sus ojos, la luz como siempre, entraba por el gran ventanal y las fuertes manos del alfa lo sostenían de la cintura, podía sentir claramente la suave y caliente piel de Chan contra él, además de su ya conocida erección mañane...

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El omega recién abría sus ojos, la luz como siempre, entraba por el gran ventanal y las fuertes manos del alfa lo sostenían de la cintura, podía sentir claramente la suave y caliente piel de Chan contra él, además de su ya conocida erección mañanera, sus caderas inconscientemente se movieron contra el miembro ajeno rozando su trasero contra este.

—Deja eso, debemos trabajar —habló con voz ronca el alfa, quien había estado observando las acciones del omega desde que los escuchó despertar.

Jeongin cubrió su cara con sus manos tapando sus sonrojadas mejillas.

Chan sonrió, a pesar de que el omega no lo veía, ya que le daba la espalda, sin embargo, se había dado cuenta de aquella acción y le pareció algo demasiado tierno.

—No te avergüences, te lo haría cuántas veces quisieras, pero debemos trabajar —habló acariciando su cabello.

Jeongin lo observó avergonzado y Chan lo atrajo nuevamente abrazándolo más fuerte y dejando besos por toda su carita, bajando hasta las notorias marcas de la noche anterior y besando cada una de ellas.

Llegó a su abdomen y decidió parar o terminarían haciendo otras cosas.

—Levántate, mis padres ya deben estar desayunando —habló Chan, poniéndose su ropa interior.

Jeongin embobado por aquella vista solo asintió, hasta que analizó las palabras del alfa.

—¡Mierda! Tus padres... ¡Oh no, no! —habló Jeongin, levantándose rápidamente y corriendo al baño aún más rojo que antes.

Chan lo siguió, enrolló sus brazos alrededor de su cintura poniendo su cabeza sobre su hombro, ambos mirándose frente al espejo, Chan dejó un pequeño beso sobre su hombro.

—Relájate, lo peor que puede suceder es que todos, incluidos los vecinos, sepan que tu esposo te hace disfrutar —sonrió Chan.

—¡Qué vergüenza! —tapó su cara con sus manos nuevamente—. Me escucharon gemir. ¿Qué creerán de mí? —habló desesperado.

—Que no te importe lo que nos digan, además, no les debe importar y lo disfrutamos, así que... —habló Chan alzando sus hombros en muestra de que no le importaba.

Jeongin rodó los ojos y entró a la ducha, Chan cepilló sus dientes y arregló el desastre de la noche anterior, mientras el omega se bañaba y arreglaba. Luego fue su turno de arreglarse y al final ambos bajaron a tomar el desayuno junto con los padres de Chan.

Jeongin tenía un enorme sonrojo mientras desayunaban, el padre de Chan los observaba expectante y buscando la marca en el cuello del omega sin hallar nada.

—¿Y qué tal durmieron? —preguntó Chan, intentando alivianar el ambiente.

—No muy bien, alguien gritó demasiado en la noche —habló el señor Bang remarcando el "alguien".

Heredero ☘ ChanInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora