La repartición de los dormitorios puede que se hubiera hecho según el nivel de importancia que tuvieras en La Playa; o quizás los primeros habitantes habían elegido las mejores habitaciones. El caso es que Niragi incluso tenía un pequeño baño en su dormitorio y hasta ahí era a donde Akira le había guiado. Ninguno de los dos había pronunciado palabra todavía, pero viendo el estado en el que se encontraba Niragi, quien todavía parecía estar fuera de sí, Akira dio por sentado que era ella quien tendría que dar el primer paso.
No pidió permiso antes de llevar sus manos a los primeros botones de su camisa, comenzando a soltarlos hábilmente. Les sorprendió ver más rastros de sangre seca en su torso, lo que le hizo suponer que se habría quitado la camisa para no manchársela, pero no hizo ningún comentario al respecto. Akira continuó con sus zapatos y sus pantalones, agradeciendo que Niragi por lo menos fuera capaz de levantar las piernas para deshacerse de ellos. Ya le había visto varias veces desnudo como para avergonzarse ahora; además de que su mente no estaba como para pensar en eso precisamente.
Después de dejar la ropa de Niragi doblada sobre el lavabo, Akira giró los mandos de la ducha para que el agua comenzara a caer. Y por último, soltó con cuidado la parte de su cabello que llevaba siempre recogido.
- Debes lavarte. – le dijo. Niragi asintió casi imperceptiblemente y, al momento, entró en la ducha. Aun así, su cuerpo tan solo se quedó inmóvil bajo el agua tibia. Era como si estuviese en shock; como si no fuera capaz de reaccionar o procesar lo que estaba sucediendo a su alrededor.
Tras soltar un largo suspiro, Akira decidió desnudarse también y meterse con él, cogiendo al momento algo de gel para comenzar a lavarle ella misma. Al menos, era alentador que su presencia no le incomodase. Habría sido mucho peor tener que lidiar con un Niragi que se esforzara por alejar a cualquier ser humano de su lado.
- Mañana no puedes presentarte con sangre seca. No podemos dejar cabos sueltos, ¿recuerdas? – comentó. Era eso lo que habían hablado antes, cuando Niragi se había presentado en su dormitorio y le había pedido que le ayudase a llevar a Hikaru hasta un lugar alejado donde pudiera encargarse de él. Antes de salir del edificio de los paramilitares, Niragi debería haberse deshecho del cuerpo de su viejo compañero de clase, pero todavía era pronto para cantar victoria. Probablemente mañana más de uno se preguntara dónde estaba, por eso no podían levantar sospechas.
En vez de darle una respuesta, Niragi se dio la vuelta para poder mirarla. Aunque parecía ser una forma de facilitarle a Akira el que le quitara la sangre seca del cuerpo, lo cierto es que tan solo quería observarla con atención. Su diminuta y dulce sonrisa le obligó a fruncir levemente el ceño al instante.
- ¿Por qué me miras de esa forma?
- ¿Cómo quieres que te mire? – le preguntó Akira, tratando de reflejar en su mirada el cariño genuino que estaba sintiendo en esos momentos. – Me preocupo por ti, Niragi.
Akira frotó su pecho y luego sus manos, deshaciéndose de la sangre que llegaba poco más allá de sus muñecas. Luego subió sus manos hacia su rostro para apartar los mechones mojados que se pegaban a su cara y, de paso, quitó las diminutas gotas de sangre salpicada; definitivamente los últimos restos que quedaban en su piel de lo que había hecho.
- ¿Estás bien? – cuestionó entonces Akira. No quería forzarle a hablar, pues intuía que no era algo que le apeteciese hacer a Niragi en esos momentos, pero necesitaba saber si había algo más que necesitase o que pudiese hacer por él.
- Lo estaré.
Con una lentitud impropia de él, Niragi descendió el rostro hasta poder besarla. Sus labios se encontraron con cuidado, como si se brindaran una suave y delicada caricia. Nada tenía que ver con el resto de veces que habían tratado de devorarse con fiereza; como si se tratase de una pelea encarnizada.
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Alive & Savage | Niragi Suguru
FanficReencontrarse en La Playa después de la forma en que se habían conocido ya era malo, pero la situación todavía podía empeorar más. O tal vez no; aunque fuese una remota posibilidad, quizás que sus caminos se hubieran cruzado fuera mejor de lo que am...