Conforme el aire escapaba de sus pulmones, las manos de Akira se aferraban desesperadamente a las piernas de Niragi, pues dada la posición, era lo único que tenía a su alcance. Sus ojos se habían empañado involuntariamente a causa de las lágrimas y su rostro había adoptado un tono rojizo. Ya no podía hablar, ni hacer ni decir nada. Tampoco podía quejarse porque al haber decidido ir tras Niragi, una diminuta parte de ella ya se había planteado que todo pudiese acabar de esta forma.
- Se ha producido un cambio de puntos en el equipo del jugador. – anunció una voz robótica. Solo por eso, Niragi detuvo la presión que estaba ejerciendo sobre el cuello de esa chica para girarse hacia la pantalla gigante. Akira, en el mismo instante en que se sintió libre, cogió una gran bocanada de aire desesperadamente y se llevó sus propias manos a su magullado cuello.
- Parece que esa idiota ha perdido sus últimos minutos de tiempo buscando un ítem por nada. – se mofó Niragi. Cuando Akira fue capaz de observar con sus propios ojos la pantalla, vio que a su puntuación se habían sumado dos mil quinientos puntos. – Perder por quinientos míseros puntos es todavía más lamentable.
Sin nada más en esa pantalla que mereciese la pena su atención, Niragi volvió a centrar su vista en la chica que todavía tenía apresada bajo su cuerpo. El pecho de Akira subía y bajaba con rapidez, tratando de recuperar urgentemente todo el aire del que había sido privada. Sus propias manos habían rodeado su garganta, pues el breve despiste de ese chico le había permitido liberar sus brazos, aunque Niragi estaba convencido de que no le costaría volver a inmovilizarla si lo intentaba. No obstante, decidió apartarse de ella, ponerse en pie y volver a sentarse al lado de uno de los contenedores con pesadez.
- De todas formas, es aburrido si no te resistes. – masculló.
Akira se sentó en el suelo todavía con una mano sobre su pecho. Intentó afinarse la garganta, notando como todavía le ardía a causa de la presión excesiva, pero por lo menos podía volver a respirar con normalidad. Observó a Niragi con desconfianza, dudando de si volvería a atacarla de un momento a otro, pero por su aspecto abatido no parecía tener intenciones de intentar nada de nuevo.
- Podría haber muerto decenas de veces. Y ahora que de verdad voy a hacerlo, me toca esperar aquí sentado a que caiga un maldito láser. – protestó Niragi, chascando la lengua y negando sutilmente con la cabeza. – Es penoso.
Akira hizo un esfuerzo por levantarse tan solo para volver a sentarse de nuevo al lado de Niragi, dejando escapar el aire con pesadez y echando la cabeza hacia atrás. Tan solo diez minutos quedaban para que el contador llegase a cero.
- Me he jugado la vida muchas veces por nada, solo porque no me importaba lo más mínimo lo que me pasase. Y todo para descubrir que, en realidad, ya no quiero morir. – aportó Akira, dejando escapar un bufido irónico. – Eso sí que es penoso.
- Piensa que vas a conseguir algo inédito. – le dijo Niragi, girando el rostro para mirarla y encontrándose con su ceja enarcada. – Verme morir de verdad.
Akira sonrió, dejando escapar una breve y suave risa al igual que Niragi. Y aunque ni era realmente gracioso ni tenían demasiadas ganas de reírse, fue la excusa perfecta para mantenerse la mirada durante unos segundos. Puede que no debiera tomarse esas confianzas dada la pelea que habían tenido apenas unos minutos atrás, pero cuando Akira levantó la mano hasta poder rozar los labios de Niragi sin que él se lo impidiese, creyó que ya no estaba entre sus planes volver a usar la violencia. Paseó su pulgar por estos lentamente, limpiando la sangre que los manchaba, hasta que Niragi la agarró con firmeza por el antebrazo, deteniéndola. Sin pronunciar ni palabra y tras unos segundos de duda, Niragi tiró de ella para incitarla a que se sentara a horcajadas sobre sus piernas. Akira no rechistó.
ESTÁS LEYENDO
Alive & Savage | Niragi Suguru
FanfictionReencontrarse en La Playa después de la forma en que se habían conocido ya era malo, pero la situación todavía podía empeorar más. O tal vez no; aunque fuese una remota posibilidad, quizás que sus caminos se hubieran cruzado fuera mejor de lo que am...