Después de pasar más de media noche en vela, Niragi había conseguido conciliar el sueño. Puede que por las escasas horas que llevaba dormido le costara más tiempo despertarse pese a que el sol ya hubiera salido y entrara por los ventanucos de ese garaje. No obstante, cuando se incorporó y percibió la ausencia de Akira, cualquier rastro de sueño se desvaneció.
- ¿Akira? – cuestionó a la par que se ponía en pie, alzando la voz por si esa chica podía escucharle. No estaba su sudadera, ni tampoco la mochila que cargaba con distintos suministros desde el día que pararon en la tienda de alimentación y la farmacia. El primer pensamiento que cruzó su mente fue que esa chica se había marchado; por fin lo había hecho. Habría aprovechado la oscuridad de la noche o las primeras horas del amanecer para salir de puntillas sin que él la escuchara.
Niragi sintió su corazón latir con más fuerza al ver que se había hecho realidad el que parecía ser uno de sus mayores deseos. La única persona que aseguraba quererle le había dejado y ahora podría disfrutar de su apreciada soledad. ¿Por qué se sentía tan mal entonces? ¿Por qué su estómago se había revuelto y su garganta se había secado al descubrir lo que tantas veces le había pedido a Akira que hiciera?
Sin perder más tiempo ni molestarse en recoger sus escasas pertenencias, Niragi se agachó para pasar por debajo de la puerta metálica que habían dejado entreabierta por miedo a que se atrancase y luego no pudieran salir con rapidez en caso de que necesitasen huir.
- ¡Akira! – volvió a gritar en cuanto el sol golpeó de lleno en su cara. Si no se había marchado hacía mucho, tal vez pudiera escucharle. Quizás se retractara y regresara con él. O puede que no, que lo mejor fuera que saliese corriendo, porque como la encontrara después de haberle dejado tirado de una manera tan ruin...
- ¿Qué demonios te pasa? – la voz de la misma persona que le había conseguido desesperar y cabrear a partes iguales le sacó de sus ensoñaciones. No tendría que decidir entre si prefería tener que buscarla para asesinarla o para pedirle que no volviera a irse porque Akira estaba justo ahí, saliendo de un coche con el ceño fruncido.
- ¿Qué te crees que hacías? – le preguntó de mala gana, logrando que la mueca desconcertada de Akira se volviera más pronunciada.
- Solo estaba revisando si había algo en estos coches que pudiera servirnos. – le explicó. – Estabas durmiendo como un tronco y no quería despertarte.
Niragi tragó saliva y apretó la mandíbula. Su corazón volvía a recuperar su ritmo normal y el nudo de su pecho se había disuelto conforme escuchaba su explicación. No se había marchado. Akira seguía a su lado; no le había abandonado.
- ¿Y por qué no me has despertado? – le reprochó. – Teníamos que seguir el camino a primera hora. No jugar a ver qué hay en estos estúpidos trastos.
- ¿Cómo puede ser que desde el mismo momento en que te despiertas estés tan amargado? – cuestionó Akira con clara molestia, pero prefirió no comenzar una nueva discusión. A diferencia de Niragi, ella no tenía ganas de pelear desde tan temprano. – Lo único que quedan ahí dentro son tus cosas. Seguiremos en cuanto las recojas.
- Pensaba que según tu estricto protocolo médico, debía cambiar mis vendas antes de movernos.
- Hazlo tú mismo si quieres. – replicó Akira de mala gana. – O no lo hagas. Me da igual.
Niragi la observó casi con sorpresa, aunque también le molestaba en cierta parte su comportamiento. Ella era quien se había encargado de cambiarle las vendas y aplicar distintas pomadas sobre sus quemaduras, incluso aunque él pensara que no servían para nada. El cambio de parecer de Akira demostraba que, tal y como Niragi suponía, la noche anterior había ido más lejos que ningún otro día con sus desagradables comentarios.
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Alive & Savage | Niragi Suguru
FanficReencontrarse en La Playa después de la forma en que se habían conocido ya era malo, pero la situación todavía podía empeorar más. O tal vez no; aunque fuese una remota posibilidad, quizás que sus caminos se hubieran cruzado fuera mejor de lo que am...