CAPÍTULO 13

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Todos se sientan en unos sofás en un lateral del escenario, es bastante grande para todos ellos, está todo muy oscuro y sigo sin poder verle la cara, además está lejos de mi posición.
—¿Alguno lo habéis visto bien? No hay manera con esta oscuridad y su banda —pregunto a mi equipo disimuladamente.
—Nada —escucho a Milo.
—Yo sí, un poco, pero no podría describirlo bien —habla Romeo.
—Nada, es un fantasma, ningún dato, según el sistema no existe, ni antecedentes, ni absolutamente ningún dato sobre nada —habla indignada Aqua, normalmente no hay nada que se le resista, es la mejor hacker del planeta.
—Tranquilicémonos, por lo que veo a Lion le está yendo bien, sigamos intentándolo —hablo a mis compañeros en voz baja. Siento que alguien me observa y veo a Lion sentado en el sillón con las piernas abiertas y una mirada de seguridad y prepotencia muy dura, está observándome con atención. No puedo decir que esto no me gusta, me encanta esa actitud despreocupada, sus gestos, desprende seguridad. Sonrío y vuelvo a la barra.
—Akram quiere que le sirvas a nuestro mejor cliente, es el de la mesa diez —me dice Baldric malhumorado.
¡Bingo! Por fin voy a poder ver a centímetros al Asesino, Baldric me prepara la bandeja y voy contoneándome bajo la mirada de Lion hasta allí. Voy poniendo las botellas y copas en la mesa y noto como Lion me repasa de arriba abajo. Echo una breve mirada al Asesino y está mirándome fijamente, me coge de sorpresa e intento no mostrar el sobresalto, estaba distraída en Lion. Está lleno de tatuajes, por todos lados menos por la cara, miro las facciones de su cara y me quedo embelesada mirando los ojos azules, tiene un piercing en la nariz, es rubio, por los lados rapado y por arriba tiene el pelo más largo, desprende respeto y huele a peligro. Está vestido de negro completamente. Las piernas me tiemblan, esos ojos me resultan familiares pero no tengo la menor idea de que. Bajo la mirada nerviosa y me doy la vuelta para irme. Necesito procesar todo esto. Este tipo impone demasiado, pero tengo que controlarme.
—Ven, acércate —me habla el Asesino. Me giro y me acerco hasta él, todos sus hombres nos miran en silencio, incluido Lion. Me mira fijamente a los ojos y está intentando decirme algo con la mirada, algo pasa y no sé qué es, me da rabia. Se levanta del sofá y se pone delante de mí. Me agarra el pañuelo del cuello y le pega un tirón para luego liárselo en la muñeca. Arrugo las cejas, se acaba de esfumar toda la timidez y nervios, acaba de llegar la rabia y la impotencia, ¿Qué pretende quedar como el macho alfa que hace lo que quiere?, sonrío ante la situación y le pego un empujón que hago que se vuelva a sentar en el sillón. En décimas de segundo están todos sus hombres levantados y Baldric aparece sujetando mi espalda.
—Perdonad, lo sentimos mucho, es que es nueva, invita la casa toda la noche, disfrutad —habla Baldric nervioso.
Mi mirada se centra en el Asesino, está sentado en el sofá sin quitarme la mirada con una sonrisa ladeada. ¿Le divierte la situación? Cuando te patee el culo ya me dirás si te parece divertido, pienso mientras Baldric me arrastra a la barra. Miro a Lion y está nervioso, si intervenía y todo se destapaba, hubiera sido un señor fracaso en nuestro expediente, bueno en el mío.
—¿Pero tu eres tonta? —me pregunta Milo por el auricular.
—Cosita linda aquí no se actúa así, si crees que no vas a poder lo entiendo, pero si te quedas aquí es con las normas de Akram. Nos podías haber metido en un buen lío —me habla Baldric mientras me tiene cogida de la mano y me lleva atrás de la barra. Sé que todos tienen razón pero no puedo dejar mi impulsividad de lado. Y o le respondía al desprecio o reventaba por dentro. No puedo quitarle la mirada al Asesino, y él a mi tampoco por lo que veo.
Al momento unas luces apuntan al escenario y sale Lia, empieza con su espectacular número de baile sexy y todos se quedan mirándola. Todos menos el Asesino, que sigue mirándome fijamente mientras sonríe y Lion, que lo hace con más disimulo para que el Asesino no se dé cuenta.
—Perdóname Baldric, no volverá a pasar —le respondo dándole un beso en la mejilla para calmarlo. Miro hacia el Asesino y noto como achina los ojos y deja de sonreír en seco, Lion aparta la mirada y noto como tensa su mandíbula. ¿Está celoso?
—Lo sé cosita linda, vamos a servir —me pone una bandeja en las manos y me indica que mesa es la siguiente.
Cuando estoy llegando a la mesa indicada, Lia baja del escenario entre aplausos y se sienta en el regazo del Asesino, intenta llamar su atención pero es en vano, él no para de mirar en mi dirección, si espera que yo me sienta cohibida la lleva clara, a mi no me pone en vergüenza nadie y menos un imbecil con tanta prepotencia. Lia empieza a tocarlo por el pecho, y hace movimientos sexuales apretándose contra él, el Asesino se deja hacer aunque él no hace nada, solo se limita a agarrar mi pañuelo enrollado en su muñeca y llevárselo a la nariz para luego olerlo y cerrar los ojos satisfecho.
Ese gesto hace que sienta excitación, mis pulsaciones se aceleran y mi cabeza se imagina mil y una imágenes y todas son iguales. ¿Qué haces Mina? Niego, me recompongo y vuelvo al trabajo, a Lion se le acaba de subir una de las chicas encima y él empieza a tocarla, aparto la mirada para no verlo porque sé que lo tiene que hacer, pero duele.
—¿Mejor cosita linda? —me pregunta Baldric sonriendo.
—Si, mucho más tranquila —le sonrío y me abraza con mucho cariño.
Inevitablemente vuelvo a mirar hacia Lion, coge la cara de la chica con dos manos agresivamente y la obliga a besarlo con fuerza, mientras él sigue mirándome, maldito celoso de mierda, y yo aquí echándole de menos.
—Trae otra caja de vasos del almacén Irma —me indica Baldric.
—Enseguida.

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El juego del Asesino (Trilogía EFE I )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora