Hoy me pongo ropa deportiva, me he levantado con ganas de estar cómoda, antes de salir tengo que ir al despacho del comandante supremo, me ha citado para informarle de la misión. Cuando voy andando decido echar una ojeada al comedor, están todos mis compañeros hablando animadamente, que suerte tengo de tenerlos, incluido a Lion. Es siempre el que tiene más presión de todos, el que nunca puede hacer nada mal, el líder, es comprensible que siempre quiera ser don perfecto, se espera mucho de él.
—A su servicio mi comandante supremo —hablo mientras hago el saludo militar, Adler me responde y me indica asiento.
—Dime que tenéis algo.
—La verdad es que no señor, llevamos pocos días, necesitamos más tiempo.
—¿Nada? ¿Ni una minúscula pista?
—Bueno, hay una chica en el club, se llama Lia, creo reconocer si no me equivoco que es el juguete del Asesino.
—¿Es una pista fiable?
—No se lo puedo asegurar mi comandante.
—Necesito más, no es suficiente.
—Lo sé mi comandante, no le decepcionaré, solo necesito un poco más de tiempo.
—Puede retirarse —se da la vuelta al terminar.
—Señor, ¿Lion está bien? —dudaba si preguntarlo o no, pero no puedo más con esta inquietud.
—Mina, céntrate en el trabajo, sabes que te tengo mucho cariño pero no puedo tratarte diferente a los demás, no me hagas esas preguntas —me contesta amablemente dejando a un lado su profesionalidad.
—Gracias Adler, lo entiendo —me despido de él y salgo directa al aparcamiento. Necesito un poco de cariño y sé justo donde me lo pueden dar.
Miro el cartel a la derecha de la puerta, “Orfanato Vida Alegre”, entro y voy directa al despacho, el camino hacia él me sigue siendo muy familiar. Llamo en la puerta y espero a que me conteste por si está ocupada.
—Entra —escucho a Eva tras la puerta. Abro lentamente y la veo sentada mirando hacia la pantalla del ordenador, en cuanto me ve deja de lado lo que estaba haciendo y se levanta directa a abrazarme—. ¡Que alegría verte cariño!
La abrazo con todas mis fuerzas, y huelo ese perfume suyo tan característico, es lo más familiar que hay en mi vida. Se quita de mi lado para hablarle al teléfono, manda a llamar a Marisa.
—Os echaba mucho de menos, hace ya meses que no vengo.
—Nosotras a ti también cariño, sé que tienes ahora una vida y no queremos agobiarte yendo detrás de ti.
—¡Cósima! —grita Marisa entrando como un huracán directa a abrazarme—. ¡Ay mi niña de mi corazón!
Se me escapan unas cuantas lágrimas de la felicidad que me da abrazarla.
—¿Te pasa algo cariño? —me pregunta preocupada Eva.
—No, tranquila, solo que estoy teniendo unos días agobiantes últimamente —le quito importancia.
—¿Te quedas a pasar el día con nosotras? —me pregunta Marisa.
—Si, aunque a media tarde tengo que irme, estoy en medio de una misión.
—Pues disfrutemos de ti mientras podamos —sonríe Marisa.
Son las únicas que saben mi verdadera identidad, y a lo que me dedico. Adler no sabe que tengo contacto con ellas. Es nuestro secreto. Pero es que las necesito. Entiendo que mis compañeros están en la misma situación que yo, no tienen a nadie, ellos si lo hacen bien llevando el secreto completamente. Sinceramente no me siento mal, me siento afortunada de tenerlas. Si no fuera por ellas, hace tiempo que ya me habría vuelto loca. Les ayudo en las labores del orfanato, y me ocupo todo el día de un bebé que tiene ocho meses, lo dejaron allí recién nacido, se llama Bruno, se lo puso Eva.
—No deberías dejar que Lion te trate así —me comenta Marisa mientras le doy el biberón a Bruno.
—Sé que no lo hace a mal, tiene mucha presión encima, puedo prometerte que me quiere mucho.
—Si, pero te quiere mal, y hay una diferencia abismal entre querer bien y querer mal.
—Vengo a despedirme, son las siete —entra en la cocina hablando Eva.
—¿Ya es la hora? —pregunta Marisa mirando su reloj.
—Tengo que irme, o llegaré tarde —le paso el bebé a Marisa. La lleno de besos y de abrazos.
—No tardes mucho en volver, que nos haces mucha falta —me dice Marisa acariciando mi cara.
—Vosotras me hacéis mucha más falta a mí te lo puedo asegurar —les digo mientras le doy besitos en la mano a Bruno.
Vuelvo en avión a la base, y voy directa a vestirme y prepararme para esta noche, tengo que encontrar algo hoy como sea, el Asesino tiene que aparecer hoy seguro, y si no aparece abordaré a Lia y me tendrá que informar de todo.
—¿Estáis todos en vuestros puestos? —pregunto llegando al club en mi Fiat.
—En posición Mina —me contestan todos uno a uno.
Salgo del coche y me aprieto bien al cuello el pañuelo de seda color beige que me he puesto hoy, hace mucho viento y he querido taparme el cuello.
—Buenas noches —le hablo a Romeo y este me contesta como siempre. Hoy voy a por todas.
—Hola cosita linda —me saluda Baldric dándome un beso en la mejilla. Me coge de sorpresa su gesto y arrugo el entrecejo—. He pensado que no hay nada de malo en intentar conquistarte.
Ay que adorable, pienso. Le sonrío y le devuelvo el beso en la mejilla, no quiero darle esperanzas pero es una muestra de cariño y de eso le he cogido bastante.
—Me gusta mucho tu pañuelo, pero como lo vea Akram te lo va a arrancar —me advierte Baldric.
—Lo sé, pero de momento se va a quedar donde está —como se pase un pelo hoy Akram lo hago caldito de pollo.
—Acaba de llegar un coche que no conozco de estos días atrás —informa Romeo por el auricular. Milo me dirige una breve mirada y asiento a modo de confirmación—. Es un Nissan GTR en negro, matrícula BAS8376.
—Estoy en ello —informa Aqua.
Justo veo a Lia correr hacia el camerino, es él, seguro. Llegó el momento.
—¿Te pasa algo? Te has quedado demasiado pensativa —me pregunta Baldric preocupado.
—Hoy va a ser una gran noche —le respondo con emoción.
—Entra, atentos —informa Romeo. Milo dirige la mirada hacia la puerta con disimulo y yo me pongo a secar vasos mirando hacia la misma dirección. Empieza a sonar “Unholy” de Sam Smith ft Kim Petras.
Entran un regimiento de hombres, miro hacia todos los lados y veo a Lion entre ellos, parece uno más, no parece en absoluto el Lion que yo conozco, está más misterioso, todo vestido de negro, tiene aires de misterio y peligro como todos los hombres, la verdad es que cualquiera diría que es uno más. Entre todos hay uno que por los gestos denotan que los demás lo protegerían con su vida, debe ser el Asesino, pero no puedo verlo bien, lo tapan sus hombres y no se deja ver. Lion como agente que es dirige una breve mirada alrededor y ve a Milo y luego a mí, no hace ningún gesto pero noto como sus ojos se agrandan. Bajo la vista al suelo, tengo muchas ganas de tirarme hacia él y mandarlo todo a la mierda, quiero sus besos, su contacto, su olor. Le echo de menos.
—Irma, mesa siete —me habla Baldric dejando la bandeja lista en la barra. Asiento y me dirijo a atender a la mesa.
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El juego del Asesino (Trilogía EFE I )
Action¡A la venta en Amazon! Corregida y con capítulos nuevos. Una historia de "enemies to lovers". El EFE trabaja duro contra el terrorismo y la violencia. Fuerzas especiales que están para protegernos a todos y hacer cumplir la ley. Mina es una de el...