CAPÍTULO 9

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No puedo parar de pensar en Lion, la tristeza me recorre el corazón de punta a punta. Es tan obstinado que a veces es imposible tratar con él, pero todo lo que ha hecho por mí es imposible olvidarlo, me quiere como nunca me ha querido nadie, aunque yo no le corresponda. Tenemos mucha historia detrás, y hemos luchado tanto para que la relación salga bien que es impensable dejarlo todo por un simple enfado. No puedo tener contacto con él, ya que trabaja a tiempo completo en su papel, solo se le permite contactar con el comandante supremo. Miro el móvil pensativa y me guardo las ganas de mandarle un mensaje.
Llega la hora de irse a trabajar, todos tenemos esperanzas de que hoy el Asesino se pase por el club, cuanto antes tengamos los datos necesarios de él, antes lo atraparemos. Me pongo “el uniforme” que me dieron antes y al mirarme al espejo casi se me cae la mandíbula al suelo, que horrendo, es minúsculo y aunque me han entrenado para todo tipo de situaciones, la incomodidad de salir con esto a la calle me pone bastante nerviosa. Cojo mi bolso con documentación falsa y me monto en el coche que tengo para situaciones falsas, un Fiat pequeño en color blanco.
—¿Estáis todos en vuestros puestos? —pregunto por el intercomunicador que tenemos implantado al fondo del oído derecho. Me ha dejado el comandante supremo a cargo del grupo mientras Lion vuelve.
—Si, en posición —voy recibiendo la contestación de todos mis compañeros.
El club está a unos ciento sesenta kilómetros de la base, pero yendo por los túneles subterráneos tardo menos de la mitad, unos veinticinco minutos. Estos túneles son la salvación para llegar lo más rápido posible a tu destino, sin tráfico, con seguridad y en privado, ya que por carretera normal hay desvíos y curvas, y aquí es todo recto y recorta bastante camino.
Llego a la esquina y aparco, veo al fondo a Romeo hablando con un cliente y seguido coge las llaves de su vehículo. Me amarro bien el abrigo, ya que aparte de que no quiero que se me vea nada también hace frío, estamos a finales de noviembre y justo esta semana ha llegado una ola de frío. Me meto las manos en los bolsillos para resguardarme del viento mientras voy echando vaho por la boca.
—Buenas noches —le hablo a Romeo cuando voy entrando.
—Buenas noches señorita —me contesta haciendo como que no me conoce, ahora mismo lamento que Romeo tenga este papel, le va a ser duro estar toda la noche aquí, al aire libre y teniendo que la lamerle los pies a todos los peces gordos que vengan a denigrar a las mujeres. Le echo una breve mirada y sigo mi camino. Hay luces de neón por todas partes, y hay demasiada oscuridad, lo que vi esta mañana comparado con ahora es para niños. Suena “Genius” de LSD ft. Sia, Diplo, Labrinth. Hay chicas desnudas en sillones con hombres mayores, aquí hace calor, y huele a sexo, sudor, alcohol y tabaco por todas partes, una nube de humo envuelve todo el local, también hay chicas bailando en el escenario. Yo intento no mirar mucho y voy directa hacia la barra.
—¿Qué haces con eso puesto? Destápate ahora mismo —me ordena Akram.
—Hace frío en la calle —intento excusarme mientras me quito el abrigo y suelto mis cosas en un lado.
—Así está mejor —me repasa el cuerpo con su asquerosa sonrisa—. Este es Baldric, trabaja aquí desde hace mucho, él te enseñará. Pórtate bien.
Veo que señala un chico tendrá más o menos mi misma edad, es moreno de pelo, tiene la mandíbula marcada y es muy atractivo.
—Hola, yo soy Irma, encantada —intento mostrarme afable ya que veo que el chico me sonríe y puede ser un gran apoyo aquí.
—Te voy a dar dos consejos rápidos si no quieres perder el trabajo, da igual como trabajes, lo que importa es mantener a los clientes contentos, y haz todo lo que te ordene Akram, sin poner impedimentos, aunque a veces no sea justo —me cuenta mientras pone el lavavajillas.
—Creo que voy a durar poco aquí —bromeo. Baldric se ríe de mi comentario.
—¿Sabes echar copas? —pregunta mientras echa dos a la vez.
—Si, tranquilo —le respondo aunque realmente sé hacerlo por todo lo que he estudiado y visto esta tarde para saber estar a la altura.
—Bien, pues la mesa cinco nos ha pedido. Según Akram, yo me quedo sirviendo en barra y tu sales a servir en mesa, aquí tienes su pedido —me prepara una bandeja con todas las botellas y copas.
—Vale, ahora mismo —le indico cogiendo la bandeja con una mano.
Miro al horizonte y sitúo la mesa a la que tengo que ir, le dejo las bebidas y me giro rápido para irme, están los dos hombres entretenidos tocándole el culo a unas chicas.
—O eres más simpática o estás en la calle —me aborda Akram para gritarme en el oído—. Y contonéate.
Imbécil, miro a la puerta y veo entrar a Milo con un traje de chaqueta impecable de color beige, complementa con su tono piel de color. Lleva aires de hombre de dinero, sonrío con la actitud que lleva, seríamos todos un gran grupo de teatro. Milo si parece totalmente el de su papel, es mayor que nosotros. Lleva la cabeza rapada, y muchos colgantes y anillos de oro. Tiene veintinueve años y se acerca más a la edad de los hombres abusones que hay aquí. Vuelvo a la barra y mientras Baldric me prepara el siguiente servicio echo una breve mirada a todos los asistentes del local.
—Chicos muy atentos, lo mismo tenemos al Asesino entre nosotros, no sabemos quién puede ser —hablo bajito al aire lo suficiente alto para que mis compañeros me escuchen por el intercomunicador que tenemos.
—Entendido —escucho a Milo.
—Aquí tienes, ¿Qué te ha dicho Akram? —me habla Baldric.
—Que mueva más el culo —le indico.
—Típico, respira profundo y no intentes que te afecte —me intenta reconfortar.
—Gracias —le respondo con una sonrisa.
Paso la noche sirviendo mesas, intentando espiar las conversaciones, no hay nada que me indique que uno de ellos es el Asesino, creo que no ha venido hoy. Algunos clientes intentan tocarme y me escabullo como puedo, Baldric niega con la cabeza y me da ánimos cada vez que ve una escena de esas. Para conocerlo de unas horas este chico está siendo muy bueno conmigo y comprensible.
—Aqua investiga a todos los clientes —le ordeno mirando a mi alrededor.
—Ya lo he hecho Mina, nada fuera de lo normal —me dice por el intercomunicador.
—¿Quién es? —pregunto a Baldric señalando a la chica que está en el escenario, es la que mejor baila de todas, y la más guapa, es castaña, ojos rasgados y cuerpo de modelo, no solo lo noto yo, todos los clientes están vitoreándola y ofreciéndole cada quien más dinero.
—Es Lia, es la más famosa aquí, la que más dinero gana y es privada sólo para un cliente especial —me responde Baldric.
—¿Está aquí hoy el cliente? —pregunto queriendo descubrir si se refiere al Asesino.
—No, su cliente viene muy poco aquí, pero ella está reservada para él y le tiene prohibido mezclarse con nadie más.
Interesante, tengo que acercarme a ella para poder saber más. Mientras voy a servir una mesa veo que Viene Lia directa a mí.
—Andreia quiere verte, te espera en los camerinos —me dice sin mirarme con tono enfadado y se da la vuelta para irse.
—Soy Irma, soy nueva —le digo con tono amigable intentando entablar conversación.
—Ya lo sé —me dice mientras se marcha.
Será estúpida, aquí son todos iguales, menos Baldric. Suelto la bandeja en la barra y voy hacia donde me ha indicado Lia.
—Un cliente te quiere para esta noche —me dice Andreia mientras voy andando hacia ella.
—No estoy en venta, yo soy camarera —le respondo parándome enfrente.
—Paga mucho, ganarías un buen extra —sigue insistiendo.
—Y yo te he dicho que soy camarera, fin —le respondo y me doy la vuelta para irme, se acabó la conversación.
—Así no vas a durar mucho aquí —me indica antes de pasar yo por la puerta. Prefiero no contestarle, porque las ganas que tengo de poner cada uno en su lugar son impresionantes.

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El juego del Asesino (Trilogía EFE I )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora