EN LA ORILLA DEL MAR

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El oji ambar y el oji jade paseaban por las orillas de el mar hirviente, de vez en cuando el moreno tiraba rocas para ver sus saltos y Alador solo le decía que lo hacia mal, burlándose de el.

Todo estaba relativamente bien, pero ya hace un rato el castaño se había dado cuenta que su amigo estaba evitando el contacto visual, volteando la cara o mirando al suelo, talvez estaba en su cabeza pero estaba casi seguro.

—Darius, te noto extraño...—

Al moreno de dio un pequeño sobresalto aquellas palabras.

—d'de verdad?, Pero estoy normal—

—hm...— Alador lo pensó un poco, pero para salirse de dudas se acerco lentamente a su contraparte, a una distancia cercana, puso si mano en la barbilla, asi subiendo su cabeza para verlo directamente.

Acción que sorprendió a Darius, haciendo que se sonroje y se ahogue un poco con su propio aire.

El castaño achino los ojos mientras veía atentamente el rostro de el otro por unos segundos...

Unos segundos que para darius se hacian eternos.

—tus ojos.— Se dio cuenta.

El moreno suspiró mientras que la mano de Alador bajaba lentamente, soltando su menton, con un gesto de preocupación.

—si, lo se, lo noté está mañana también, asi que quería hablarlo contigo—

El otro solo se quedo callado con preocupación en su rostro, puesto que los ojos de su amigo habían cambiado de color, tan de repente, de un púrpura a un verde jade.

—creo que son los efectos de una maldición—

—COMO?!— el castaño retrocedió asustado.

Las maldiciones no eran nada de lo que no debías preocuparte, pues estas duran toda una vida, y digamos que la mayoría de veces no son muy agradables.

Darius lo miro directamente, sus ojos expresaban temor.

—quien te tiro una maldición?!—

El moreno bajo la mirada un instante, suspiro, y luego volvio a mirar a su contrario.

—...yo—

En el rostro de Alador solo se hizo más evidente las emociones que estaba sintiendo, la angustia subió mucho con esas palabras.

—q'que?— no podía articular bien sus palabras.

—yo solo...¡necesitaba ser más fuerte!, Mi mentor, El Guardía dorado, me dijo que habían magias que podían hacerme aún más fuerte, si quería ser cabeza de aquelarre alguna vez, pero no me específico cuales, así que fui al mercado nocturno y busque las relacionadas con abominables... encontré una en la que iba a poder convertirme en una abominación a voluntad, asi como algunas partes de mi cuerpo también, pero demoraría un mes entero en reemplazar mis células y hacer que mi cuerpo se acostumbre a la metamorfosis, tenía efectos secundarios que eran que algunas partes de mi yo normal iban a cambiar, creo que a afectado mis ojos—

—eres un gran idiota—

—ya lo se..., Pero si esto funciona sere increíblemente fuerte!—

—eso no me importa!, ¿Vas a cambiar mucho?, Y si ya ni siquiera pareces tu?!—

—no va a pasar eso, son solo cosas insignificantes como el color de mis ojos, vez?—

—"insignifiquinti"— bufo Alador con los brazos cruzados, desviando su mirada hacia otro lado, enojado.

—Alador...estoy bien y estaré bien, ¿si?—

El mencionado resoplo, luego se acerco un poco a Darius.

But why? - DALADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora