11. Solo me preocupo por tí

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Ian Wimson

Me subo a mi auto para emprender mi camino hacia el instituto y antes irme paso por casa de Clara para llevarla, pues le prestó su auto a su prima y lo chocó estando ebria.

Clara ya está afuera esperándome, vive cerca, en una de las mansiones que rodean mi gigante casa.

—Buenos días pastelito—dice entrando a mi auto dándome un beso en la mejilla.

Rodeo los ojos por el inmaduro apodo con el que me lleva llamando toda la vida y que se niega a dejar de usar.

—Buenos días agua clarita.

Ahora es su turno de rodar los ojos por el apodo que Jack le colocó de pequeña que ha permanecido a lo largo de los años.

Su nombre es clara, ya sabes, "clara" como el agua clarita.

—Oh por dios, ¿Vistes ayer los premios Jeess Awards?—me pregunta emocionada mientras conduzco.

—Por supuesto que los ví, me llamaste como diez veces obligandome a verlos—le recuerdo.

Clara ríe.

—No seas exagerado, fueron diez veces...pero el punto es que llore, llore de emoción cuando Amonette ganó la nominación de mejor maquillista, esa chica se lo merece, la he seguido por años.

—Si, ella es linda y hace un muy buen trabajo.

¿Como lo sé? Pues a Clara le encanta todo los temas sobre el mundo de la farándula y yo sé todo en contra de mi voluntad.

—¡Y está saliendo con Aitor Tyler el cantante de la banda X-min! No lo pude creer cuando salió a la luz, casi me da un ataque al corazón—me dice como por milésima vez, me lo dicho desde el día en que se enteró. Ella chicha de emoción.

Yo me río negando con la cabeza, la emoción de esta chica es contagiosa.

—Si, como no saberlo si en todas mis redes sociales me sale a cada momento.

—Es que son tan bellos juntos, y me da tanta rabia que muchos la critiquen y piensen que ella no es suficiente para el.

—El se enamoró de ella, no les deben importar lo que digan los demás si se aman.

—Todo es tan romántico.

Nos quedamos en silencio unos minutos.

Clara mira a través de la ventana y se que su cabeza está vuelta un lío mientras piensa, siempre se queda mirando hacia el vacío sin pestañear cuando piensa muchas cosas a la vez.
Ella es muy parlanchina y cuando se queda callada es porque algo pasa.

—Ian...

—No, no preguntes nada acerca de eso, por favor—la interrumpo al deducir que me preguntará.

—Ian, solo me preocupo por ti, todo lo hacemos—me mira con los ojos cristalinos.

Apretó el volante con fuerza.

—Lo sé, yo también lo hago por ti, pero no quiero hablar del tema. Si muns vez me fui fue para evitar preguntas, para dejarlos atrás, o intentarlo.

Clara me mira y no se que mirada me da, jamás me había mirado de esa manera, es algo nostálgica y feliz al mismo tiempo.

Ella lleva su mano y me acaricia la mejilla suavemente y yo cierro los ojos por un instante, los abro pues estoy conduciendo, pero aún así disfruto su caricia.

Clara es tan dulce, tan hermosa que parece irreal.

La miro por unos instantes, su cabello teñido de azul, que me recuerda al cielo, mi cielo, sus ojos azules a juego con su cabello, su nariz respingona y el piercing en ella, sus cejas curvadas que le hacen tener un estilo rudo, ella es tan hermosa.

La chica de los ojos violetas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora