—¡Cállate!—le grita Jane.
—¡No me grites!
—¡Entonces retractate!
—¿Que haga que? No lo haré, se ve...parece un alienígena, que tenga malos gustos para comprar lentillas no es mi culpa.
Mi vista se nubla un poco.
Gabe quita el ave de mi brazo y me dedica una mirada triste.
—Gracias Gabe—sonrío.
—Por nada Alessia, eres la persona que ha Sido más amable conmigo hoy...y la de los ojos más bonitos—esa última frase lo dijo tan bajito para que solo el y yo pudiéramos oírlo.
Le sonrió antes de caminar.
No quiero ni saber que es lo que discuten entre ellos.
—Ire a comprar algo, tengo sed—informo y camino lejos de ellos.
Coloco nuevamente mis gafas estando indispuesta a causar otra disputa y mal momento.
Me acerco hacia el señor que vende refrigerios y compro un agua.
Pero por supuesto que no estaría sola.
—Me da una a mi también por favor—pide y no debo ni voltear para saber que es Ian.
—¿No tienes que estar con tu amiguita?—pregunté con algo de amargura.
Perfecto, ahora haría una escena de celos.
No sabía cómo sentirme, realmente me sentí muy ofendida ante la reacción de Yana, que para mí fue algo demasiado exagerado, Justin hoy cuando empiezo a aceptarme.
Camino con un rumbo desconocido con Ian a mi lado.
—Yo solo quiero estar contigo.
Su comentario me pilla desprevenida.
Me molesto más.
—¿Que pretendes Ian, dime? Por una vez, sé sincero—lo encaro.
Intento quitarme las gafas pero el me pide que no lo haga.
—No te las quites.
—¿Que? ¿Ahora también te doy asco a ti?.
—No vuelvas a decir eso, jamás. Si te pido que no lo hagas, es porque estoy molesto y dudo que al verte sin las gafas pueda evitar besarte hasta que me quede con aire.
No lo hago, todo los que menos quiero es que me bese. Ahora solo quiero ahogarlo en el estanque de cisnes frente a nosotros.
—¡Y allí vas otras vez!—exclamo exasperada.
—¿De que hablas?
—¿De que hablo? Ya no lo soporto más Ian...siento, siento que no estás siendo sincero conmigo. Que soy la persona que menos te conoce...vienes y me tratas bien y luego ya no, me haces sentir bien y de un momento a otro todo se esfuma, y ahora esa....esa estúpida, tocándote y abrazada ti, haciendome sentir desplazada y... ¡Cómo te odio!—le grito sacando todo lo que llevo por dentro.
—¿Y como crees que me sentí yo anoche eh? ¿Te has puesto a pensar?—ahora el molesto es él.
—¿De que hablas?—pregunto confundida.
La cabeza me palpita y el dolor de cabeza se vuelva a hacer presente.
No volveré a probar el alcohol en lo que me queda de vida.
—¿Cómo de que hablo? ¿Tienes amnesia? ¿Crees que pude dormir anoche? Preocupado por si estabas bien o imaginando la escena de otro tocándote, casi salía corriendo a buscarte por todo el maldito pueblo.
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La chica de los ojos violetas
RomanceAlessia es una chica que nació con una extraña y particular afección genética. Desde muy pequeña ha tenido que soportar las burlas, los apodos hirientes y que algunas personas le teman por sus distinguidos ojos violetas. Desde entonces usa gafas de...