10. Una terrible noticia

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Mi corazón amenaza con salir de mi pecho, el mundo me da vueltas, siento que me voy a desmayar, tengo ganas de vomitar, quiero salir corriendo, necesito a Jane conmigo, necesito verla, la necesito diciéndome chistes cada mañana, la necesito para escuchar música en su auto mientras vamos al cualquier sitio, la necesito para seguir.

Sostengo el celular sin decir una sola palabra, no encuentro que hacer, quiero preguntar tantas cosas pero no me sale nada.

-Alessia, ¿Sigues ahí?-pregunta el padre de Jane.

Y exploto.

Lloro, lloro con todas mis fuerzas.

Jane...tiene que estar bien, tiene que estar bien.

-¡¿Que te pasa Alessia?!-pregunta mi madre despertando asustada por mi llanto.

Yo sigo llorando e hiperventilando.

Mi madre toma el celular que sigo sosteniendo en mi oreja.

-¿Bueno?-habla mi madre.

-...

-Hola Luis, si soy la mamá de Alessia. ¿Que ha pasado?

-Oh Dios mío, ¿Pero ella está bien?

-...

-Cuanto lo lamento, iremos enseguida al hospital.

-...

-Tienes razón, iremos en la mañana entonces, por favor Luis, avísanos cualquier cosa, estaremos pendientes.

-...

-Si, no te preocupes por ella, yo la calmaré.

-...

-Adiós, todo saldrá bien.

Yo sigo en shock.

Los momentos con Jane, mi Jane empieza a pasar a través de mis ojos, toda una vida al lado de ella.

-Alessia, mírame-ordena mi madre y yo sigo llorando.

-¡Alessia!-grita y yo la miro.

-Jane está bien, ella está bien, ¿Me oyes? Está herida, pero está viva, viva. Iremos mañana al hospital no podemos salir con la tormenta, debes calmarte, ella está bien.-me dice mi madre mirándome a los ojos.

Esa noche me dormí llorando, no se por cuánto tiempo llore pero mi madre estuvo ahí consolandome.

Abro los ojos lentamente, siento la cara hinchada y me duelen los ojos.

Y lo recuerdo...Jane.

Me levanto rápido de la cama y busco a mi madre en la cocina.

-Jane-le digo con preocupación esperando lo peor.

-Esta bien hija, aún no despierta me informó su padre. Ve a cambiarte para ir al hospital, ya podemos salir. Yo ya estoy lista.

Salgo corriendo y me coloco lo primero que veo, mi combinación es horrible, pero no me importa, recojo mi cabello en una coleta descuidada y por lo rápido me coloco mis gafas de sol y no las lentillas.

-¡Lista!-informo bajando las escaleras corriendo.

Mi madre y yo nos subimos la auto y ella maneja hasta el hospital.

Al llegar casi no tengo uñas pues me dedique a comermelas por todo el camino.

Entro apresurada y me dirijo al piso que el señor Luis le dijo a mi madre que estaba.

-Señor Luis-saludo y este me saluda con un abrazo.

Los padre de Jane me han recibido desde siempre como una integrante más en su familia, como una hija.

La chica de los ojos violetas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora