24.Te perdono

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Entro al salón y me siento tratando de controlar mi respiración.

A los minutos empiezan a entrar los alumnos al salón, entre ellos Jackson, que viene con su actitud normal de todos los días y se sienta en su asiento al lado de Blair. Quien ha dejado de molestarme desde aquella vez y siento una alivio y una paz indescriptible.

Y lo que iba a llegar hacer esa vez por culpa de ella y su grupo...

Trato de no recordar malos momentos para no empeorar mi ánimo y al instante llega la profesora dando inicio a la clase.

Termina todas las clases y salgo del salón, solo quiero ver a Jane.

Me resulta tan extraño que no esté fuera del salón esperandome.

Camino hasta su salón pero está vacío, ya se ha ido, que extraño...

Salgo y camino hasta el estacionamiento y sus auto no está.

¿Se ha ido? ¿Sin mí? ¿Sin avisarme?¿Le habrá pasado algo?

Miro hacía los lados buscando una mandé irme, no tengo bici, Ian no está y dudo que si estuviera me llevará a casa, los chicos ninguno los veo por ningún lado, y no tengo nada de dinero para irme en bus o en taxi.

Tocará irse a paticas pa' que te tengo.

La única opción sería llamar a mi madre, pero ella está trabajando, su trabajo queda cerca, podría ir tomar el auto y...okey no, tampoco sé manejar.

—¿Te dejó tu transporte?—pregunta esa molesta voz.

—No es tu problema Jackson.

Se cerca a mí mientas juego con las llaves de su auto.

—Vamos, deja de ser tan orgullosa.

—Lo haré cuando dejes de ser un idiota, es decir, nunca.

—Hagamos un trato, yo te llevaré a tu casa porque sería un acto cruel dejarte aquí. Yo no me comportaré como un idiota en el camino si tú no eres tan orgullosa—propone.

—No.

—Anda, debes dar el primer paso. Si quieres no hablaré en todo el camino.

—¿Por qué quieres llevarme Jackson? ¿No sé supone que me odias? ¿O acaso quieres asesinarme?—pregunto dudosa.

—Quiero llevarte porque he notado que no tienes muchas opciones con las que irte... y si quisiera asesinarte no dejaría que medio instituto viera que te irás conmigo.

Dudo un momento, e dan ganas de vomitar el solo hecho de estar en el mismo auto que el, pero no aguantaría caminar de aquí a a casa. No tengo otra opción después de todo.

Jane, estás me las pagas.

—Esta bien, pero ni una sola palabra en el camino, y si noto alguna actitud extraña de tu parte te advierto que Jane me ha enseñado todo lo que sabe en artes marciales—accedo.

—Okey Jakie Chan—acepta mientras ríe.

Caminamos hacia su auto y antes de subir el habla.

—Ah y Alessia, yo no te odio, sería imposible hacerlo.

Dice y se sube, yo quedo estática por un momento pero cuando reacciono sigo caminando y subo al auto.

El auto de Jackson huele a menta, a sudor, a perfume. Tiene tantos olores que crean una combinación perfecta.

Recuerdo el olor del auto de Ian, su perfume y la manera en que me enloquece, este me gusta, pero el de Ian me encanta en todo los sentidos.

Recuerdo el último día que lo ví y es como un trago amargo.

La chica de los ojos violetas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora