—¿Que harás mañana?—pregunta Ian mientras conduce.
—No lo sé, es domingo y no hay escuela por supuesto. Creo que mi madre trabajará mañana también y normalmente cuando es así veo una película en casa o adelanto las tareas.
—¿Y si ves esa película conmigo mañana en el cine?
—¿Me estás invitando a salir?—pregunto.
—Si...es que me entristece saber que estarás sola, en tu casa que está en medio de la nada viendo una película sola, cuando la puedes ver conmigo, la mejor compañía—bromea.
—Vaya vaya, que ego—me río junto con Ian.
—Entonces...¿Vendrás conmigo al cine?
—No lo sé...
—¿No quieres ir?—voltea y me mira confuso.
—Por supuesto que quiero, solo tenía que resistirme un poco, no soy tan fácil.
—Y mira quién hablaba de ego—se ríe.
—¿A qué hora iremos?—pregunto.
—Pasaré por tí a las 5 de la tarde, la función empieza a la seis, y por supuesto te traigo de vuelta.
—Esta bien...¿Y que película veremos?
—Podemos ver una erótica—propone sonriendo con malicia y me hace reír.
—No, mejor veamos una de terror, tu la eliges porque no quiero que luego te pongas exótico con esas películas hot—bromeo y Ian ríe mostrando sus dientes perfectos y los pequeños hoyuelos apenas notables.
—Bueno, perfecto entonces.
Llegamos a mi casa mientras hablamos cosas del colegio y al llegar se estaciona.
—Entonces, no vemos mañana—me despido pero me quedo en mi lugar.
No sé que hacer ni que decir, el ambiente es tenso o así lo siento yo. ¿Debería irme y ya? O ¿Debería darle un beso? No lo sé, tampoco quiero parecer aventada o desesperada.
Estoy teniendo una crisis mental mientras aún sigo sentada en mi lugar.
—Eh... gracias por lo de hoy, bueno...ayer, lo disfrute mucho y se que Jane también—le agradezco.
—Yo también disfruté de sus compañías, sobretodo de la tuya—me dedica una sonrisa de labios cruzados y yo se la devuelvo.
—Adios.
Okey, es el momento.
Mi corazón empieza a latir un poco más apresurado mientras me acerco más a él.
Me mira y en sus ojos veo todo menos ganas de huir o apartarse, le brillan de esa manera que me encanta.
Acerco mis labios a su mejilla y le doy un beso en ella.
Justo en el momento en que me alejo un poco me toma de la nuca desprevenida y me acerca a el de una manera posesiva y deseosa.
Estampa sus labios contra los míos y me envuelve en un beso apasionado pero a su vez delicado. Solo Ian puede hacer sentir ambas cosas al mismo tiempo.
—Moria por besarte desde el instante en que te entraste a la cocina en la mañana —susurra mientras acaricia mi rostro con su pulgar y yo sonrió como una niña cuando le dan su regalo de navidad.
Mientras estamos tan cerca, el acariciándome,yo percibiendo su aliento y tocando su cabello me doy cuenta que me encuentro totalmente delirando por ese chico.
—Y yo a tí—confieso—Ya debo irme, mi madre debe estar por llegar, hasta mañana.
Me separo de él pero con las ganas de seguir teniendolo así de cerca o más.
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La chica de los ojos violetas
RomanceAlessia es una chica que nació con una extraña y particular afección genética. Desde muy pequeña ha tenido que soportar las burlas, los apodos hirientes y que algunas personas le teman por sus distinguidos ojos violetas. Desde entonces usa gafas de...