Capituló 32

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Tres días después del accidente, Finney fue dado de alta y regreso a su casa, no salía de su habitación para nada después de enterarse que estaba a nada de darle anemia si no comía y eso le quitaba aún más el apetito. Gwen todos los días le llevaba comida pero era inútil ya que solo acumulaba comida en la habitación de Finney, de vez en cuando comía pero no se acababa su plato.

Su padre, que nunca estaba en casa, no dio ni una pizca de interés por Finney, al contrario, estuvo enojado con el durante toda la semana, pensaba que solo quería llamar la atención y que si no quería comer no lo hiciera, ese era su problema.

El castaño no asistió al colegio toda esa semana a petición de los doctores, decían que podía desmayarse de nuevo y que era mejor tenerlo en observación, cosa que nadie hizo a excepción de Gwen que parecía la única interesada en Finney.

Robin no vio al castaño desde que estuvo en el hospital, Finney no quería verlo y el moreno lo respeto, no sabía bien porque pero lo hizo. Estuvo llamando desde que salió del hospital pero aún así Finney no quería saber nada de el cosa que lo molestaba, y mucho ya que no le dio ni una explicación por la que no lo quería ver, así que se rindió después de tanto llamar y dejó de hacerlo.

Unos días después, llamaron del colegio preguntando por Finney ya que no había estado asistiendo, su padre prometió llevarlo la siguiente semana cosa que no le gusto para nada al castaño, rogó para que le diera unos días más pero no logró nada, y a los días volvió a ese infierno que se hacía llamar colegio.

Parece que nadie noto su ausencia a excepción de Bruce quien esperaba con ansias su llegada. Era una lástima que estuvieran en diferentes grados.

Durante todo el día, Finney no puso atención a ninguna clase, solo pensaba que quería irse de ahí, quería estar en su cama dormido, relajado, pensando en cualquier cosa menos tener que estar ahí con un montón de personas haciendo ruido mientras el profesor actuaba como si no pasara nada.

Quería estar en paz, tranquilo, sin que nadie lo molestara para darle vitaminas junto a un plato de comida, sin que su padre gritara por toda la casa, quería dormir y tal vez ya no despertar para poder evitarse todos los problemas que tiene.

No tenía nada que lo hiciera feliz, ni a nadie. Pensaba en los momentos en los que fue "feliz" en los que por un momento hubo una falla en su vida y dejó de ser triste por unos momentos. En la mayoría estaba esa persona:

Robin.

No quería verlo y el estaba seguro de que el tampoco quería hacerlo, dejó de llamar hace unos días y tomó eso como si no quisiera saber nada de él. Si bien el le dijo que no quería verlo se sintió deprimente que no hiciera nada por evitarlo o preguntarle el porqué.

Trató de dejar de pensar en eso, en Robin, pero era imposible. ¿Alguna cosa que hiciera para desconectarse del mundo real? Robin, ¿que era lo que hacía con Robin para distraerse? Tener sexo con Robin. Aunque algo en el le decía que no lo hiciera, también su cuerpo y un poco de su conciencia lo quería. Así que, ¿tenía que buscar a Robin y darle una explicación para que tuvieran relaciones?.

De pronto el pensar en Robin ya no era tan malo, sabía que si se sentía así por un sueño era porque, de nuevo, ¿se había enamorado de Robin? Pensar en eso le revolvía el estómago, no de forma en la que se sentía mal, si no eran esas "mariposas" que sientes cuando estás perdidamente enamorado. Mierda.

Y ahora tenía más ganas de verlo, tocarlo y besarlo. Una pequeña sonrisa tonta se le escapó al pensar en eso hasta que se dio cuanta que la campana sonó, se levantó de su asiento sin antes recoger sus cosas y salió del aula en búsqueda de Robin, faltaba una clase para que se fueran así que no tenían ningún problema.

𝘔𝘺 𝘉𝘦𝘢𝘶𝘵𝘪𝘧𝘶𝘭 𝘉𝘰𝘺 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora