Capituló 35

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Finney se encontraba en la sala de estar viendo la televisión aburrido mientras Gwen comía un sándwich a lado de este. Las cosas seguían tensas por la pelea que había tenido y el castaño se rehusaba a disculparse con Gwen así que ella era la que intentaba hablar con su hermano, y aún así que no dieran resultados sus intentos, ella no se rendía.

De pronto, el ruido de la puerta siendo tocada inundo todo el salón, Finney se levantó para asomarse por la ventana y ver si era seguro abrir, en cambio, Gwen fue directo a la puerta para abrirla.

La castaña abrió la puerta pero se quedó quieta al ver que era Robin, rodo los ojos y estuvo apunto de cerrar la puerta pero Finney por detrás lo detuvo.

— Muévete. — murmuro Finney y la menor hizo caso — ¿Qué haces aquí?

— Solo pase a verte ¿no puedo? — dijo con una sonrisa en sus labios.

— Oh, sí, claro — rió tímidamente — pasa.

El moreno pasó y rápidamente fue a sentarse al sofá del salón. Gwen lo miro fastidio y se fue a ver la televisión. Finney en cambio, de sentó a lado de Robin y empezaron a platicar de cualquier cosa.

Los minutos pasaban rápido, tanto que no se dieron cuenta que tocaron de nuevo la puerta ya repetidamente por el hecho que no abrían, por lo que Gwen fue enfadada hacia dónde estaban los jóvenes.

— ¿Qué no escuchan que tocan la puerta? ¿Tanto les cuesta pararse a abrirla?

— ¿Tanto te cuesta a ti no quejarte e ir a abrirla tú? — respondió de mala forma el moreno.

— ¿Y tú con que derecho me dices eso sabiendo que estás en MI casa? — la castaña se acercaba lentamente al mayor.

— Pues si es tu casa porque no te haces cargo en atender TU casa — Robin se levantó del sofá y se puso delante de Gwen con los brazos cruzados.

— Para que sepas, ni siquiera te decía que abrirás la puerta, se lo decía al sordo de allá — dijo señalando con el dedo al castaño.

— Hablaste en plural, idiota — se burló el moreno.

— Idiota está tu mamá, estúpido.

Los dos se siguieron peleando pero Finney solo los ignoro y fue hacia la entrada y abrió la puerta para encontrarse a Billy quien estaba esperando distraídamente a que la puerta se abriera y cuando lo hizo sonrió alegremente. Finney y Billy habían estado hablando y pasando mas tiempo juntos, se habían dado cuenta que tenían muchas cosas en común y siempre se saludaban cuando Billy repartía el periódico junto a su perro Harper al quien Finney le tenía mucho cariño ya que siempre quiso un perro pero nunca le dieron el permiso para tenerlo.

— ¡Billy! — dijo felizmente el castaño y dándole un abrazo al que el contrario acepto — ¿qué haces aquí?

— Pues pasaba por aquí y decidí venir a visitarte — su sonrisa desapareció un poco al ver detrás de Finney y ver qué había una "pequeña" pelea — aunque creo que no era el momento.

— Oh, no te preocupes por eso, ya se les pasará. Ven entra — Finney jalo levemente al contrario haciendo que éste pase — Robin, este es Billy, es un amigo.

El mayor de detuvo en seco al ver a Billy parado a lado de Finney, trato de disimular su ceño fruncido con una leve sonrisa.

— Hola — dijo cortante — ¿de dónde conoces a Finn?

— Ah... — Billy se confundió un poco al notar el tono en el que lo dijo así que volteo a ver a Finney el quien también parecía confundido — eh... reparto periódico, así nos conocimos.

𝘔𝘺 𝘉𝘦𝘢𝘶𝘵𝘪𝘧𝘶𝘭 𝘉𝘰𝘺 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora