Sabo se despertó de golpe.
Se despertó con fuerza, mirando a los lados con confusión. ¿Qué hace en una enfermería?
Su cabeza estaba recostada en un lugar que subía y bajaba, dándole un fuerte recordatorio de lo que había pasado.
Luffy. Recordó. Ace. Luffy abrazándolo. Dormir. Despertar.
Se levantó con rapidez, mirando a las personas a su lado. ¿No había sido un sueño?
Una sonrisa tambaleante creció en sus rasgos, llevando sus manos a la cara dormida del mayor. Aparto sus cabellos azabache con ternura, y una pequeña risa salió de él.
¿De verdad había esperado odio de este ser? ¿De la persona que amaba con tanta intensidad y nunca podría soltarte? ¿Cómo pudo siquiera pensarlo?
“Eres tonto si piensas que alguna vez te odiaré”
Luffy amaba con intensidad, proclamaba lo que era suyo y no lo soltaría.
Dañaría a las personas con su amor incondicional, manteniéndolos sedados con él. La prueba de esto eran su tripulación y ellos.
Miro a Ace acurrucado al lado de Luffy, una de sus piernas encima de las del mayor. Su cabeza apoyada en la colcha, y su mano apoyada en el pecho del azabache mayor.
Recordó cuando despertaban los dos encima del mayor, a veces con un pie en la cara de éste o una mano en su rostro.
Salió de sus recuerdos al sentir una mirada, y levantó su cabeza, chocando las miradas con esos ojos onix que tanto había extrañado.
Luffy le sonrió con cariño, llevando su mano sus hebras rubias. Su mirada era el cielo estrellado en al noche, el cual nunca se cansaría de ver y apreciar.
—Te extrañe—Murmuró el mayor.
Su sonrisa se volvió ligera, paseando su otra mano en los cabellos rebeldes del pecoso.
Sabo soltó un suspiro tembloroso, sonriéndole a su hermano con todo lo que había retenido en años sin darse cuenta.
—Te extrañe, nii-san—Susurro, acostándose de nuevo. Enterró su cabeza en el cuello gomoso, relajándose.
Esto nunca lo olvidaría, esa sensación de calidez y protección que su cuerpo había extrañado. Que su conciencia pedía a gritos.
La mano gomosa acaricio sus cabellos con un tarareo profundo, y respiro con fuerza.
Luego Luffy comenzó a hablar.
—Cuando cumpliste los diez, prometí no volver a culparme por lo que sucedió—Contó, su voz era reconfortante, sin acusación—Dije que tal vez no te gustaría verme así, y a mi me gustaba darles todo lo que les gustaba—Escucho la diversión en su voz.
Sabo levantó su mirada de su pecho, mirándolo con sus ojos llenos de cariño.
—Me alegro que hayas dejado de culparte por cosas que no eran tu culpa, nii-san—Murmuró.
Luffy desvió su mirada, una sonrisa tensa adorno sus rasgos.
Siempre me he culpado por cosas que sí son mi culpa.
—Mhm, deberías llamar al abuelo, estaba muy triste cuando se entero—Le dijo, desviando la conversación.
Sabo lo pensó, asintiendo. Su abuelo siempre fue alguien fuerte, pero cuando se trataba de su familia, se permitía relajarse. Era obvio que le había dolido su partida.
Se recostó de nuevo, cerrando sus ojos ante la calidez.
—¿Con quien has estado todos estos años, Sabo? ¿Te trataron bien? ¿Te mantuviste bien? ¿No te hicieron nada, verdad?—
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¡Big brother!
Fanfiction¿Que pasaría si los papeles se intercambiarán un poco? ¡Lee para descubrir más! - Su hermano era lo mejor que les pudo pasar en la vida, los cuido desde niños y no pueden estar más agradecidos. Su hermano es su mayor tesoro, nadie puede corregir es...